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Boletin Oficial del País Vasco

N.º 18, miércoles 27 de enero de 1999


El contenido de los otros formatos que aquí se muestran, se ha obtenido mediante una transformación del documento electrónico PDF oficial y auténtico

Disposiciones Generales

Agricultura y Pesca
420

DECRETO 390/1998, de 22 de diciembre, por el que se dictan normas para la declaración de Zonas Vulnerables a la contaminación de las aguas por los nitratos procedentes de la actividad agraria y se aprueba el Código de Buenas Prácticas Agrarias de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

La contaminación de las aguas causada, en determinadas circunstancias, por la producción agrícola intensiva es un fenómeno que se manifiesta especialmente en un aumento de la concentración de nitratos en las aguas superficiales y subterráneas, así como en la eutrofización de los embalses, estuarios y aguas litorales.

Para paliar el problema, la Comisión de la Unión Europea aprobó, con fecha 12 de diciembre de 1991, la Directiva 91/676/CEE relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos en la agricultura, imponiendo a los Estados miembros la obligación de identificar las aguas que se hallen afectadas por la contaminación de nitratos de esta procedencia, estableciendo criterios para designar como zonas vulnerables aquellas superficies territoriales cuyo drenaje da lugar a la contaminación por nitratos.

El Estado español traspuso la Directiva mediante el Real Decreto 261/l996, de 16 de febrero, sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias.

Conforme al artículo 10, puntos 9 y 11 del Estatuto de Autonomía para el País Vasco, corresponde a esta Comunidad Autónoma la competencia exclusiva en materia de agricultura, de acuerdo con la ordenación general de la economía y en materia de aprovechamientos hidráulicos, canales y regadíos cuando las aguas discurran íntegramente dentro del País Vasco, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 149.1.25 de la Constitución. El ejercicio de las funciones referentes a dichas áreas de actuación ha sido conferido a los Departamentos de Industria, Agricultura y Pesca, de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente y de Transportes y Obras Públicas respectivamente, por los artículos 10 y 15 del Decreto 1/1995, de 3 de enero, de creación, supresión y modificación de los Departamentos de la Administración de la Comunidad Autónoma del País Vasco y de determinación de funciones y áreas de actuación de los mismos.

Por todo lo expuesto, a propuesta de los Consejeros de Industria, Agricultura y Pesca, de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente y de Transportes y Obras Públicas, y, previa aprobación del Lehendakari y deliberación y aprobación del Consejo de Gobierno, en su reunión celebrada el 22 de diciembre de 1998

DISPONGO:

Artículo 1.– Declaración de Zonas Vulnerables y elaboración de programas de actuación.

1.– En el ámbito de la Comunidad Autónoma del País Vasco, la declaración de Zonas Vulnerables a la contaminación de las aguas por los nitratos procedentes de la actividad agraria, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 4 del Real Decreto 261/1996, de 16 de febrero, se realizará mediante Orden conjunta de los Consejeros de Industria, Agricultura y Pesca, de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente y de Transportes y Obras Públicas. 2.– Mediante Orden conjunta de los Consejeros de Industria, Agricultura y Pesca, de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente y de Transportes y Obras Públicas, se aprobarán los Planes de Actuación a que se refiere el artículo 6 del Real Decreto 261/1996, de 16 de febrero. En la elaboración de estos Planes de actuación se garantizará la participación de los órganos forales competentes, al objeto de salvaguardar las competencias que, en materia agraria, les corresponden de conformidad con los previsto en el artículo 7 b) de la Ley 27/1983, de 25 de noviembre, de Relaciones entre las Instituciones Comunes de la Comunidad Autónoma y los Órganos Forales de sus territorios Históricos.

Artículo 2.– Código de Buenas Prácticas Agrarias.

Se aprueba el Código de Buenas Prácticas Agrarias, de aplicación en la Comunidad Autónoma del País Vasco, cuyo texto íntegro se publica en el anexo I del presente Decreto. DISPOSICIÓN ADICIONAL

Se designa inicialmente como Zona Vulnerable en la Comunidad Autónoma del País Vasco, a los efectos que dimanan del Real Decreto 261/l996, de 16 de febrero, sobre protección de las aguas contra la contaminación producida por nitratos procedentes de fuentes agrarias, la siguiente área:

– Unidad Hidrogeológica Vitoria-Gasteiz, Sector Oriental.

La descripción cartográfica de la citada Zona, así como las coordenadas del polígono que la limita, figuran como anexo II al presente Decreto.

