EIDE, acompañando al diseño vasco

  • EIDE, acompañando al diseño vasco

El diseño tiene un papel cada vez más importante y reconocido en nuestra sociedad. Testigo a la vez que motor de impulso de esta transformación, la asociación profesional EIDE trabaja desde hace 35 de años en la vertebración del sector, así como en la difusión de sus perspectivas y estrategias. Benicio Aguerrea, su coordinador, nos acompaña en este recorrido por su trayectoria.


¿Cuál es el origen de la asociación? ¿Qué funciones principales cumple?

EIDE se funda en Bilbao en 1986 —precisamente este año celebramos el 35 aniversario—, tras la creación por parte de la Diputación Foral de Bizkaia de DZ Centro de Diseño en 1984 y gracias al impulso de éste. En un contexto de crisis económica y reconversión industrial, se apostó por el Diseño para mejorar la competitividad del tejido industrial vasco y de ahí surgió la necesidad de crear una asociación que representara a los y las profesionales y ejerciera de interlocutora.

En su fundación participaron profesionales de muy diversas disciplinas, experiencias y generaciones, incorporándose pocos años después las diseñadoras y diseñadores que iban saliendo del programa de becas del propio DZ. Curiosamente, su denominación fue Asociación de Diseñadores Industriales de Euskadi, a pesar de no estar integrada en exclusiva por diseñadores industriales y de contar con diseñadores navarros. Hace un par de años esta realidad se recogió explícitamente en sus estatutos, pasando a denominarse Asociación del Diseño Vasco y ampliando su ámbito geográfico a Navarra.

En lo fundamental, sus funciones siguen siendo las mismas de entonces, aunque hayan podido cambiar las prioridades y el modo de desempeñarlas. Hablamos de divulgar y promocionar el Diseño, dar visibilidad a los y las profesionales del País Vasco y de Navarra, contribuir a la proyección internacional, fomentar la práctica profesional en base a criterios de sostenibilidad y responsabilidad social, representar a los asociados o apoyar a los y jóvenes diseñadores.

 

[Celebración del la edición especial Begihandi V Aniversario en Tabakalera].


¿Qué recorrido ha hecho en sus años de existencia?

Imagino que nuestro recorrido ha sido el habitual en este tipo de asociaciones. Es decir, para una asociación profesional que depende exclusivamente del trabajo y el compromiso de sus asociados y asociadas, lo normal es que su actividad sea irregular, llena de altibajos, en función de la disponibilidad de unos y del apoyo de las instituciones.

Así, en la primera década la actividad fue más intensa, con proyectos que marcaron un hito como fueron el estudio «Diseño Industrial. Estudio histórico en País Vasco y Navarra» y la exposición surgida a raíz de este «Entrediseños. Diseño Industrial Vasco» a mediados de los 90. La segunda década fue más de supervivencia, con actividades puntuales gracias al trabajo de un reducido grupo de personas. Con la incorporación en 2008 de un importante grupo de profesionales de Gipuzkoa, la creación de la figura del coordinador gerente en 2010 y la incorporación en 2014 de más de una docena de diseñadoras y diseñadores gráficos —fruto de una serie de reuniones en las que participaron una treintena de profesionales—, la tercera década supuso la consolidación definitiva de la asociación, con decenas de actividades promovidas o participadas —como la candidatura de Bilbao a Capital Mundial del Diseño 2014 o el ingreso de Bilbao en la «Red de ciudades creativas de la UNESCO» en la categoría Diseño en 2014—, que le han hecho convertirse en el representante del diseño vasco.

En los últimos años el trabajo de la asociación está más centrado en construir y liderar el ecosistema del diseño vasco, en traccionar de todos los agentes que lo integran para sumar y conseguir que el diseño tenga un impacto cada vez mayor en la economía, la cultura y la sociedad vasca.


Diseño gráfico, industrial, de servicios, de interiores... ¿Cuáles son las características propias de cada uno de los ámbitos y qué peso tienen en nuestro contexto?

Por más que se habla de que las fronteras son cada vez más difusas entre unas disciplinas y otras, lo cual no deja de ser cierto en la práctica profesional por el tipo de proyectos que se abordan desde el diseño, creo que hay que hacer hincapié en dos aspectos muy importantes: el valor de la formación especializada —que no es la misma para todas las disciplinas— y la situación de precariedad laboral, que no afecta a todas por igual —por ejemplo, la falta de reconocimiento y la competencia desleal que sufren especialmente los diseñadores y diseñadoras gráficas—.

Más allá de estas consideraciones, Euskadi y Navarra cuentan con profesionales conocidos y reconocidos en todas las disciplinas, sin excepción, siendo quizá la más joven de todas ellas —el diseño de servicios— la que más rápido ha conseguido un posicionamiento a nivel nacional.

 

[Publicación sobre diseño vasco editado por EIDE con motivo del 25 aniversario de la asociación].


Euskal Herria cuenta con una buena cantidad de centros y universidades que ofrecen estudios vinculados al diseño. ¿Qué relación tiene la asociación con estas instituciones educativas?

