Guía para la donación de excedentes alimentarios en Euskadi: un paso solidario contra el despilfarro

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16 de diciembre de 2020

• En el marco de la Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos puesta en marcha por el Gobierno Vasco

• Coordinada por ELIKA, han colaborado el Departamento de Salud del ejecutivo autónomo, los servicios de salud de las tres capitales vascas y empresas del sector alimentario

• Esta guía pretende ser una herramienta de orientación para que los excedentes alimentarios que no han podido ser evitados y que siguen siendo perfectamente consumibles puedan aprovecharse y llegar a las personas que lo puedan necesitar.

La Fundación para la Seguridad Alimentaria ELIKA, dependiente del Gobierno Vasco, ha coordinado la redacción de una “Guía de Directrices para Realizar Donaciones de Alimentos y Gestionar Excedentes Garantizando la Seguridad Alimentaria”, en la que han colaborado el Departamento de Salud del ejecutivo autónomo, los servicios de salud de las tres capitales vascas y empresas del sector alimentario tales como Ausolan, Oreka y Amatemann.

Esta guía pretende ser una herramienta de orientación para que los excedentes alimentarios que no han podido ser evitados y que siguen siendo perfectamente consumibles puedan aprovecharse y llegar a las personas que lo puedan necesitar. El trabajo de redistribución de alimentos entre los donantes y sus receptores, en caso de no hacerse de manera adecuada, puede presentar problemas legales y riesgos para la salud de las personas, por ello es tan importante la redacción de esta Guía.

Estrategia Vasca contra el Despilfarro

El diseño de esta guía forma parte de la Estrategia Vasca contra el Despilfarro de Alimentos (www.zerodespilfarro.eus) cuyo diseño e implementación está siendo liderado por ELIKA Fundazioa. Esta estrategia es una de las apuestas del Gobierno Vasco para los próximos años, consistente en reducir el despilfarro de alimento en Euskadi en un 50%.

Para su desarrollo se crearon diferentes grupos de trabajo, entre los que se encuentra el destinado a la donación de alimentos. Teniendo en cuenta las diversas realidades estudiadas, las directrices y orientaciones emanadas desde las instancias europeas y la normativa sobre seguridad alimentaria vigente, este grupo ha planteado esta guía como herramienta de buenas prácticas para que los excedentes alimentarios sean los menos posibles y para que aquellos que siguen siendo aptos para el consumo lleguen, principalmente a través de las entidades sociales, a las personas beneficiarias.

Así, este manual tiene en cuenta las casuísticas de donación de excedentes existentes actualmente y recoge los requerimientos higiénico- sanitarios necesarios para que la donación se realice garantizando, en todos los casos, la seguridad alimentaria.

Asimismo, esta guía es una herramienta que facilitará la donación de los excedentes alimentarios a los operadores de la cadena alimentaria que deseen ceder altruistamente sus excedentes de manera segura (desde la producción primaria pasando hasta los comercios minoristas y las empresas del sector HORECA).

Estos excedentes alimentarios pueden ser tanto productos alimenticios terminados (incluida la carne fresca, la fruta y las hortalizas y las comidas preparadas), productos parcialmente formulados o ingredientes alimentarios. Son productos alimenticios que, por una o varias causas, no han sido consumidos y siguen siendo aptos para el consumo. Estos productos, que pueden producirse en cualquier fase de la cadena alimentaria, solamente podrán redistribuirse para el consumo humano si son aptos y cumplen con todos los requisitos de seguridad alimentaria.

El despilfarro de alimentos en el mundo

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala que un tercio de los alimentos producidos en el mundo son desperdiciados o no utilizados como alimentos. La repercusión económico-social y de derroche de recursos naturales (emisiones GEI, huella hídrica, modificación/degradación del uso del suelo para la producción, etc.) para conseguir producir estos alimentos es enorme y la sociedad no se lo puede ni debe permitir.

En Euskadi, se estima que la cantidad de desperdicio alimentario que se genera supera las 350.000 toneladas al año. La mayor parte (53%) se produce en los hogares, seguido de la industria transformadora (19%) y la restauración (HORECA), con un 12 %. El despilfarro producido en el sector primario se queda en el 11% del total. De aquí la gran importancia de concienciar especialmente a los consumidores finales sobre este problema.
El primer objetivo de la lucha contra el despilfarro alimentario debe ser la prevención a través de la puesta en marcha, por parte de las empresas alimentarias, de prácticas que reduzcan la generación de excedentes alimentarios. Ahora bien, cuando se producen, la donación se ha presentado como la mejor solución para canalizarlos.

Así, desde la producción primaria, pasando por fabricantes de alimentos, grandes cadenas de distribución de alimentos y hasta los comercios minoristas y de restauración, participan en esta donación de alimentos. Cada uno desde su posición en la escala productiva, envían sus excedentes hacia bancos de alimentos y organizaciones benéficas que los ponen a disposición de las personas que van a recibir estos alimentos.

Situación normativa en Euskadi

En el País Vasco son varios los planes que de una manera u otra han venido incorporando la sostenibilidad y la lucha contra el desperdicio de alimentos entre sus objetivos, tales como:

El Plan Estratégico de la Gastronomía y Alimentación cuyo objetivo es trabajar y avanzar en las S de la alimentación y gastronomía vasca: Segura, Saludable, Singular y Sostenible (social, cultura, económica y medioambientalmente).

El IV Programa Marco Ambiental 2020 (PMA) que integra las políticas ambientales de los diferentes departamentos del Gobierno Vasco, ha definido la Alimentación Circular como una de las áreas prioritarias. El objetivo no es otro que el aprovechamiento del ciclo completo de la cadena de valor de la alimentación, desde la producción hasta la transformación y la venta de alimentos, incluidas la reutilización y la valorización de subproductos y residuos.

El Plan de Prevención y Gestión de Residuos de la CAPV 2020. Este Plan adopta el compromiso de evolucionar hacia procesos productivos más eficientes y sostenibles, desde la propia concepción del producto (ecodiseño); hasta la recuperación integral de todos los recursos materiales y energéticos contenidos en los residuos, y que hoy en día no se recuperan, por diferentes razones.