DISPOSICIONES FINALES

Primera.– El Departamento de Transportes y Obras Públicas comunicará al Ministerio de Medio Ambiente la declaración de Zona Vulnerable aprobada mediante el presente Decreto.

Segunda.– El Departamento de Industria, Agricultura y Pesca comunicará al Ministerio de Agricultura y Pesca el Código de Buenas Prácticas Agrarias aprobado mediante el presente Decreto.

Tercera.– La presente disposición entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Boletín Oficial del País Vasco.

Dado en Vitoria-Gasteiz, a 22 de diciembre de 1998.

El Lehendakari,

JOSÉ ANTONIO ARDANZA GARRO.

El Consejero de Industria, Agricultura y Pesca,

JAVIER RETEGUI AYASTUY.

El Consejero de Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente,

FRANCISCO JOSE ORMAZABAL ZAMAKONA.

El Consejero de Transportes y Obras Públicas,

ALVARO AMANN RABANERA.

ANEXO 1

<FONT FACE="Arial">Código de Buenas Prácticas Agrarias

Comunidad Autónoma del País Vasco

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1.– Introducción.

El presente Código responde a las exigencias comunitarias recogidas en la Directiva 91/676/CEE, relativa a la protección de las aguas contra la contaminación procedente de actividades agrarias.

La diversidad de condiciones climáticas y edafológicas presentes en los agrosistemas representa un gran inconveniente a la hora de establecer normas de carácter general para ser posteriormente adoptadas por los agricultores en la fertilización orgánica y mineral de sus suelos. Es necesario por ello diferenciar el territorio de la Comunidad Autónoma en zonas, en función de sus características agronómicas y de su vulnerabilidad a la contaminación por nitratos de origen agrícola.

Lejos de detallar situaciones particulares, se contempla una problemática general inducida por aquéllos productos y actuaciones fuente de la contaminación nítrica de las aguas, tal como recoge el Anexo II de la citada Directiva.

El código de buenas prácticas no tiene carácter obligatorio para los agricultores. No obstante, las medidas aquí incorporadas se incluirán en los programas de actuación que se establezcan en las zonas vulnerables que se designen por la Administración.

La recopilación de prácticas agrarias recomendadas servirá como marco de referencia para el desarrollo de una agricultura sostenible y a su vez compatible con el medio ambiente.

En consonancia con la terminología recogida en la Directiva 91/676/CEE se aceptan las siguientes definiciones:

a) Contaminación difusa

b) Contaminación puntual

c) Zona vulnerable

d) Aguas subterráneas

e) Fertilizante nitrogenado

f) Estiércol

g) Purín

h) Lodos

i) Eutrofización

2.– Fertilizantes nitrogenados.

La aportación de N a los cultivos puede hacerse mediante abonos químicos o residuos zootécnicos, y la elección depende de la forma química en que el N esté presente y su comportamiento sobre el terreno, a saber entre los primeros:

Abonos que contienen N en forma sólo nítrica, tales como los nitratos de Chile y cálcico (15,5%), y el de potasio (13%), son de inmediata asimilabilidad, pero por su excesiva movilidad en el suelo están expuestos a procesos de escorrentía y lixiviación, por lo que hay que limitar su uso «en cobertera» o a dosis fraccionadas.

Abonos con N exclusivamente amoniacal, como amoníaco anhidro (N=82%), sulfato amónico (N=21%), fosfatos amónicos, etc. son más fácilmente retenidos por el suelo para ser utilizados después por la planta tras su nitrificación por la biomasa microbiana.

Abonos con N nítrico y amoniacal constituyen un avance al dar soluciones válidas a los diversos problemas de abonados, en función de la fase del cultivo, y momento de intervención. El más comercializado es el nitrato amónico (33,5% N mitad nítrico y mitad amoniacal, existiendo otras soluciones con urea, sulfatos, etc.

Abonos con N ureico, que requieren transformación previa por la enzima ureasa a N amoniacal, por lo que su acción es algo más retardada, pero tener en cuenta su movilidad y alta solubilidad en agua. El producto fundamental es la urea (N=46%).

Abonos con N sólo orgánico, en forma proteica, de disponibilidad diferenciada en el tiempo, según los pasos de transformación previos (aminoácidos, amoniacal, nítrico). Muy apropiado para abonados de fondo y cultivos de ciclo largo. Un avance sobre ellos son los abonos con N organomineral, que combinan sustancias orgánicas de elevada calidad, mejorando la disponibilidad.

Abonos con N de liberación lenta, que evitan las pérdidas de lavado y se adaptan al ritmo de absorción de la planta, como la urea-formaldehido (36% N), o los modernos abonos minerales revestidos de membranas más o menos permeables.

