Más de 9.200 jóvenes de Euskadi reciben anualmente el apoyo económico del Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco para pagar el alquiler

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  • En los últimos tres años otras 4.369 personas de 18 a 35 años han accedido a una vivienda protegida

El Gobierno Vasco está favoreciendo anualmente la emancipación de más de 9.200 personas jóvenes en Euskadi a través de ayudas económicas para el pago del alquiler (PCV, PEV y Gaztelagun) y de programas como ASAP y Bizigune. Además, en los últimos tres años otras 4.369 han sido adjudicatarias de una vivienda protegida. Son datos que recoge el informe Población joven y vivienda 2022 elaborado por el Observatorio Vasco de la Vivienda, que analiza la situación actual de las personas entre 18 y 35 años y las causas que se encuentran detrás de las tardías tasas de emancipación en la comunidad autónoma, relacionadas principalmente con la situación del mercado laboral entre las personas de estas edades y la escasa oferta de viviendas asequibles en el mercado.

El Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes que dirige Iñaki Arriola, consciente de las dificultades añadidas que presentan las personas jóvenes para acceder a una vivienda asequible, ha puesto en marcha en los últimos años programas y medidas de atención específica destinados a esta franja de edad. Por una parte, los y las jóvenes han pasado a disponer de un cupo de acceso prioritario del 40% en las promociones de alquiler impulsadas por el Gobierno Vasco y por otro, son el colectivo prioritario de los alojamientos dotacionales, un tipo de vivienda idóneo para atender sus necesidades de emancipación. Además, el Departamento de Vivienda ha creado en 2019 el programa Gaztelagun, destinado a favorecer la emancipación de las personas jóvenes mediante ayudas económicas directas para el pago del alquiler. 3.777 jóvenes tienen en la actualidad concedida la ayuda y cobran todos los meses una prestación que se conserva hasta cumplir los 36 años si se siguen manteniendo las mismas condiciones. Casi 6.000 jóvenes (5.914) han disfrutado en algún momento de las ayudas del programa.

Así mismo, 5.060 personas jóvenes están percibiendo la Prestación Complementaria de Vivienda y 112 la Prestación Económica de Vivienda, mientras que otras 350 son beneficiarias de los programas destinados a la movilización de vivienda vacía ASAP y Bizigune.

En Etxebide, están registradas como demandantes de vivienda 30.798 personas de esta franja de edad, de las que dos de cada tres solicitan un hogar en régimen de alquiler. El informe muestra cómo, pese a tener condiciones laborales peores, las mujeres cuentan con tasas de emancipación superiores a los hombres, un 38,1% frente al 27,7% en el caso de ellos. Ambas tasas son, entre las personas de 18 a 34 años, las más bajas desde el año 2010.

Entre las razones, el estudio analiza el acceso al empleo de esta población, con datos como que 7 de cada 10 menores de 30 años llevan menos de dos años en su puesto de trabajo, una proporción que asciende a uno de cada tres en la franja de 30 a 34 años. El acceso tardío al empleo estable y de calidad impacta en el acceso a la vivienda, y, según el censo del mercado de trabajo, solo el 40% de las personas de 25 a 30 años están ocupadas, un porcentaje que crece al 80% entre los 30 y los 35 años, aunque uno de cada tres de esta última franja tiene empleos de baja calidad. Es precisamente en el salto en la treintena donde se sitúa la edad media de emancipación en 2022, en 29,7 años en Euskadi. Por tramos de edad, la población emancipada de 30 a 34 años es del 71,5%, un porcentaje que se reduce al 32,8% en el caso de las personas de 25 a 29 años y al 5,2% en la franja de edad de 18 a 24 años.

La inestabilidad laboral es un factor explicativo evidente de las reducidas tasas de emancipación”, señala el informe del Observatorio Vasco de la Vivienda, que cifra en 1.273 euros netos para jóvenes de 25 a 29 años y en 1.558 euros netos entre los de 30 a 34 años la nómina mensual. Este factor, unido a la realidad del mercado de la vivienda libre en Euskadi, hace que en el caso de las hipotecas se supere el 50% del salario neto en todas las franjas de edad de las personas jóvenes, y en el caso del alquiler el promedio se sitúa en el 54%, ambos lejos del 30% establecido como nivel máximo de esfuerzo recomendado. Estos datos son todavía más acusados en el caso de las mujeres, que dedican 6,6 puntos más que los hombres en el caso del pago de una hipoteca.

La vivienda protegida sí es asequible para las personas jóvenes, con niveles de esfuerzo para ambas fórmulas de acceso, compra y alquiler, que se sitúan en torno al 28% del salario neto. Este tipo de vivienda constituye una oferta adecuada a la demanda de vivienda de las personas jóvenes vascas, y su promoción y fomento forma parte de las medidas que tienen como objetivo adelantar su edad de emancipación.