Los últimos trabajos de Naia del Castillo tratan sobre la relación de la mujer con el espacio doméstico. Para la artista, por primera vez seleccionada en Gure Artea, la mujer puede sentir la casa como un vestido que se le ajusta al cuerpo, cubriéndola suavemente pero restringiendo sus movimientos y controlando su conducta. La idea queda bien reflejada en Espacio doméstico. Silla, la obra ha sido también expuesta en la colectiva fin de curso del Chelsea College of Art & Desing de Londres donde la autora acaba de licenciarse.
La pieza se compone de una antigua silla con un cojín que se transforma en minifalda. Si la mujer desea sentarse ha de vestirse con la prenda de forma que, obligatoriamente, su cuerpo queda unido a la silla que limita sus movimientos. Frente a la presencia de la silla-cojín-falda hay una fotografía donde aparece una mujer que intenta caminar atrapada con semejante carga.