Inhibidores de la actividad enzimática, que incorporan sustancias que inhiben los procesos de nitrificación o desnitrificación al paralizar la reacción correspondiente, por ejemplo con la diciandiamida (DCD).

Entre los aportes orgánicos destacan:

Estiércol bovino, con elevada presencia de compuestos de lenta degradabilidad por su alta polimerización. Su función es en gran parte estructural (agregante/estabilizante), y el efecto nutritivo menor (30% N el primer año). La forma equivalente desde la fluída (7% de materia seca) al «liquiestiércol» (15-20% materia seca.) ven reducidos a la mitad el efecto estructural, pero el nutritivo del 1er año alcanza el 60%, con buen efecto residual, aunque variable en comportamiento.

Estiercol fluido porcino, asimismo de variable composición en función de la fase productiva, puede alcanzar también eficiencias del 60% el 1er. Año.

Estiércol de ovino o sirle, alcanza las riquezas más elevadas de N y K2O, con un efecto estructural mediano y una persistencia de tres años (eficacia del 50%, 35% y 15% respectivamente). Gallinaza, casi todo el N disponible el 1er año de suministro, y de efecto residual débil. Material de difícil distribución, salvo uso de técnicas de desecación o compostaje, que revalorizan las propiedades nutritivas y estructurales.

Compost, abonos orgánicos obtenidos tras un proceso de transformación aerobia, son ideales disponiendo de materiales ligno-celulósicos de desecho (pajas, etc.), para mezclar con las deyecciones. Por ello, difícil entrever su comportamiento agronómico, pero equiparable al del estiércol (baja eficacia el 1er año, pero con propiedades enmendantes). Especial cuidado se tendrá con los contaminantes (metales, etc.)

Lodos, tras depuración de aguas residuales urbanas, con igual precaución anticontaminante, (R.D. 1310/1990 de 22 de octubre); suelen tener el 3-5% de N, ya disponible el 1er año.

3.– Ciclo del N en los suelos agrícolas.

El Nitrógeno en el suelo está sujeto a diversas transformaciones y procesos de transporte, que dan lugar, tras los aportes, a la acumulación de reservas y a extracciones o pérdidas; debido a las interacciones entre todas las partes del sistema, y para reducir la lixiviación de nitrato sin disminuir las producciones, es necesario saber cómo influyen las prácticas agrícolas y los factores ambientales en los diversos procesos del ciclo. Los elementos a considerar son:

Absorción por la planta y extracción por la cosecha, cuyo equilibrio es el objetivo a optimizar por el agricultor para conseguir una buena producción; del N absorbido, una parte vuelve al suelo en forma de residuos post-cosecha reaprovechados posteriormente, y otra parte se extrae por la cosecha, pero su eficacia es variable en función de la eficiencia del fertilizante.

Mineralización e inmovilización. La mineralización de la materia orgánica que se añade al suelo está fuertemente influenciada por la relación C/N. Generalmente cuando la relación C/N es igual o menor de 20-25 se produce una mineralización neta y cuando la relación C/N es mayor de estos valores se produce una inmovilización del N.

Nitrificación, mediante la que el amonio pasa a nitrito, y éste a nitrato gracias a las bacterias aerobias del suelo. Como normalmente se pueden transformar de 10-70 kg./ha. y día, un abonado amónico puede pasar a nitrato en pocos días si la humedad y temperatura son favorables.

Desnitrificación, es la conversión del nitrato en N2 u óxidos de N también gaseosos, que pasan a la atmósfera. Se produce cuando hay exceso de humedad en el suelo. Por contra, se produce su fijación biológica, mediante incorporación del nitrógeno gaseoso de la atmósfera a la planta, gracias a ciertas bacterias (mayormente del género Rhizobium), y en menor medida, gracias a la lluvia, que aporta amonio y nitratos en cantidad variable, no mayor de 5-15 kg/ha y año.

Lixiviación, o arrastre de nitrato al percolar el agua del suelo más abajo de la zona radicular, proceso que produce la contaminación por nitratos de las aguas subterráneas y los acuíferos. Similar pérdida puede darse por escorrentía, o flujo de aguas en superficie que, al no infiltrarse alcanza los cursos de agua, especialmente si la lluvia es excesiva tras un abonado nitrogenado.

