Asier Polo: "Intento cantar a través de un instrumento, y nada mejor que el chelo"
- Fecha7 de Julio
- Temática Música
Polo está considerado uno de los violonchelistas más importantes del mundo. Es el último Premio Nacional de Música
Ir por el mundo cargado con un chelo tiene mucho de pasión y emoción, también de soledad, pero Asier Polo busca en casa sus compensaciones. Cuando no viaja vive en Zeanuri (Bizkaia), una localidad en las estribaciones del Gorbeia. "Desde mi ventana veo el monte, veo todo el valle y me llena de tranquilidad. Necesitaba una casa amplia, una casa para un piano de cola, para ensayar sin molestar a los vecinos, porque a veces monto cada una con amigos... Cuando vuelvo de un viaje hago la compra para una semana y me encierro en casa", confiesa el músico vizcaíno. Descubrió siendo un niño que su vida tenía que estar relacionada con la creatividad. Le gustaba cantar y bailar y suspiraba por un piano. Tener un violonchelo en casa le señaló el futuro, un futuro que ha estado marcado por el éxito. "También por el esfuerzo personal, por el trabajo. Sin trabajo no hay nada", dice. Este fin de semana ofrece dos conciertos en Cantabria y el 19 de agosto estará en Donostia, en la Quincena Musical.
¿Por qué se dedica a la música?
No sé muy bien el origen, porque en casa no había nadie que se dedicara a esto. Gustaba, pero profesionalmente mi familia estaba al margen. Yo era el pequeño de cinco hermanos y dentro de mí tenía esa necesidad vital hacia el mundo del arte que me inclinaba constantemente a trabajar con la creatividad. Me gustaba bailar y cantar. Es verdad que mi tío tocaba el chelo, porque era profesor en el conservatorio y músico de la orquesta de Bilbao, pero no le recuerdo muy bien porque murió cuando yo tenía siete años.
Sin embargo, toca el mismo instrumento que él.
Sí, pero todo son circunstancias. Él era muy mayor y yo no tengo apenas recuerdos, solo lo que me han contado. Había un chelo en casa y cuando le dije a mi madre que quería tocar el piano, ella me dijo: Mira, hijo, empieza con el chelo que hay en casa y si te gusta la música, dentro de un año te compro un piano. Yo no me acerqué a este instrumento, pero una vez que lo tuve en las manos vi que podía ser un medio muy interesante de expresión.
Decía que le gustaba cantar y bailar€
Y podía haberme dedicado a ello, porque lo que quería era un medio que pudiera permitirme expresar mi creatividad. Podía haber sido la voz, el baile o la pintura, pero fue un instrumento el que me dio la posibilidad. Al final, la música me llegó por necesidad vital. Cuando se dice que hay ciertas profesiones que son vocacionales, en mi caso creo que fue totalmente cierto.


