Tapia reclama a la UE que exija a los estados español y francés completar el Corredor Atlántico

10 de septiembre de 2019

  • Euskadi acoge por primera vez una sesión del grupo de Transportes de la comisión del Arco Atlántico, después de que asumiera su presidencia el pasado mes de junio en Bruselas
  • El Gobierno Vasco aboga por la colaboración entre regiones para evitar crear nuevas fronteras en un contexto de incertidumbre ante un eventual Brexit sin acuerdo
  • Las políticas de planificación y programación de infraestructuras impulsadas por el Estado español no han respondido al carácter prioritario de los corredores, sino a “visiones cortoplacistas e intereses clientelistas”

La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, ha reclamado a la Unión Europea que exija a los estados español y francés que completen el Corredor Ferroviario Atlántico. El Consejo Europeo de Essen celebrado en 1994 determinó los primeros 14 proyectos prioritarios de redes transeuropeas para favorecer el crecimiento, la competitividad y el empleo, “y han pasado ya 25 años”, ha recordado Tapia. “Pero, desgraciadamente, hoy aún nos encontramos lejos de completar estas redes prioritarias”, ha lamentado. Por ello, “se hace ya no solo necesario, sino urgente, la conclusión del Corredor Ferroviario Atlántico. Estas redes no han avanzado al ritmo marcado y no pueden acumular más retrasos”, ha advertido. Por ello, Europa deberá “tomar buena nota y poner en marcha medidas para hacer que los estados cumplan los compromisos de la Unión”.

Arantxa Tapia ha realizado estas declaraciones en el discurso de clausura de la jornada ‘For a stronger Atlantic connectivity’, desarrollada en el Puerto de Bilbao, como primera sesión del grupo de Transportes de la comisión del Arco Atlántico, después de que Euskadi asumiera su presidencia el pasado mes de junio en Bruselas. En el encuentro también han participado la responsable de la comisión del Arco Atlántico, Vanessa Charbonneau; el coordinador del Corredor del Atlántico, Carlo Secchi; la europarlamentaria y miembro del Comité de Transportes de la UE, Izaskun Bilbao; y el viceconsejero de Infraestructuras, Antonio Aiz, entre otros/as ponentes.

La Comisión Arco Atlántico de la CRPM representa a las Regiones del Atlántico y participa en el desarrollo de la Estrategia Atlántica (GEA) junto con los estados miembros (Portugal, España, Francia, Reino Unido e Irlanda) y la Comisión Europea.

La consejera ha llamado a “unir esfuerzos” y “colaborar más intensamente entre las diferentes regiones que componemos el Arco Atlántico para hacer un frente común ante Europa y los estados miembros”. En este sentido, “nuestro proyecto político común”, ha añadido, “debe ser contar con un Corredor Atlántico conectado desde la triple perspectiva: medioambiental, económica y social”. “El transporte y la movilidad juegan un papel fundamental para cambiar y revertir una tendencia cada vez más insostenible”, ha resumido.

En su discurso, Tapia ha identificado cuatro prioridades:

  • Finalizar los corredores prioritarios ya iniciados, “que arrastran un retraso alarmante en su ejecución”. A su juicio, “no pueden existir todavía fronteras ferroviarias, por lo que hay que garantizar también la interoperabilidad entre los estados con un mismo ancho de vía, sistemas de seguridad…”. Ha afirmado que “no se pueden generalizar inversiones en redes ferroviarias que no respondan a unos mínimos criterios de rentabilidad socioeconómica. No se puede permitir la construcción de estaciones de alta velocidad en las que no hay personas usuarias o de líneas de alta velocidad que no tienen una mínima demanda”, ha denunciado.
  • Impulsar la intermodalidad, es decir, traspasar tráficos de la carretera al ferrocarril. “Es prioritario eliminar los cuellos de botella de la conexión atlántica y traspasar tráficos de personas y mercancías al ferrocarril. No podemos sostener por mucho más tiempo las retenciones y los colapsos que sufrimos en la muga”. La construcción de la autopista ferroviaria desde Vitoria hasta el norte de París, según un estudio realizado por el Ministerio de Fomento del Estado español, en el inicio de sus servicios transportaría más de 1.400 vehículos pesados por día.
  • Apoyo a las conexiones ferro-portuarias. La intermodalidad entre el tráfico marítimo y el ferroviario. La implantación de la Alta Velocidad atlántica tiene que estar conectada directamente a los puertos más próximos.
  • Promover las conexiones de las regiones del Arco Atlántico a las redes prioritarias. En el ámbito del transporte terrestre y de alta capacidad, tanto para personas como para mercancías, el ferrocarril debe concebirse como el “eje vertebrador” sobre el que tiene que pivotar la movilidad. “Tenemos que completar las redes prioritarias y, una vez que tengamos la red principal CORE concluida, fomentar las conexiones con las diferentes regiones. Como si se tratara de una arteria que se capilariza hasta llegar a todas partes, completando una red ferroviaria multinivel”, ha explicado Tapia.

Identificadas las prioridades, la consejera ha criticado que algunos estados miembros están haciendo “todo lo contrario”. En este punto, ha considerado “un grave error las políticas de planificación y programación de infraestructuras impulsadas, en nuestro caso, por el Estado español. No han respondido a verdaderas y justificadas necesidades, ni al carácter prioritario de los corredores europeos, sino a visiones cortoplacista e intereses clientelistas”.

El Estado español es el país con la red de Alta Velocidad más infrautilizada del mundo, a pesar de ser el segundo, detrás de China, con más kilómetros de red. La consejera ha cuestionado si “se va a ser capaz de superar una política de construcción de líneas de alta velocidad indiscriminada” mientras advertía sobre la Y vasca que “es hora de dejar de hablar de obra y retrasos, para comenzar a hablar del servicio, de la explotación de la línea”.

Por otra parte, Arantxa Tapia también ha apelado a la esperanza y a que se imponga la razón y la voluntad de acuerdo con el Brexit. En cualquier caso, ha abogado por una estrecha colaboración entre regiones para evitar crear nuevas fronteras en un contexto de incertidumbre ante un eventual Brexit sin acuerdo. “El futuro no puede ni debe pasar por crear fronteras artificiales en el Arco Atlántico”. En contraposición, ha defendido que “una verdadera construcción europea pasa por completar las redes transeuropeas, que permitan conectar sus regiones y sus pueblos”.