Volatilización, emisión de amoníaco gaseoso a la atmósfera. Se produce cuando el NH4+ del suelo, en condiciones de pH alcalino, se transforma en el gas volátil amoníaco. Las pérdidas, pueden ser importantes al incorporar formas amónicas a suelos con pH&gt;8. Asimismo, la urea y estiércoles pueden perder hasta el 50% del N por volatilización.

4.– Técnicas de cultivo y prácticas habituales de fertilización nitrogenada en los cultivos y praderas.

4.1.– Cultivos.

Se concentran principalmente en el territorio histórico de Alava y se suceden según unas rotaciones establecidas. Estas rotaciones están determinadas por la aptitud de los terrenos (calidad del suelo, riego) para cultivos de regadío. Desde la entrada en vigor de la P.A.C. las retiradas o barbechos entran dentro de las rotaciones en mayor o menor porcentaje en función de la normativa comunitaria anual.

Las rotaciones más comunes son:

&gt; Cereal tras cereal:

La rotación es trigo-cebada-avena. El trigo raramente se repite en la misma parcela. La cebada sí rota a menudo sobre sí misma, incluso durante bastantes años. La avena se utiliza como rotación antes del cultivo principal de la rotación que es el trigo. Cuando el descanso de la finca se hace con retirada, u otro cultivo, la avena desaparece de la rotación.

La fertilización nitrogenada se hace a cada cultivo y de la siguiente forma:

– Trigo: Sementera: En octubre, noviembre y diciembre. 40-50 UFN (unidades de fertili- zación nitrogenada)

Cobertera: Una cobertera en ahijado: 130-150 UFN.

– Cebada: Sementera: En febrero y marzo: 30-40 UFN.

Cobertera: Una cobertera en comienzo de ahijado: 100-120 UFN.

– Avena: Fertilización semejante a cebada.

&gt; Cereal con cultivo alternativo:

La rotación comprende trigo, 1 ó 2 años de cebada y un cultivo distinto a cereal. Este cultivo es una oleaginosa, proteaginosa o un cultivo forrajero.

El trigo es cabeza de rotación y sigue el cultivo alternativo. Esta rotación mejora la anterior desde el punto de vista de utilización de nutrientes y de control fitosanitario.

La fertilización nitrogenada se hace a cada cultivo y de la siguiente forma:

– Trigo: Se rebaja la dosis total, sobre todo si el precedente es una leguminosa.

La disminución es del 10-25%

– Cebada: Similar a la rotación anterior

– Girasol: Fertilización en sementera. 20-40 UFN

– Guisante proteaginoso: Fertilización en sementera: 20-40 UFN.

– Cultivos forrajeros: En los más cultivados (veza, alholva), prácticamente no se abona con nitrógeno.

&gt; Cereal con cultivo de regadío:

Se da en los terrenos de mayor calidad y normalmente incluye como en los anteriores trigo, cebada (1 año) y un cultivo de regadío extensivo: patata, remolacha, judía verde o maíz. En los mejores terrenos la alternativa es: trigo-cultivo de regadío. Esta alternativa es la óptima desde el punto de vista productivo y de aprovechamiento de nutrientes. Así mismo es la alternativa en la que más precisión hemos de tener en la recomendación de abonado nitrogenado debido al contenido y liberación del propio suelo (restos de cosechas y mineralización del N orgánico).

La fertilización es la siguiente:

Patata de consumo: Sementera: En abril y mayo: 70-90 UFN

Cobertera: 1 ó 2 coberteras: 100-140 UFN Patata de siembra: Sementera: En abril y mayo: 150-200 UFN

Cobertera: Una cobertera: 0-75 UFN

Remolacha: Sementera: En marzo y abril: 90-100 UFN.

Cobertera: Una cobertera en 6-8 hojas: 100-120 UFN

Judía verde: Sementera: En mayo y junio: 40-50 UFN.

No hay fertilización en cobertera.

Maíz forrajero: Sementera: En abril y mayo: 70-100 UFN:

Cobertera: Con 5-6 hojas: 140-180UFN.

Trigo: Sementera: 0-40 UFN.

Cobertera: 120-140 UFN

Cebada: Fertilización similar a las rotaciones anteriores.

4.2.– Praderas.

Esta agrupación comprende superficies de muy diverso aprovechamiento, productividad y problemática medioambiental. Simplificando se pueden considerar tres tipos. Praderas temporales, praderas permanentes y pastizales.

4.3.– Viña.

El cultivo de la vid está localizado principalmente en la comarca de Rioja Alavesa y ocupa una superficie de 11.200 ha. con tendencia expansiva.

