Vulk: "Para que el proyecto esté vivo, los horizontes tienen que estar muy abiertos"
- Fecha27 de Enero
- Temática Música
El cuarteto punk rock recoge en su nuevo disco "Vulk Ez Da", que se publica mañana, diez zarpazos en los que apuestan completamente por el euskera en sus letras.
Ground for dogs". Como en la vida de muchos y muchas de nosotros, las circunstancias de estos tiempos han afectado indefectiblemente al grupo, pero los cambios que se perciben en esta nueva colección de canciones (por ejemplo, se pasan definitivamente al euskera y estrenan batería, Jangitz Larrañaga) responden más a una loable insumisión a las inercias y un compromiso por crear libres de herencias paralizadoras. "No es tan importante hacer justicia a la idea que se puede tener sobre nosotros", nos dicen.
Desde el inicio con "Hamar lagun baten kontra" al final con la canción "Vulk ez da", no falta en el nuevo disco del cuarteto oscuridad post-punk, rabia punk y redondez melódica, en un trabajo que combina inmediatez y frescura en sus voces y guitarras con un concienzudo trabajo de preproducción en el que brillan los arreglos de bajo y batería, con continuos cambios de ritmo que, lejos de aplacar la urgencia y fluidez de las canciones, hacen que estas crezcan a cada escucha.
Esto es lo que ha dado de sí la charla con Julen Alberdi, guitarrista de Vulk:
Presentáis un disco titulado Vulk ez da, que responde a una regeneración del grupo. ¿Qué era Vulk antes de 2018 y qué es en 2021? ¿Qué elementos permanecen y qué ha cambiado?
Por encima de todo, es una reacción a llevar mucho tiempo juntos y mirar hacia dentro buscando el porqué de todo esto. La conclusión es que no es tan importante hacer justicia a lo que se ha hecho hasta ahora, o al recorrido de todos estos años, o la idea que se puede tener sobre nosotros. Ni siquiera la idea que nosotros mismos podamos tener. Te das cuenta de que, queriendo ser fiel a algo por inercia, pierdes atributos que son clave para mantenerte activo y despierto.
No es tanto "romper con lo anterior" o "empezar un nuevo camino", sino saber que eso está ahí: "OK, somos conscientes de ello", pero para que el proyecto esté vivo los horizontes tienen que estar muy abiertos.
Es muy categórico haber llamado así al disco, pero el hacerlo de esta manera y tenerlo tan presente nos ha servido para ubicarnos y saber de qué va esto ahora mismo.
Con el paso del tiempo, los nombres de las bandas tienden a funcionar como marcas comerciales que marcan un estatus, y a ocupar un peldaño en una escalera. Somos conscientes de esto, pero no nos interesa ese juego.
En cuanto al euskera, lo hemos usado desde el principio, aunque de manera puntual. Para este disco, en el que las canciones salieron de una forma más inmediata que en los anteriores, Andoni recurrió a su idioma del día a día porque se estaba expresando con más elocuencia.
Habéis grabado el disco en los estudios Atala con Iñigo Irazoki, tocando todos a la vez y registrando las sesiones en cinta. ¿Qué valoráis a la hora de elegir el estudio? ¿Cómo explicáis el matiz que aporta tocar todos juntos a cada toma?
En este caso, era muy importante un estudio donde se diera el ambiente propicio para grabar todos a la vez, que técnicamente fuese cómodo y fluido poder trabajar en analógico. Hay varios estudios muy expertos en grabar en cinta y directo, pero tienden a funcionar de una manera un tanto fría, algo que nos frenaba un poco. Atala te hace sentir como en casa (es la propia casa de Iñigo), y está sobradamente equipado para hacer un trabajo técnicamente perfecto.
El sentido de grabar en cinta tiene mucho que ver con cómo se han compuesto las canciones. En otros discos, el proceso ha podido ir más por capas: una idea sobre la que se van añadiendo otros instrumentos o arreglos, y después se ha registrado por pistas. En este, hemos compuesto las canciones en el local, tocando a la vez, y no veíamos lo que tocaba cada uno como partes sino todo a la vez como uno solo. Lo lógico, por tanto, era tocar a la vez, porque es como van a funcionar mejor esas canciones.


