Artolazabal afirma que la mejor forma de combatir la violencia machista es luchando contra la desigualdad

30 de junio de 2022

La consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ha abierto la sexta edición del Curso de Verano de la UPV-EHU sobre violencia de género que hoy se ha celebrado en Donostia-San Sebastián. Lo ha hecho, convencida de que “el origen de la violencia machista contra las mujeres se encuentra en la desigualdad” y que, por tanto, “luchar contra la desigualdad, es la mejor forma de combatir la violencia”.

Además de ella, la inauguración ha contado con la presencia del presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Iñaki Subijana, y la directora del Curso, Izaskun Porres, a quienes Artolazabal ha agradecido la cercanía de la universidad a las necesidades actuales de la sociedad vasca.

Una muestra de ese esfuerzo por abordar asuntos de interés y proximidad ha sido la organización de este curso especializado en Violencia oculta, maltrato económico, violencia vicaria y realidad social, el segundo con temáticas vinculadas a las áreas del departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales.

Tras el curso de ayer sobre la violencia que se ejerce a la población infantil y adolescente, la universidad abordará mañana otro asunto de especial relevancia: el cambio climático y el feminismo.

Al iniciar su intervención la consejera Artolazabal ha descrito la situación de la violencia machista en Euskadi con algunos datos. Así, ha señalado que, en 2019, “una buena parte de las 3.098 mujeres víctimas de violencia por su pareja o expareja identificadas por la Ertzaintza, tenían hijas e hijos”.

Igualmente, ha destacado que “1.375 personas menores de 18 años estaban inmersas en 2019 en procesos de separación conflictivos o difíciles entre padres y madres”. Todas esas personas tuvieron que ser atendidas en los puntos de encuentro familiar por derivación judicial.

Con posterioridad, Artolazabal se ha centrado en una de las manifestaciones más claras de la violencia oculta o invisible, la que tiene un componente económico.

Este tipo de violencia se suele manifestar en la restricción en el manejo del dinero y la administración de los bienes, la reclamación sobre cómo gastar el dinero, la prohibición de trabajar o el impago de pensiones, entre otros. En opinión de la sailburu, “la violencia de tipo económico tiene consecuencias devastadoras en la autonomía personal de las mujeres víctimas”.

En ese mismo contexto, el curso de verano ha abordado la situación de las víctimas antes y después de las denuncias, así como la importancia de respetar los tiempos de las víctimas ante la presentación de las denuncias. “Lo que no supone que no se las pueda atender, orientar y proteger, aunque no haya presentado la correspondiente denuncia”, ha puntualizado la responsable de Justicia.

En este sentido, Artolazabal ha destacado que el servicio de asistencia a la víctima del Gobierno Vaco (SAV) atiende desde hace tres décadas a todas las mujeres que acuden en petición de ayuda ofreciéndoles orientación, apoyo y tratamiento, aunque no se haya presentado una denuncia.

“Cuando la víctima se siente en condiciones de denunciar debe ser informada de lo que va a suceder una vez interpuesta y debe proporcionársele acompañamiento en ese itinerario”, ha recalcado la consejera.