La fertilización realizada por los agricultores consiste en la aportación de 30-50 UFN como abonado de fondo. Las aplicaciones en el período vegetativo son más raras pues la escasez de lluvias impide un buen aprovechamiento. El agricultor no supera estas dosis por el riesgo de producir «corrimiento» en floración, con la consiguiente pérdida de producción.

4.4.– Cultivos hortícolas.

La cantidad de fertilizantes aplicada a los cultivos hortícolas y su distribución en el tiempo depende de la especie cultivada y de la intensificación del cultivo. Los niveles de intensificación menores se dan en la producción de hortalizas en suelo y al aire libre. Le sigue la producción de hortalizas en suelo en invernadero, alcanzándose el mayor nivel de intensificación en el caso del cultivo en sustrato o hidropónico en invernadero.

5.– Recomendaciones generales sobre fertilización nitrogenada.

El nitrógeno es un elemento fundamental para el desarrollo de cualquier cultivo. El contenido de N en el suelo no es suficiente por lo que deberá aplicarse a los cultivos con la excepción de las leguminosas, capaces de sintetizarlo a través de las bacterias nitrificantes. Los cultivos de leguminosas solamente necesitarán un pequeño aporte en sementera (20-30 UFN) cuando el terreno sea pobre en N.

Para realizar una fertilización racional hay que tener en cuenta varios factores:

Hay épocas en que se produce una mineralización importante del nitrógeno orgánico presente en el suelo (otoño, primavera).Los cultivos sembrados en esas épocas dispondrán de una cantidad importante de N para sus primeras fases.

La aplicación del nitrógeno debe hacerse lo más cercana posible al estadio de máxima necesidad del cultivo para evitar pérdidas por lixiviación.

El invierno es época de poca actividad y muchas lluvias. Los cultivos sembrados en otoño son muy poco eficientes en la utilización del nitrógeno por lo que una aplicación alta de N a final de otoño se perderá en una buena parte por lixiviación.

Las parcelas con contenidos altos de materia orgánica liberan grandes cantidades de N. Las prácticas de enterrado de residuos vegetales así como las cubiertas verdes favorecen el mantenimiento de la M.O. que redundará en una menor necesidad de aportación de N.

En la aplicación de estiércoles y purines se tendrá en cuenta su composición (N orgánico uréico, amoniacal y nítrico). El N orgánico y uréico son de lenta asimilación por lo que pueden no estar disponibles hasta el próximo cultivo. Por otra parte se deberá tener cuidado para no producir escorrentía. Para evitar esto y las pérdidas por evaporación se procederá siempre que se pueda a un enterrado inmediatamente tras la aplicación.

5.1.– Fertilización en cereales de invierno.

En terrenos fértiles se eliminará la aportación de nitrógeno en sementera en siembras de finales de otoño. En los terrenos pobres se aplicarán 30 UFN como máximo, en forma uréica o amoniacal.

La cobertera se realizará:

En trigo: al comienzo del ahijado. El fraccionamiento no supone una mayor producción. Aún así fraccionaremos en los siguientes casos:

a) Si la primera cobertera es muy temprana por el estado adelantado del cereal.

b) Si la densidad de planta es escasa y se adelanta la 1.ª cobertera para provocar mayor ahijamiento.

c) Si se trata de un terreno arenoso.

d) Si se prevé un período de fríos, lluvias o nieves después de la primera cobertera.

En los casos de fraccionamiento la primera cobertera se hará en forma uréica o amoniacal y la segunda en forma amoniacal o nítrica.

La dosis vendrá determinada por el cultivo anterior y la calidad del suelo establecida a partir de los correspondientes análisis de suelo:

Calidad del suelo

Cultivo anterior Fértil Pobre

Patata 100-125 UFN 150 UFN

Remolacha 125 150

Cereal 125 150-175

Leguminosa 100 150

En cebada de primavera: La siembra se realiza entre enero y marzo; por tanto el desarrollo es rápido y las aplicaciones de sementera y cobertera son bastante seguidas. El precedente normal es un cereal por lo que la recomendación se hace en función de la fertilidad del suelo.

La aplicación de sementera se hará en forma uréica o amoniacal y la cobertera en forma amoniacal o nítrica. Calidad del suelo Dosis en sementera Dosis en cobertera

Fértil 30-40 UFN 50 UFN

Pobre 30-40 UFN 75 UFN

5.2.– Fertilización en maíz forrajero.

El maíz forrajero se cultiva en secano en las zonas con pluviometría estival alta (Aiala, Estribaciones del Gorbea) y en regadío en las zonas con menor pluviometría.

