Asier Odriozola: "La ópera 'Amaya', de Guridi, es una reivindicación de los vascos ante sí mismos y de puertas afuera"
- Fecha26 de Mayo
- Temática Artes escénicas, Música
El hernaniarra Asier Odriozola Otamendi ha analizado en su tesis doctoral el auge de la ópera vasca entre 1879 y 1920, y su relevancia en el discurso cultural de la época
El vals de Amaya. Regionalismo, ópera vasca y música española (1879-1920) es el título que Asier Odriozola Otamendi ha dado a su tesis doctoral, que defendió la semana pasada en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y que le ha valido la máxima calificación, sobresaliente cum laude. En dicho trabajo de investigación, Odriozola Otamendi analiza, entre otras cuestiones, el lugar que tuvo la ópera vasca dentro de la construcción de la identidad colectiva, así como su relación con la música española. Para ello, se vale de varios ejemplos entre los que destaca la ópera Amaya, de Jesús Guridi.
Su tesis comienza con una cita de Kirmen Uribe extraída de 'Elkarrekin esnatzeko ordua': "Akaso norbera kanpoan dagoenean ikusten direlako gauzak argien". ¿Haber llevado a cabo esta tesis en Catalunya le ha ayudado a entender mejor la ópera vasca?
–Creo que la cita recoge bastante bien el proceso de la tesis. El hecho de que la haya hecho fuera de casa, fuera del País Vasco, es algo que he intentado reflejar también en la visión de la tesis: con la mirada siempre puesta en el País Vasco, pero también he mirado qué sucedía en el entorno.
En el prólogo habla de que el contexto político en Catalunya y en el País Vasco, sobre todo en la última década, le llevó a interesarse por la construcción de las identidades colectivas.
–Por una parte, la música siempre me ha interesado; es algo que viene de casa. Por ejemplo, desde pequeño siempre he ido a la Musika Eskola. La política también me interesa mucho, lo que ha sucedido en Catalunya estos últimos diez años... La tesis ha sido el resultado de intentar ver qué saldría uniendo esos dos intereses, evidentemente, aplicado hacia un contexto de hace un siglo. Al final, descubres que las dinámicas son muy parecidas a las de hoy en día.
¿Por qué tomar la ópera 'Amaya' como referencia?
–Es una obra bastante enigmática. Primero, Francisco Navarro Villoslada escribió una novela que se publicó en 1789 y después se hizo una adaptación en forma de ópera en 1920. Cronológicamente, me venía muy bien por el contexto histórico de esos 40 años. Al mismo tiempo, el mensaje que hay en la novela y en la ópera siempre ha sido, quizá, un poco polémico. Sobre todo, ha estado sujeto a muchos cambios. Según quién la interpretaba, podía ser más vasca o más española. Me interesaba esa doble cara que tenía Amaya y por eso la he utilizado como símbolo del mensaje de la tesis.