Es cierto que en los últimos años se ha producido un salto cuantitativo y que contamos con un número cada vez mayor de universidades y escuelas superiores de diseño, públicas y privadas, una carencia que lastraba mucho el desarrollo de nuestro sector. Como es lógico, nuestra relación con estos centros es prioritaria y fluida —no es casualidad que todos ellos formen o hayan formado parte de la asociación como socios protectores—. En la actualidad contamos con el apoyo de Mondragon Unibertsistatea, Universidad de Navarra, Universidad de Deusto, IED Kunsthal e Inedi.

Esta misma cercanía nos está permitiendo también abrir nuevas vías de trabajo con sus estudiantes y con las diseñadoras y diseñadores más jóvenes. Así, recientemente se ha creado el grupo EIDE GAZTEAK, una iniciativa surgida de los propios jóvenes y que poco a poco está consiguiendo elaborar una estrategia y una hoja de ruta que den respuesta a las necesidades que encuentran estos jóvenes cuando quieren acceder al mercado laboral.


Innovación y digitalización son en este momento las claves de la competitividad empresarial. ¿Qué factor juega el diseño en este sentido?

El diseño siempre ha sido una herramienta indispensable en la innovación, al margen de su mayor o menor reconocimiento en función de los sectores económicos y de las áreas geográficas. Si somos capaces de comprender el papel estratégico del diseño en la innovación por su capacidad de idear y configurar productos y servicios competitivos, demandados por el mercado y deseados por las personas, creo que estaremos en disposición de dar un salto cualitativo muy muy importante.

Como decimos muchas veces cuando hablamos del valor del diseño, este no es sino una interfaz entre la tecnología y el usuario, una disciplina que en esta era de transformación digital dota de sentido a los avances tecnológicos.

 

[La pandemia no ha detenido la actividad de EIDE. En la fotografía, una imagen de Bitxiak, conversaciones interdisciplinares organizadas en el marco del Plan Bilbao Aurrera 2020].


¿Cuál es el posicionamiento del diseño vasco fuera de nuestras fronteras? ¿Qué acogida internacional tiene?

Probablemente el diseño vasco como marca, como identidad, no tiene el reconocimiento internacional que merecería, el reconocimiento que tienen Cataluña o la Comunidad Valenciana, o que sí tiene a nivel nacional —al margen de que haya un buen número de estudios de diseño locales que trabajan desde hace muchos años para empresas de todo el mundo—.

Paradójicamente, el posicionamiento nacional e internacional de muchas de las empresas vascas que consideramos referentes mundiales se ha construido gracias a la incorporación del diseño con carácter estratégico, aunque ellas mismas no hagan bandera de ello y ni siquiera lo consideren “un argumento de venta”, y es la mejor carta de presentación.

Si como país nunca hemos tenido la convicción, la estrategia, los recursos y la perseverancia para alcanzar ese posicionamiento internacional, difícilmente podemos conseguir los resultados que han obtenido países como Italia, Alemania, Países Bajos, Finlandia, Dinamarca…, o regiones como las mencionadas anteriormente.


¿Qué puede aportar el diseño al debate abierto sobre nuestros modos de vida (relaciones, espacios, consumo, desarrollo...) después de la experiencia de la crisis de la COVID-19?

Puede que sea un lugar común que las situaciones de crisis hacen que surja lo mejor y lo peor de cada uno. En nuestro caso sería lo primero.

La convulsión económica, sanitaria y social que hemos sufrido en este último año como consecuencia de la pandemia ha servido para que diseñadoras y diseñadores de todas las disciplinas se hayan unido a makers, ingenieros, investigadores, sanitarios, docentes, artistas… para proponer soluciones creativas, sencillas, inmediatas, a las necesidades que se convirtieron en cierto momento en vitales —mascarillas, viseras, respiradores, separadores, espacios seguros, señalizaciones, apps, cuidado de personas mayores, solas o dependientes, campañas de información…—.

Como muestra, recomiendo «Esto pasará», una plataforma que reúne proyectos e iniciativas que, mediante el diseño, mejoren nuestras vidas (como recoge su propio manifiesto: "es, en estos momentos de crisis, cuando el pensamiento creativo y el diseño pueden hacernos mejores, incluso desde dentro de nuestras propias casas").

 

[Reunión de la Junta Directiva en el Museo de Máquina-Herramienta en diciembre de 2019].


¿Cuáles son los retos del futuro que debe encarar el sector?

Seguramente, como el resto de sectores económicos, el nuestro tenga que hacer frente a la transformación digital, a la sostenibilidad, al envejecimiento de la población, a la globalización…

De modo particular, y obviando la recurrente consolidación económica y la internacionalización, creo que profesionales y empresas de diseño tendrán que adquirir nuevas competencias ligadas a la digitalización y las nuevas tecnologías, tendrán que adaptar las capacidades que ya tienen a los nuevos retos y tendrán que tener un componente prospectivo mayor.

 

(Especial publicado el 14 de junio de 2021).