En las zonas ganaderas recibe estiércol o purines en sementera. Hay que tener en cuenta que:

1 tonelada de estiércol aporta 1,5 UFN.

1 metro cúbico de purín de vacuno aporta 2 UFN.

Las siembras se hacen en mayo. Es época lluviosa por

lo que la aplicación de sementera se hará lo más cercana posible a la siembra.

Las necesidades de nitrógeno del maíz se evaluan así: 14 x M.S. (t) - Nmin (Nmin = Nmínimo en función del Nmineral presente en los perfiles del suelo). La dosis total, para una producción de 50 t/ha será de 200 UFN.

La planta de maíz absorbe muy poco nitrógeno hasta llegar al estado de 5 hojas. Por tanto, en sementera se aplicará, como máximo, 1/2-1/3 del total. El resto se aplicará en el estado de 5-6 hojas.

5.3.– Fertilización en otros cultivos alternativos. Guisante proteaginoso:

La siembra se realiza en febrero-marzo. Es una época con poco N disponible en el suelo por lo que pueden ser necesarias 20-40 UFN. No se efectuará aplicación en cobertera.

Girasol:

Las siembra se realiza en abril-mayo. Su productividad depende de la pluviometría recibida. Se cultiva normalmente en secano por lo que las producciones, y por tanto las necesidades, son bajas.

En sementera se aplicarán un máximo de 40 UFN. Colza:

La colza es un cultivo exigente en N. Se siembra en septiembre por lo que aprovecha muy bien la mineralización otoñal.

En sementera se aplicarán como máximo 30 UFN.

En cobertera se efectuarán dos coberteras aplicando 60-80 UFN en cada una. La primera se realizará en el arranque de vegetación y la segunda 20 días después.

Se tendrán en cuenta los criterios generales expresados para los cereales.

5.4.– Fertilización en patata de consumo.

La patata es un cultivo que obtiene altas producciones por lo que necesita suelos fértiles y dosis altas de abonado. Le beneficia especialmente las aportaciones de estiércol. Teniendo en cuenta que la siembra es tardía (abril, mayo ) es aconsejable la realización de un abonado en verde con un cultivo (gramínea o leguminosa) que, tras ser enterrado evite pérdidas invernales de N y aporte UFN al cultivo de patata.

La fertilización nitrogenada se hará en función de la producción esperada, la fertilidad del suelo y la duración del ciclo de cultivo. Para una mayor producción, ciclo más largo y menor fertilidad se necesita una dosis de N mayor.

Las dosis totales serán de 150 a 200 UFN con el siguiente reparto:

En sementera se aplicará un 20% y lo más cercano posible a la siembra.

La primera cobertera será del 30% y se aplicará en el inicio de tuberización (junio-julio).

La segunda cobertera será del 50% y se aplicará cuando la patata empiece a amarillear (julio-agosto).

La fertilización se hará más ajustada con análisis previo según el método Nmin.

5.5.– Fertilización en patata de siembra.

Las recomendaciones generales de la patata de consumo sirven para la patata de siembra con las diferencias de que las siembras de esta últimas son más tardías y las producciones son menores, pues se persiguen calibres más pequeños.

Las dosis totales estarán entre 150 y 180 UFN repartidas en:

Sementera: 90-100 UFN.

Cobertera: 60-80 UFN, al inicio de la tuberización. 5.6.– Fertilización en remolacha.

La remolacha no es un cultivo muy exigente en abono nitrogenado a pesar de tener un ciclo largo (marzo a noviembre). Se le aportarán de 120 a 180 UFN, las dosis más altas en los terrenos menos fértiles.

En sementera se aplicará 1/3 de la dosis total.

En cobertera se aplicarán los 2/3 restantes cuando el cultivo tenga 7-8 hojas (junio).

La fertilización se hará más ajustada con análisis previo según el método Nmin.

5.7.– Fertilización en judía verde.

La judía verde se siembra en mayo-junio, con ciclo de cultivo muy corto y necesidades pequeñas de fertilización nitrogenada. La dosis recomendada es de 40-50 UFN y se realizará en sementera.

5.8.– Fertilización en praderas.

Considerando deseable la pradera mixta de gramíneas y tréboles convienen aplicaciones moderadas de N para no disminuir la producción proporcionada por el trébol y en consecuencia la fijación de N por hectárea.

No conviene sobrepasar los 200 kg. de N por hectárea y año, procedentes del purín ó estiércol y/o de los abonos químicos.(2 U.G.M./ha).

