Este grabado representa una cabra montés macho y tiene una longitud de 25 cm. Sus cuernos, mucho más grandes en los machos que en las hembras, muestran claramente que se trata de la especie pirenaica y no de la alpina, lo que indica que estas dos especies estaban perfectamente diferenciadas en esta época.
Las patas delanteras, reducidas a simples apéndices, están recogidas como en una actitud de saltar.