Análisis de los cuidados de larga duración en España tras 15 años de la implantación del SAAD

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Apoyo en las Actividades de la Vida Cotidiana

Apoyo en las Actividades de la Vida Cotidiana

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) publica un artículo que analiza las características de los cuidados de larga duración en España desde la implantación del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) en 2007.

El artículo forma parte de una iniciativa internacional orientada a la revisión de los cuidados de larga duración en diferentes países desarrollados en los que el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población se convierte en elemento de presión para hacer frente a las demandas de una población que envejece.

En España, la prestación de atención y cuidados a las personas mayores ha experimentado un notable desarrollo tras la implantación del SAAD, con el que se ha ampliado la atención de forma universal únicamente bajo criterios de necesidad.

De hecho, al igual que otros sistemas de cuidados de larga duración, el sistema de cuidados en España sigue dependiendo en gran medida de los cuidados proporcionados de modo informal, es decir: por personas cuidadoras informales que resultan ser, mayoritariamente, mujeres, tanto en el sector formal (83%) como en el sector informal (65%). Así, pese al aumento que el porcentaje de gasto de los cuidados de larga duración representa como porcentaje del PIB (del 0,5% en 2003 al 0,9% en 2018), este representa un papel muy reducido en el gasto de cuidados. La posibilidad de valorar la sustitución de las personas cuidadoras informales por servicios de ayuda personal a domicilio supondría un aumento del gasto en cuidados del 2,3%-3,8% del PIB.

El perfil de las necesidades y de la demanda

Según informaciones de la OCDE, el porcentaje de personas mayores de 65 años en España aumentará hasta el 23,8% en 2030 y el 30,3% en 2060 desde el 19,9% actual, de modo que para 2060 se estima que algo más del 27% de la población de más de 65 años haya alcanzado los 85 años de edad o más.

De acuerdo con los datos publicados en este artículo, en relación con las necesidades de apoyos se calcula que el 11% de la población mayor de 65 años tiene dos o más limitaciones para la realización de las llamadas Actividades de la Vida Diaria (AVD), frente al 25% de las personas mayores de 85 años. Esto incluye ayudar o depender de otra persona para realizar actividades básicas como lavarse, comer, vestirse, manejo de finanzas o uso del dinero y compras, por ejemplo.

Estas cifras sugieren la importancia de planificar la respuesta a las necesidades de apoyos en los próximos años, particularmente en términos de servicios, tecnología y capital humano, dada la previsión de que se produzca un notable aumento de la demanda de cuidados de larga duración.

Marco institucional de los cuidados: concepción e implementación del SAAD

La introducción de SAAD en 2007 España universalizó el acceso -que no la financiación- de la atención, independientemente de la edad u otras características demográficas. No obstante, a pesar de gestarse desde una concepción participada, el artículo evidencia que su implementación ha resultado heterogénea en las diferentes Comunidades Autónomas.

Inicialmente el SAAD se concibió para proporcionar únicamente un sistema de apoyos de atención domiciliaria, pero el diseño final incorporó un subsidio en efectivo para apoyar a los hogares a continuar brindando la atención. A las personas se les ofreció una cuantía económica y una cantidad de horas de atención domiciliaria después de una evaluación de necesidades, que difiere ligeramente en cuanto a criterios en función de las diferentes Comunidades Autónomas. La evaluación de necesidades examina 47 tareas agrupadas en diez actividades. A cada tarea normalmente se le asigna un peso diferente, con empleo de una escala diferente entre las personas que sufren un trastorno mental o una discapacidad cognitiva. Además, la evaluación de la atención considera el grado de supervisión requerido para realizar cada tarea. Las personas evaluadoras entrevistan a miembros de la familia y consideran necesidades sociales más amplias y tras la evaluación de necesidades, cada persona solicitante recibe un "plan de atención individual" que determina el apoyo que mejor se adapta a sus necesidades sociales y de atención más amplias (e incluye una consulta con la familia).

Durante el período analizado, las asignaciones en efectivo se han convertido en la opción elegida por alrededor del 50% de las personas solicitantes. Es decir, Las asignaciones por cuidado han beneficiado a alrededor del 50% de las personas beneficiarias del SAAD. Sin embargo, dichas asignaciones son incompatibles con las ayudas para la atención domiciliaria. La red de servicios proporcionados por el sistema de cuidados de larga duración incluye apoyos de atención domiciliaria, atención diurna y atención en residencias para personas mayores. El acceso a estos servicios está condicionado por la puntuación obtenida en una escala de calificación que considera la edad, el estado de discapacidad, los recursos económicos y la situación familiar.

Así, de acuerdo con la escala de clasificación definida por el SAAD e implementada por las CC.AA., las personas se clasifican como:

  1. No dependiente.
  2. Con dependencia moderada o grado I: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal.
  3. Con dependencia severa o grado II: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal.
  4. Con gran dependencia o grado III: cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal.

Además de los aspectos señalados, el artículo aborda algunas otras características sobre los cuidados de larga duración en España:

  • Todas las personas tienen derecho a acceder a cuidados de larga duración, aunque la elegibilidad para resultar beneficiario/a no depende de la edad de u otras características socioeconómicas y/o demográficas, estando solamente condicionada a una valoración de necesidades que determine el grado de apoyos necesarios, contemplados en un plan de atención específico. Actualmente, la realización de las valoraciones a realizar en el marco del SAAD enfrenta, sin embargo, tiempos de espera notables, que oscilan entre CC.AA., y una parte de las personas solicitantes fallecen antes de poder beneficiarse del SAAD.
  • El artículo 14 de la Ley para el Fomento de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia establece que las prestaciones de atención a la dependencia podrán revestir la forma de subsidios en metálico o apoyos al cuidado para, por un lado, fomentar la autonomía personal y, por otro, cubrir las necesidades de las personas que tienen dificultad para la realización de las actividades básicas de la vida diaria (AVD).
  • La financiación de los cuidados de larga duración procede, por otro lado, de los presupuestos nacionales y de las CC.AA., así como de las propias personas a través de la distribución de costes en base a los ingresos de cada una.
  • Los planes de atención individualizada definen la atención que mejor se adapta a las necesidades de cada persona, e incluyen no solo de las necesidades de atención personal, sino que se considera una mayor disponibilidad de atención en el hogar. Entre los beneficios reportados por el SAAD destaca que, desde su implementación en 2007, las aportaciones han contribuido al aumento de los derechos de seguridad social de las personas cuidadoras informales por debajo de la edad oficial de jubilación.
  • A excepción de la teleasistencia y una red de apoyos que incluyen apoyos de atención domiciliaria financiados con fondos públicos proporcionados por cuidadores/as profesionales, recibir una asignación en efectivo es incompatible con cualquier forma de apoyo de atención domiciliaria.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA), se define como un laboratorio de ideas orientado al desarrollo de actividades de investigación, divulgación e influencia en el diseño de las políticas públicas sobre las cuestiones económicas y sociales más importantes del momento y divulgando con posterioridad esa investigación.

Si desea ampliar esta información, puede acceder al artículo sobre “Cuidados de larga duración en España” (Long-term Care in Spain), publicado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, 2022).