Las características productivas de las praderas presentan grandes diferencias entre las comarcas Cantábricas de Bizkaia y Gipuzkoa por una parte, y por otra las praderas instaladas en Álava. Estas diferencias son debidas a los diferentes regímenes pluviométricos, con una distribución más uniforme en las comarcas cantábricas y una sequía estival fuerte y prolongada hasta comienzos de otoño en Álava.

Como consecuencia, los criterios de fertilización también deben ser diferentes. En el caso de Álava la fertilización nitrogenada debe concentrarse en primavera. En el caso de las comarcas Cantábricas de Bizkaia y Gipuzkoa, la fertilización debe distribuirse más uniformemente a lo largo del ciclo vegetativo. En cualquier caso la dosis total de N no debe sobrepasar las 200 UFN. En el supuesto de praderas con una carga ganadera de 2 UGM/ha, si el purín aportado tiene un 6% de materia seca, se podrían aportar 70.000 l/ha y año en praderas de corte/siega, y alrededor de 45.000 l/ha y año en praderas de pastoreo.

La aplicación de N en otoño para favorecer el aprovechamiento en pastoreo solo se hará si existen condiciones climáticas favorables que permitan esperar un crecimiento apreciable del pasto. Esta aplicación puede ser innecesaria si el contenido en trébol es alto.

En todos los casos se tendrá en cuenta el N que proporciona el estiércol ó purín rebajando la cantidad de abono mineral a aplicar. Como orientación cuando no se disponga de análisis de purines o estiércol puede considerarse la siguiente tabla:

– m.3. Purín vacuno 10% M.S. 1,5 - 2,0 kg.

– m.3. Purín vacuno 6% M.S. 0,9 - 1,2 kg.

– t. Estiércol vacuno (con paja) 1,5 kg.

– t. Estiércol ovino . 2,0 - 2,5 kg.

Abonado mineral orientativo en praderas con un primer corte para silo y un segundo para silo o heno. Resto pastoreo.

siega 60 - 90 UFN

La rotación de cultivos está marcada por un criterio agronómico de producción y otro económico de oportunidad. Este segundo criterio está dirigido hasta cierto punto por las subvenciones de la PAC en el 85% de la superficie dedicada a cultivos. Por ello, será más realista adaptar las labores y técnicas a prevenir las pérdidas de N con estas rotaciones que a cambiar radicalmente la rotación.

11.2.– Actuaciones.

Las dosis deberán estar ajustadas, no sólo al cultivo sino también al rendimiento esperado. Deberá tener en cuenta la fertilidad del suelo, riqueza en materia orgánica y cultivo precedente.

El cálculo de la dosis de fertilización se hará por parcela y no para toda la explotación. En lo posible se recurrirá al análisis y se llevará un libro-registro de fertilización con los datos necesarios para determinar el balance del N en la parcela.

Las aportaciones se realizarán en los estados de necesidad del cultivo, salvo las de sementera, que no se distanciarán del momento de la siembra. No se aplicarán grandes cantidades y, si es posible, ninguna a la entrada del invierno, período con muy poca actividad vegetativa y lluvias abundantes.

Se picará y enterrará el rastrojo siempre que sea posible, sobre todo el de cereal cuando no sea seguido de una siembra en otoño. La paja absorberá el N producido en la mineralización en otoño y aumentará el contenido de N orgánico.

Se evitará en lo posible el suelo desnudo en período de lluvias. Para ello se adelantarán las siembras de cereal de otoño. En fincas con siembras de primavera se recomienda instalar una cubierta vegetal para aprovechamiento forrajero o para enterrado en verde. Reducirá pérdidas y aumentará el N orgánico. Se recomienda que las fincas de retirada o barbecho sean mantenidas mediante cubierta vegetal y enterradas o desbrozadas antes del 1 de junio.

12.– Prevención de la contaminación de las aguas debido a la escorrentía y a la lixiviación en los sistemas de riego.

12.1.– Situación actual del riego.

Álava es el territorio de la CAPV con mayor superficie dedicada al riego.

Los sistemas de riego utilizados por los agricultores son: Cobertura parcial o equipo móvil: Ha sido el primer sistema utilizado y el más extendido. Logra buena uniformidad en riego. Tiene el inconveniente del traslado, que fuerza al agricultor a regar con caudales excesivos para alargar el intervalo entre riegos. Con esta práctica se penaliza la producción y hay riesgo de lixiviación de nitratos a capas profundas o a las aguas encauzadas.

