El programa psicosocial Berritze ha atendido desde su puesta en marcha a más de 600 personas

31 de agosto de 2022

  • 276 eran personas ucranianas con estatuto de protección y 326 personas acogedoras
  • Mediante espacios psicoeducativos o de escucha y apoyo mutuo, acompañamiento en la adaptación y la convivencia, atención psicológica a menores de origen ucraniano o actividades grupales de ocio terapéutico, el programa Berritze brinda orientación, asesoramiento y apoyo emocional
  • Impulsado por el departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, se puso en marcha el 1 de junio
  • Nuevas actividades de carácter terapéutico y reparador se sumarán durante las próximas semanas a las ya realizadas a lo largo del verano en los diferentes territorios de la CAE. Hoy mismo ha tenido lugar una visita guiada al casco antiguo de Vitoria-Gasteiz

 

Vitoria-Gasteiz, 31/08/2022

Desde el 1 de junio, fecha en la que inició su andadura, el programa de atención psicosocial Berritze ha atendido a un total de 602 personas; 276 de ellas eran personas con estatuto de protección, mientras que las otras 326 eran personas acogedoras.

Este programa fue aprobado en la Mesa para la acogida de personas refugiadas del 27 de abril de 2022, en la que se acordó la activación, a través del departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, de un paquete de medidas urgentes para hacer frente a las consecuencias económicas y sociales derivadas de la guerra.

Se trata de una iniciativa que busca orientar, asesorar y acompañar emocionalmente tanto a las personas que se han visto obligadas a abandonar Ucrania debido a la invasión rusa como a las familias vascas de acogida.

Un nutrido grupo de profesionales de la Psicología trabaja, tal y como explican desde el propio servicio, para “fomentar y consolidar las fortalezas individuales de las personas, con el fin de que afloren los propios recursos resilientes”. De igual modo, buscan “sanar las heridas emocionales causadas por la traumática experiencia de la guerra, a través de experiencias positivas y reparadoras centradas en el cuidado y en el bienestar”, así como “facilitar una comprensión mutua de carácter comunitario, promoviendo el encuentro y la relación entre las distintas realidades culturales”.

A tal efecto, el programa Berritze ofrece diferentes alternativas en función de las necesidades manifestadas por cada persona o grupo familiar, ya sean espacios psicoeducativos o de escucha y apoyo mutuo; espacios de orientación y asesoramiento; acompañamiento para la adaptación y la convivencia en hogares en los que residen varias familias; procesos de valoración y atención psicológica a menores de origen ucraniano o actividades grupales de ocio terapéutico. 

Una muestra de esta labor son los encuentros que se han desarrollado a lo largo del verano en los diversos territorios de la CAE. 

Entre las actividades de carácter transcultural que se han llevado a cabo en Araba cabe citar, por ejemplo, una visita a la Catedral de Santa María, una sesión de danza de la mano de Jare Dantza Taldea, un taller de cocina intercultural o la visita guiada al casco antiguo de Vitoria-Gasteiz que ha tenido lugar esta misma mañana.

De la misma manera, en el territorio histórico de Bizkaia se han programado diversas actividades, poniendo especial énfasis en las dirigidas a niñas, niños y adolescentes; como la salida que, el 29 de julio, permitió a jóvenes procedentes de Ucrania conocer mejor Bilbao y sus rincones históricos. O la visita a la exposición Impresionistas, de la que disfrutó el pasado 3 de julio en el Palacio Euskalduna otro grupo de participantes, con el fin de que pudieran tomar contacto con el arte desde una experiencia emocional más inmersiva.

En Gipuzkoa, por su parte, se han desarrollado diferentes actividades en torno a los grupos de orientación y asesoramiento para familias acogedoras. Se logra con ello generar un espacio compartido en el que reflexionar, comprender y aprender sobre las experiencias personales que están viviendo durante el proceso de acogimiento.

A lo largo de las próximas semanas, los tres territorios históricos seguirán acogiendo propuestas de carácter terapéutico y reparador, como los espacios grupales dirigidos a mujeres y menores de edad de origen ucraniano que está previsto habilitar en Araba; los grupos de apoyo que en Bizkaia se crearán para trabajar junto a madres ucranianas, menores de edad y familias acogedoras en la incorporación de niñas, niños y adolescentes a los centros educativos; o la actividad grupal que, junto a mujeres ucranianas y con la colaboración del programa Loturak de Fundación Ellacuría, se ha puesto ya en marcha en Gipuzkoa.

En palabras del equipo de profesionales de Berritze, “los espacios grupales se están consolidando como la opción más demandada, ya que en ellos comparten preocupaciones comunes, amplían la red de soporte natural y desarrollan sentimientos de pertenencia y apoyo mutuo”.  

Buena parte de estas actividades, añaden, “se han podido llevar a cabo gracias al trabajo colaborativo con otras entidades de acogida y acompañamiento a las personas refugiadas de Ucrania”.

Este programa, concluyen, “está permitiendo acompañar a personas que se encuentran en una situación frágil y complicada”.