Medio Ambiente impone medidas correctoras y controles a dos empresas de Ordizia y Zaldibia tras detectar emisiones de níquel

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La Viceconsejería de Medio Ambiente ha impuesto medidas correctoras y un control permanente a dos empresas ubicadas en Ordizia y Zaldibia en las que se detectó la emisión de partículas de níquel. La identificación de estas emisiones, de las que apenas existen referencias a nivel europeo, se ha producido tras una exhaustiva campaña de mediciones realizada por la Red de Control de Calidad del Aire del Departamento de Medio Ambiente y que se ha desarrollado a lo largo de más de dos años en localidades del Goierri y Tolosaldea.

La campaña se inició después de que los servicios de Salud Pública del Gobierno, dentro de una investigación a nivel nacional del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), que estudia el papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, el agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida, y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil, detectaran en 2016 niveles de níquel en aire ambiente en Ordizia superiores a los habituales en otros entornos urbanos. Este metal se encuentra generalmente en niveles muy bajos en la atmósfera.

Comunicada esta circunstancia a la Viceconsejería de Medio Ambiente, inmediatamente se puso en marcha un estudio entre 2016 y 2017 para identificar las fuentes causantes de este hecho. El Real Decreto 102/2011 sobre mejora de la calidad del aire establece para el contaminante níquel un valor objetivo en aire ambiente de 20 nanogramos (ng) por metro cúbico (m3) dentro de la fracción PM10 (partículas en suspensión con un diámetro de entre 2,5 y 10 micras), valor referido al promedio durante un año natural. La normativa regula que en las zonas donde se rebase este valor objetivo, la administración competente debe identificar las fuentes que contribuyen a ello y aplicar todas las medidas necesarias que no generen costes desproporcionados para reducir los niveles y cumplir los valores objetivo.

En ese periodo se realizaron, entre otras, las siguientes actuaciones:

  • Requerimientos de información a numerosas empresas del entorno
  • Mediciones en chimenea sobre 8 focos de emisión correspondientes a tres instalaciones industriales.
  • Modelizaciones de dispersión de contaminantes
  • Campaña de medición de la Red de Control de la Calidad del Aire con dos captadores de partículas y posterior análisis de metales en el Laboratorio de Salud Pública.

Dichas actuaciones concluyeron identificando una empresa en el entorno cercano de Ordizia que, si bien cumplía toda la normativa atmosférica que le era exigible, estaba aportando níquel al aire ambiente.

Por ello, e finales de 2017 se comunicó a dicha empresa la existencia de esa incidencia, hasta entonces desconocida en Euskadi y en otros ámbitos europeos. La empresa presentó un plan de acción que incluía medidas correctoras y de depuración en los dos principales focos de emisión de níquel, y que ejecutó entre marzo y mayo de 2018. En los siguientes meses los niveles de níquel en el entorno evolucionaron favorablemente, aunque se mantuvo la vigilancia sobre los datos.

Así, a finales de 2018 se observó que los niveles de níquel volvían a ser altos, tendencia que continuó a principios de 2019. En consecuencia, se comunicó a la empresa que las medidas adoptadas no habían sido suficientes y se requirió que presentara un segundo plan de acción. Entre agosto y noviembre de 2019 se instalaron sistemas de depuración específicos en 5 focos adicionales en los que anteriormente no se había actuado por aportar menos níquel que los dos primeros.

Adicionalmente, con el fin de identificar otras posibles fuentes de emisión de níquel, se activó un segundo estudio de identificación, ampliando la zona de búsqueda a municipios cercanos; en concreto Zaldibia, Lazkao, Arama, Itsasondo, Legorreta e Ikaztegieta, realizando un estudio documental y de campo sobre el conjunto de empresas de esa zona. En él se requirió información a 32 empresas sobre su actividad y se inspeccionaron varias de ellas. Además, en una industria ubicada en Zaldibia se tomaron muestras de partículas en su interior.

En paralelo se inició una campaña de medidas en inmisión para la caracterización de metales presentes en las partículas PM2,5 (las que tienen un diámetro inferior a 2,5 micras) en todo el entorno, instalándose a finales de septiembre de 2019 captadores en Itsasondo, Lazkao, Ordizia (antigua estación de Bomberos), Zaldibia (cruce de Gaintza) y Beasain con el fin de delimitar geográficamente el problema.

Segunda fuente de emisión en Zaldibia

Los resultados mostraron que los niveles de níquel de Lazkao, Ordizia (Bomberos) e Itsasondo eran claramente inferiores a los que se observaban en Ordizia-Urdaneta. Sin embargo, los datos de la unidad móvil ubicada en Zaldibia (cruce de Gaintza), arrojaban niveles altos de níquel. Por ello, con el objetivo de precisar mejor el origen de las emisiones, en diciembre pasado se ubicó una unidad móvil adicional en el núcleo urbano de Zaldibia y la toma de muestras pasó de ser diaria a cada doce horas.

De esta forma se identificó otra segunda posible fuente industrial de níquel en una empresa de Zaldibia, que sin embargo cumple con sus valores límite de emisión en partículas, y en enero pasado se realizaron mediciones en chimenea en sus focos. Al confirmarse que se estaba emitiendo partículas de níquel, se requirió a esta empresa un plan de acción, que debe presentar este mes de febrero. Este requerimiento formal se une a las medidas de ajuste de la producción que la propia empresa ha adoptado y que han contribuido a la disminución de los niveles detectados.

Cabe resaltar que la normativa ambiental no incluye valores límite de emisión de metales en chimenea para este tipo de industrias, y que ambas empresas identificadas cumplen con los valores límite de emisión en chimenea de todos los contaminantes para los que sí hay regulación. Asimismo, ambas empresas han mostrado, desde el momento en que han tenido conocimiento de la problemática, una actitud proactiva y de búsqueda de soluciones.

Mientras tanto, se mantienen activas las mediciones en Ordizia-Urdaneta, Zaldibia-Gaintza y Zaldibia-pueblo, y se está manteniendo una vigilancia especial sobre estas zonas mediante un grupo de seguimiento específico de técnicos de Medio Ambiente y de Salud Pública.

Equipos de detección

En las campañas de medición de la calidad del aire realizadas se han utilizado diferentes equipamientos. En algunos casos, captadores de partículas, tanto de alto volumen (Digitel) como de bajo volumen (Derenda), que aspiran un volumen de aire determinado. Las partículas que se pretenden medir son recogidas en un filtro de microfibra de cuarzo, que se cambia cada 24 horas cambia. Estos filtros se recogen periódicamente y se llevan al Laboratorio de Salud Pública en Zamudio, donde se analizan para determinar el contenido en metales de las partículas PM2,5, y específicamente de níquel. En algunos casos estos captadores de partículas se han ubicado directamente en el punto de muestreo y en otros se ha llevado a la ubicación una unidad móvil de la Red de Control de Calidad del Aire de Euskadi, que, además de este captador también dispone de otros equipos, como meteorológicos o de medición en continuo de material particulado.

El estudio se ha realizado captando la fracción de partículas finas (PM2,5), pero dado que los valores objetivo están referidos al metal encontrado en partículas mayores (PM10), entre mayo y julio de 2019 se añadió un captador de PM10 en Ordizia-Urdaneta junto al captador de PM2,5 para comparar el nivel de níquel que se está obteniendo en ambos tipos de partículas.