Cañón de riego: Introducido como alternativa al equipo móvil. Evita los trabajos de transporte de tubería y sirve para dar un riego de apoyo rápido. Tiene la desventaja de una presión elevada (5-7 atm.) y un radio muy amplio (hasta 60 m.), dando riegos irregulares y penalizando la producción y la calidad. En suelos con poca velocidad de penetración del agua se pueden producir escorrentías con el consiguiente arrastre de nutrientes.

Cobertura total: El equipo queda instalado en la parcela para todo el cultivo. La disponibilidad del equipo en cualquier momento lo convierte en el mejor sistema para evitar contaminaciones por escorrentía o lixiviación ya que permite al agricultor regar con la dosis adecuada en el momento que el cultivo lo necesite. Los riegos con poco caudal y no espaciados permiten además el riego en pendientes suaves sin producir escorrentías. Actualmente alrededor de un 90% del riego se efectúa por este sistema.

En menor cuantía se utiliza la fertirrigación con riego localizado tanto en cultivo en suelo como en cultivo en sustrato. No se emplean sistemas de riego por superficie (a manta, por surco).

12.2.– Actuaciones.

El riego disuelve los nitratos y los arrastra consigo. Para evitar estos arrastres las aplicaciones de nitratos en cultivos de regadío serán fraccionadas y aplicadas en los momentos de máximas necesidades y absorción de la planta. La misma norma es válida para la dosis de riego.

Se aplicará la dosis necesaria para empapar o mojar la capa de suelo donde se encuentran las raíces del cultivo.

El equipo de riego utilizado preferentemente será el de aspersión, en cobertura total o móvil. El cañón no debe utilizarse en terrenos con pendiente para evitar escorrentía. Se desaconseja el riego a manta o por surcos para evitar lixiviaciones de nitratos.

En el riego por aspersión se debe prestar atención especial a la uniformidad de aplicación. Para conseguirla se vigilarán los siguientes aspectos:

La diferencia de nivel entre el aspersor más alto y más bajo será la menor posible para evitar diferencias de presión. La presión media en el ramal estará entre 2,5 y 4 kg/cm.2 y la diferencia máxima de presión será del 20% sobre la media.

La intensidad de la pluviometría será acorde con la permeabilidad del suelo para evitar la escorrentía. La pluviometría será uniforme. Para conseguirlo los aspersores y boquillas serán iguales (marca, tipo) y el marco de riego tampoco variará.

No se efectuarán riegos con viento.

En el caso de que se efectúe una fertirrigación, y para prevenir fenómenos de contaminación, debe ser practicada con métodos de riego que aseguren una elevada eficacia distributiva del agua; el fertilizante no debe ser puesto en el agua desde el comienzo del riego, sino preferiblemente después de haber suministrado cerca del 20-25% del volumen de agua; la fertirrigación debe completarse cuando se ha suministrado el 80-90% de dicho volumen.

En el caso del riego con solución nutritiva, el sistema de aplicación debe asegurar la homogeneidad de la composición del agua de riego desde el inicio hasta el final del riego; se aplicaran además las técnicas adecuadas para obtener un máximo aprovechamiento del abono nitrogenado empleado.

13.– Epílogo y decálogo.

Vistas la terminología técnica, los pros y contras, y las recomendaciones efectuadas a lo largo del presente Código, es necesario subrayar que su naturaleza informativa ha de servir como una Guía Práctica para ayudar a los agricultores a evitar la contaminación de las aguas por nitrato, no se debe olvidar sin embargo que es de obligado cumplimiento en las zonas declaradas vulnerables.

A modo de resumen, puede disminuirse el riesgo de vulnerabilidad mediante el siguiente decálogo:

1.– Mejora de las técnicas de cultivo.

2.– Reducir el laboreo de praderas.

3.– Siembra temprana de cereales.

4.– No sobrepasar los 200 kg/ha de N total.

5.– Evitar en lo posible la fertilización otoñal.

6.– Optimizar las dosis y momentos de aplicación.

7.– No abonar en suelo desnudo ni en riberas.

8.– Mezcla de paja y tierra en otoño disminuye pérdidas de N.

9.– Tras cereal y remolacha tardía, dejar residuos hasta primavera.

10.– Regar lo justo y de manera uniforme.

II ERANSKINA / ANEXO II

DEFINICIÓN DE ZONA VULNERABLE A LA CONTAMINACIÓN POR NITRATOS

NITRATOEN KUTSADURAK ERRAZ ERASO DEZAKEEN EREMUAREN MUGAKETA

UNIDAD HIDROGEOLOGICA VITORIA. SECTOR ORIENTAL.

GASTEIZKO UNITATE HIDROGEOLOGIKOA. EKIALDEA

(Véase el .PDF)


Análisis documental