Una delegación del Gobierno Vasco busca en Extremadura a familiares de presos fallecidos en la prisión de Orduña para tratar de identificar los restos exhumados del cementerio de la localidad

Fuente: Sociedad de Ciencias Aranzadi

23 de enero de 2023

• El 28 de enero el Gobierno Vasco presentará en Castuera (Badajoz) ante medios de comunicación, asociaciones y familiares de víctimas los trabajos llevados a cabo para recuperar los restos de 71 personas exhumadas hasta la fecha
• Gogora tiene contacto con 41 familias de presos fallecidos en la prisión de Orduña, a las que ya se les ha gestionado la toma de muestra de ADN
• El objetivo es llegar a contactar con el mayor número de familiares posibles que puedan donar ADN para llevar a cabo la identificación genética de los restos
• De los 225 prisioneros fallecidos en la prisión de Orduña, entre 1937-1941, 127 eran extremeños, 41 de Castilla la Mancha y 22 de Málaga

El próximo 28 de enero una delegación del Gobierno Vasco del área de memoria, encabezada por Beatriz Artolazabal, consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, se trasladará a Castuera (Badajoz) para presentar ante los medios de comunicación, asociaciones de memoria histórica y familiares de presos fallecidos en la prisión de Orduña los trabajos de exhumación realizados en el cementerio del municipio. Esta iniciativa se enmarca en el programa de ‘Busqueda de desaparecidos de la Guerra Civil’ que el Gobierno Vasco tiene en marcha desde del 2003, a través del convenio con la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
La visita tiene el objetivo de tratar de identificar los restos exhumados pertenecientes a 71 personas, recuperados en las dos campañas de excavación realizadas en junio de 2014 y diciembre de 2022. Por la documentación histórica existente se conoce que, de los 225 prisioneros fallecidos en la Prisión de Orduña, la mayoría, 127, eran extremeños, y fueron trasladados desde la prisión de Castuera. Por ello, se ha realizado un llamamiento a familiares de la zona y asociaciones de memoria histórica para que asistan con un doble objetivo:
- Informarles sobre los trabajos de recuperación de restos realizados hasta la fecha.
- Ampliar la toma de muestras genéticas a familiares que podría culminar en la identificación de los restos.
La presentación tendrá lugar el próximo sábado, 28 de enero, en el Museo del Turrón de la localidad (calle Huertos 46, Castuera, Badajoz) a las 11:00 de la mañana. Por parte del Gobierno Vasco, asistirán, además de la consejera Beatriz Artolazabal, el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, y la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, Gogora, Aintzane Ezenarro. Esta iniciativa se lleva a cabo con la colaboración de la Junta de Extremadura, y el Ayuntamiento de Castuera. En la reunión participarán Francisco Pérez Urban, director general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural de la Consejería de Cultura y Deportes de la Junta de Extremadura, y Francisco Martos, alcalde de Castuera.
El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos-Gogora es la encargada de coordinar los trabajos de identificación de las víctimas, para ello, ha contactado ya con 41 familias de víctimas de la prisión, con la que ya ha gestionado la toma de muestras de ADN. Algunas de estas familias ya han confirmado su asistencia a la reunión, así como 4 asociaciones de memoria histórica de la zona, quienes están colaborando activamente para hacer llegar este llamamiento a las familias de las víctimas.
Los esfuerzos del Instituto de la Memoria se concentran en el proceso de identificación de los restos, para ello, es fundamental, encontrar entre los descendientes de los fallecidos, a quien pueda donar una muestra de ADN válida para el cotejo con el ADN de los restos exhumados. El tiempo transcurrido desde su muerte y el grado de parentesco, así como la calidad del ADN que se pueda extraer de los restos óseos, determina en gran medida que se pueda llegar a la identificación genética.
Por todo ello, Gogora hace un llamamiento a familiares de personas presas fallecidas en la prisión de Orduña a que se pongan en contacto, bien para asistir a la presentación, bien para informarse sobre el proceso de identificación.
Lo pueden hacer llamando o escribiendo a
944 032 845 | gogora@euskadi.eus

Cifras de fallecidos
Entre 1937 y 1941 murieron en la prisión de Orduña 225 personas. De ellas:
- 127 eran de Extremadura (125 de Badajoz y 2 de Cáceres)
- 41 de Castilla la Mancha (34 de Ciudad Real, 4 de Toledo y 3 de Albacete)
- 22 de Málaga
- 7 de Tarragona
Los 28 restantes eran naturales de otras provincias del Estado, todos ellos eran trasladados a la prisión de Orduña, alejándolos de su lugar de origen y de sus familias. Muchos de ellos, llegaron a Orduña provenientes de la prisión de Castuera (Badajoz) se conoce 87 de los fallecidos en Orduña provenían de esa prisión. En total, entre los años 1939 y 1941, al menos 1.940 personas presas llegaron a la cárcel de Orduña provenientes de la prisión de Castuera.

Campo de concentración y prisión
Entre 1937 y 1941 en Orduña (Bizkaia), en el colegio de los Padres Jesuitas, se estableció un campo de concentración de prisioneros de guerra y posteriormente, en octubre de 1939, una prisión central donde fallecieron, al menos, 255 personas, 24 de ellas en el campo de concentración. Algunos de los cautivos fueron utilizados como trabajadores forzosos para realizar diversos trabajos de construcción en la zona.
El campo de concentración de Orduña comenzó a funcionar en julio de 1937 cuando el bando sublevado pone en marcha una red de campos para concentrar de forma masiva a los combatientes republicanos apresados y los utiliza para clasificarlos dependiendo de su grado de responsabilidad en favor de la República. En todos ellos la arbitrariedad y las condiciones de vida infra-humanas eran el denominador común: hacinamiento, humillaciones, hambre, frío, enfermedades y muertes.
La mayoría de estos campos se clausuraron en 1939 salvo algunos, como el de Orduña (1939-1941), que pasaron a ser prisiones. Finalizada la guerra, Orduña paso a ser parte del engranaje de la política penitenciaria del Franquismo, especialmente diseñada para aquellos quienes perdieron la guerra. El perfil de los presos cambió, provenían de lugares alejados del país, así, se conoce que la mayoría de las personas que fallecieron estando cautivas en Orduña eran naturales de las comunidades de Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña.