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 La enfermedad mental no es un fracaso personal ni es algo que sólo le suceda a los demás. Factores genéticos, biológicos, sociales y ambientales determinan conjuntamente la aparición de enfermedades mentales y trastornos cerebrales.
El equilibrio mental permite a una persona aprovechar su potencial cognitivo y afectivo, así como su capacidad para relacionarse, afrontar de manera más eficaz el estrés, realizar un trabajo fructífero y efectuar un aporte positivo a la comunidad.
Los trastornos mentales y cerebrales impiden o disminuyen la posibilidad de alcanzar todos o parte de esos resultados. Dicho de otro modo, prevenir y tratar esos trastornos ayuda a despejar el camino para el pleno aprovechamiento del potencial individual.
"Hablar de la salud sin referirse a la salud mental es como afinar un instrumento y dejar algunas notas disonantes", afirmaba la Directora General de la OMS en 2001. Pues bien, como la salud mental es parte fundamental del desarrollo humano, hay que reconocer los problemas de salud mental como una realidad inseparable de la vida, pero una realidad a la que se puede hacer frente.
Las siguientes guías quieren servir de apoyo a quienes atienden o acompañan a personas enfermas o a las personas que están luchando por superar situaciones que afectan a su salud mental.
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