La crisis del Covid-19 y las restricciones impuestas para hacerle frente han impactado directamente en la relación transfronteriza y las miles de personas que atraviesan diariamente la frontera entre Francia y España, que fue reabierta el pasado 21 de junio tras tres meses de confinamiento. Los controles restrictivos afectaron de forma excepcional a los trabajadores transfronterizos.
Durante este periodo, en la muga solo se permitió la circulación a los trabajadores transfronterizos. Pese a ello, casi un 70% se vieron «muy o totalmente afectados» por el cierre de la frontera, según los datos de un informe realizado por la Eurorregión Nueva Aquitania-Euskadi-Navarra, durante el pasado mes de junio. El análisis se ha obtenido través de una encuesta on line que en la que participó un total de 2.400 personas de la zona fronteriza de los tres territorios.
El 31.5% de los encuestados son trabajadores transfronterizos. La mayoría trabaja en comercio, hostelería y otras actividades relacionadas con el turismo y una minoría en servicios profesionales.
Compras y segunda vivienda
El informe ofrece datos sobre la repercusión del cierre de las fronteras en los hábitos de la ciudadanía transfronteriza. No obstante, dos tercios de los encuestados se consideran totalmente o muy afectados por el cierre de la frontera. Además, nueve de cada diez personas transfronterizas dejaron de realizar actividades socioeconómicas tras el cierre de la muga.
Empresas transfronterizas
Según los datos obtenidos a partir de la encuesta, más de la mitad de las empresas que emplean trabajadores transfronterizos han adoptado alguna medida excepcional tras el impacto del Covid-19: teletrabajo, ERTEs, reducción de horas e, incluso, despidos.