“Creemos firmemente que las herramientas financieras, bien orientadas, pueden ser un motor estratégico para la competitividad de nuestras empresas y, por tanto, para el bienestar de nuestra sociedad”. Con este mensaje de cabecera, el consejero de Hacienda y Finanzas, Noël d’Anjou, ha intervenido hoy en el foro “Retos y oportunidades de la economía de Euskadi”, organizado por Deusto Business Alumni, en colaboración con Deloitte.
Un foro en el que se han compartido visiones y propuestas para el impulso económico de Euskadi, y donde d’Anjou ha destacado el “modelo vasco” que se quiere seguir impulsando desde el Gobierno, cimentado, según ha explicado, sobre bases sólidas a través de “un contrato que se sustente en tres palancas clave: una industria competitiva, políticas de innovación y una arquitectura financiera al servicio del tejido productivo”.
En su exposición, el consejero de Hacienda y Finanzas ha sintetizado en diez puntos buena parte de la estrategia del Gobierno Vasco para impulsar “un nuevo contrato social que garantice estabilidad y dinamismo económico”.
Un decálogo en esa hoja de ruta, que responde a:
- Reforzar el tejido de pymes y consolidar empresas de tamaño medio con mayor capacidad de internacionalización.
- Impulsar un sistema de formación conectado con el mercado laboral, orientado a las necesidades reales de los sectores productivos.
- Acelerar la transición digital y tecnológica, apoyando la industria 4.0, la inteligencia artificial, la biotecnología y la salud, ámbitos donde Euskadi tiene ya capacidades relevantes.
- Promover la descarbonización y las energías limpias, apostando por sectores como el hidrógeno verde, que no solo reducen emisiones, sino que pueden generar empleo de calidad y valor añadido.
- Mejorar la coordinación institucional y la simplificación administrativa, para facilitar la puesta en marcha de nuevos proyectos, reducir la burocracia y ganar eficiencia en la gestión pública.
- Movilizar inversión hacia sectores estratégicos a través de instrumentos financieros propios, como el Instituto Vasco de Finanzas, que está llamado a jugar un papel central en esta nueva etapa.
- Desarrollar proyectos transformadores con visión de país, como el Corredor Vasco del Hidrógeno, la infraestructura de supercomputación cuántica en Gipuzkoa o el nodo farmacéutico de Araba.
- Fomentar la cooperación público-privada a través de clústeres y alianzas, generando sinergias y soluciones compartidas en ámbitos como la digitalización o la economía circular.
- Apostar por la internacionalización, no solo exportando más, sino diversificando mercados y atrayendo inversión estratégica a Euskadi.
- Fortalecer la cohesión territorial con mejores infraestructuras de movilidad, vivienda accesible y conectividad, porque el bienestar también se construye desde la proximidad.
“Estas diez líneas de actuación son compromisos que ya estamos activando”, ha subrayado d’Anjou, recordando cómo en marzo se puso en marcha una iniciativa pionera, la Alianza Financiera Vasca. “Un esfuerzo por alinear el ahorro y el capital vasco con los objetivos de transformación económica e industrial”.
“Sabemos que no hay transformación sin liderazgo, ni liderazgo sin compromiso compartido”, ahondando en la idea de que el futuro no lo garantiza nadie, “pero lo podemos construir entre todas y todos”, con un guiño final a no dejar escapar esa oportunidad porque “esa es la Euskadi Berria que queremos”.
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