José Ignacio Carnero: "Desde que uno empieza a escribir empaña la realidad, que es una: la vivida"
- Fecha9 de Marzo
- Temática Literatura
En la novela 'Hombres que caminan solos', una suerte de autoficción "ajustada", Carnero vuelve a destapar la fragilidad de la condición humana en primera persona
El escritor José Ignacio Carnero (Portugalete, 1986) debutó con Ama, una novela en la que relataba la enfermedad terminal de su madre, con la inocencia de quien cree que le leerán "cuatro amigos". Cinco ediciones después, este abogado afincado en Barcelona da el salto a la editorial Random House Mondadori. Esta vez con la certeza que la cosa se pone seria. Desdibujando la delgada línea que separa la realidad de la ficción, en una nebulosa llena de engaños para el lector, ahonda en temas tan actuales como la soledad de nuestros tiempos, la insatisfacción continua de una generación o la obsolescencia de la vieja masculinidad. Todo ello con una voz auténtica en la que no se limita a la escritura confesional.
Publicar un libro sobre la fragilidad humana en medio de una pandemia tiene algo de oportuno.
—El libro está escrito mucho antes de la pandemia, pero ahora tiene una lectura añadida. No crea nada nuevo, sino que subraya cosas que ya estaban ahí. Quizás se vean de forma más clara los problemas de salud mental, la fragilidad€ problemas que a raíz de la situación se han acentuado.
Tras su ópera prima, de la que ya se han publicado cinco ediciones, ha conseguido dar el salto al sello mayor de la editorial.
—Es una alegría y una satisfacción estar en un catálogo tan prestigioso. La primera novela, Ama, la publiqué con bastante ingenuidad. No sabía muy bien lo que me esperaba, pero tenía la conciencia de que la mayor parte de los libros los leen muy pocas personas. Luego lo ha leído mucha gente y ha funcionado muy bien. Pero pensaba que lo iban a leer cuatro amigos. Con esta segunda novela sabía que iba a ser algo más serio.
Retoma la misma voz que en la novela 'Ama'.
—Sí, cuando me puse a escribir este libro no tenía nada claro qué es lo que iba a hacer. Fue un descubrimiento entender que podía utilizar la misma voz que en Ama para contar otras cosas e incluso para llevarla al terreno de la ficción. A partir de ahí la historia fluyó más o menos sola. Es de las cosas más importantes: tener una mirada, una voz. Lo que cuentes no es que sea secundario, pero facilita mucho las cosas tener un modo.


