Cómo evoluciona la infección por VIH/SIDA
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En una primera fase, la persona infectada por el VIH no presenta ningún síntoma de enfermedad, ya que el virus se encuentra “dormido” y no ha destruido su sistema inmunitario. Se trata de un portador asintomático.
Al cabo de algún tiempo de haberse infectado, generalmente años, algunas personas empiezan a tener algunos síntomas relacionados con la infección por VIH, ya que el virus ha comenzado a destruir linfocitos y, por tanto, ha debilitado el sistema inmunitario. Estos síntomas menores (fiebre, diarrea, pérdida de peso, aumento del tamaño de ganglios linfáticos, etc.) no son específicos del sida, es decir, pueden aparecer en otras muchas enfermedades.
El sida es la forma más grave de la infección por el VIH. Una persona padece sida cuando desarrolla lo que llamamos infecciones oportunistas o determinados cánceres.
Todos vivimos rodeados de microorganismos que normalmente no producen enfermedades gracias a nuestro sistema inmunitario. Cuando este sistema de defensa está muy deteriorado es incapaz de destruirlos. Algunos de esos microorganismos aprovechan esa situación de debilidad de nuestras defensas, es decir, esa oportunidad para invadir el organismo y provocar infecciones que se llaman “infecciones oportunistas”.
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