El Lehendakari junto a Pilar Manjón. JB

El Lehendakari Juan José Ibarretxe ha ensalzado el papel de las víctimas del 11 de marzo de 2004 y les ha agradecido que, a pesar de verse obligados "a visitar el infierno" mantengan "una actitud de construcción en positivo". "Nos estáis enseñando y ayudando a enfrentarnos a nuestro dolor. Nos dais fuerza y energía para romper el círculo de la violencia ciega e inhumana de ETA que maltrata a familias inocentes y al conjunto de la sociedad vasca", les ha dicho. Ha reconocido asímismo que las instituciones vascas "no siempre hemos acertado con las palabras, los gestos y las acciones" hacia el colectivo de víctimas.

El Lehendakari ha realizado estas afirmaciones tras visitar la exposición "Trazos y Puntadas para el Recuerdo. Una ventana de paz en Euskadi", que organizada por la Asociación 11M y apoyada por el Departamento de Justicia del Gobierno Vasco, ha estado expuesta estos días en el Palacio Euskalduna de Bilbao.

Durante su discurso Ibarretxe ha afirmado que nadie puede pedir a las víctimas un comportamiento heroico pero quien es capaz de superar su dolor, vivir con esperanza, sin odio y fanatismo y transmitir una actitud solidaria de lucha por la justicia es un "heroe" y que precisamente ésa es la enseñanza que se desprende de las víctimas del 11M y que permite "romper el círculo de la violencia".

En su intervención el Lehendakari ha insistido en la necesidad de que los partidos políticos vascos alcancen acuerdos que pongan fin al conflicto que vive Euskadi.

Ha mostrado su convencimiento de que la actividad terrorista no ha conseguido parar el desarrollo económico y social de Euskadi pero sí la acción política.

"Estamos enredados por los anzuelos envenenados que ETA lanza", ha asegurado y ha apostado por "buscar soluciones" y "lograr acuerdos políticos", porque "tenemos derecho a vivir y a convivir en paz". "Para alcanzar la paz hay que dialogar", ha subrayado.

El acto ha sido cerrado por la Presidenta de la Asociación 11M, Pilar Manjón quien ha expresado el deseo de su colectivo de ofrecer un abrazo sincero a la sociedad vasca.

La exposición recoge las distintas donaciones que como muestra de ternura y de homenaje han sido realizadas a la Asociación. Quiere además ser un instrumento para proyectar las energías de transformación del dolor en bandera de paz y servir como punto de reflexión pedagógica y de estudio para poder desterrar la violencia y la intolerancia.