El paro baja en abril en 1.191 personas y se cierra el mes con 108.001 desempleados

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El paro ha vuelto a bajar en Euskadi en todos los territorios, entre hombres y mujeres, en todas las franjas de edad y en todos los sectores. Y se acompaña de un nuevo máximo histórico de afiliación a la Seguridad Social, de personas que, además de trabajar, tienen derechos reconocidos. Son 2.588 más que el mes anterior y suman ya 997.243. Hay por tanto un gran equilibrio que afianza el camino recorrido. Estamos ante las cifras de paro más bajas desde 2008, y las cifras de afiliación más altas nunca conocidas en Euskadi a pesar de que en estos últimos quince años la cifra de población es la misma y las jubilaciones han aumentado en unas 85.000 personas.

Este es un signo de solidez del tejido productivo, y un reflejo de cómo la protección del empleo durante la pandemia y la reforma laboral acordada con los agentes sociales están teniendo el efecto que se buscaba. En un análisis general, siempre es una buena noticia que haya menos gente buscando empleo sin encontrarlo y, por tanto es un dato muy bueno, que sigue corrigiendo déficits del mercado de trabajo en Euskadi.

Es especialmente significativo el descenso entre los jóvenes, que acaparan de forma abrumadora ese descenso del desempleo. Y aunque en las siguientes franjas de edad también desciende, se ve que lo hacen con más dificultad a medida que las personas cumplen años y especialmente si son mujeres. Por eso también el acierto de la Mesa de Diálogo Social, que se ha propuesto profundizar en un plan que incentive la contratación de mayores de 45 y 50 años, que es el reto inmediato que ya estamos abordando. Porque es ahí precisamente donde se sigue concentrando el paro de larga duración que, aunque se sigue recortando, esa franja superior de edad supone el 60% de quienes llevan más de un año buscando trabajo.

La reforma laboral y la inclusión del indefinido por defecto, salvo que se justifique la temporalidad, también ha tenido como efecto una reducción progresiva del volumen total de contratos, frente a las épocas en las que la misma persona podía suscribir varios al mes para realizar las mismas tareas. Esa contratación indefinida se ha ido consolidando y supone una cuarta parte de los nuevos contratos, pero hay algún subsector, como el de actividades de los hogares, donde suponen 9 de cada diez nuevos contratos.

Con estas cifras que son objetivamente buenas, vamos a seguir poniendo el foco y los esfuerzos en quienes tienen más dificultades de acceso o reenganche al empleo. Las políticas emprendidas han dado resultado, pero es un camino en el que no vamos a descuidar a las 108.000 personas que todavía buscan empleo y no lo encuentran.

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