Declaraciones

Congreso. Algo para todos: las bibliotecas públicas y la Sociedad de la Información

El 14 y el 15 de octubre de 1999 se reunieron responsables políticos y administrativos de 31 países europeos para analizar el papel esencial de las bibliotecas públicas en las emergentes Sociedades de la Información. Los asistentes a la reunión debatieron sobre los papeles clave que ya desempeñan muchas bibliotecas públicas, al fomentar la identidad de la comunidad, el desarrollo económico, el aprendizaje continuo y la diversidad cultural. Al final de la reunión, los presentes aprobaron la siguiente declaración como una manifestación de intenciones para el futuro de las bibliotecas públicas en el continente europeo.

En apoyo de:

  • El Manifiesto de la Unesco sobre Bibliotecas Públicas.
  • Las Pautas de la IFLA para Bibliotecas Públicas.
  • El Informe sobre el Papel de las Bibliotecas en el Mundo Moderno del Comité de Cultura, Juventud, Educación y Medios de Comunicación del Parlamento Europeo.
  • El estudio de la Comisión Europea sobre "Las bibliotecas públicas y la Sociedad de la Información".
  • El informe del Comité de Cultura del Consejo de Europa: "Legislación y política bibliotecaria en Europa".
  • La declaración de la IFLA sobre la Libertad de Expresión.

Declaramos lo siguiente como base común para las políticas nacionales y europeas sobre bibliotecas públicas:

Funciones de la biblioteca pública

Apoyamos las siguientes funciones para las bibliotecas públicas, resaltadas en el comunicado de Lovaina (el resultado de un seminario celebrado en Lovaina el 22 de agosto de 1998, al que asistieron gestores de bibliotecas públicas de 23 países y que organizó Publica, la Acción Concertada de Bibliotecas Públicas):

Democracia y ciudadanía:

  • Las bibliotecas públicas tienen una oportunidad estratégica para incrementar la calidad de vida y las posibilidades democráticas de los ciudadanos de las sociedades de la información, proporcionándoles acceso libre y equitativo a información de alta calidad.

Desarrollo económico y social

  • Las bibliotecas públicas apoyan el crecimiento de las comunidades proporcionándoles servicios de información diseñados para atender las necesidades locales. Son instrumentos importantes para reducir la disparidad entre los ciudadanos europeos ricos en información y pobres en información.

Aprendizaje continuo

  • Las bibliotecas públicas proporcionan, mediante su amplia distribución por toda Europa, una infraestructura rentable para el aprendizaje continuo y un fácil acceso al contenido de las redes virtuales. También apoyan a los estudiantes de todos los niveles de la educación reglada.

Diversidad cultural y lingüística

  • Las bibliotecas públicas son instituciones culturales, de acuerdo con la dimensión cultural del Tratado de la Unión Europea, con una gran responsabilidad sobre el patrimonio cultural, la literatura y la alfabetización.

Acciones de la Comisión Europea

Instamos a la Comisión Europea a apoyar la iniciativa del Parlamento Europeo sobre "El papel de las bibliotecas en la Sociedad Moderna", promoviendo acciones prácticas para llevar a cabo las recomendaciones de ese informe. Esas acciones deberían resaltar el papel clave de las bibliotecas públicas en la emergente Sociedad de la Información y la necesidad de una política de información a escala europea.

Acciones de los gobiernos nacionales y federales

Instamos a todos los gobiernos nacionales y federales a emprender las siguientes acciones:

  1. Elaborar una política nacional de información para el desarrollo y la coordinación de todos los recursos pertinentes, en beneficio público. Esta política general reconocerá el papel esencial y privilegiado de las bibliotecas públicas como puntos de acceso para la mayoría de los ciudadanos, y será apoyada por una legislación bibliotecaria adecuada.
  2. Crear una infraestructura de redes adecuada para apoyar el desarrollo de una política de información nacional en la era de la información. La infraestructura de la red debería reunir a todas las entidades productoras de información, en especial las "instituciones de la memoria" tradicionales (bibliotecas, museos y archivos), para fomentar el intercambio de información y la creación de recursos conjuntos. La infraestructura debería también fomentar la cooperación práctica entre bibliotecas públicas.
  3. Poner en marcha un programa de desarrollo de las bibliotecas públicas que garantice unos niveles mínimos de acceso para todos los ciudadanos, incluyendo tecnologías de la información y la comunicación apropiadas y con las inversiones adecuadas para conseguir esos niveles. Este programa debería reflejar la necesidad de que exista un control de los desarrollos por la comunidad local, a través del correspondiente municipio u otra institución.
  4. Asegurar que las bibliotecas públicas estén equipadas para proporcionar el máximo acceso a los nuevos recursos de información para todos los ciudadanos al margen de sus posibilidades económicas, físicas o educativas, y que las bibliotecas tengan los recursos adecuados para mantener los servicios.
  5. Influir en el Parlamento Europeo para que sitúe a las bibliotecas públicas en un lugar destacado en la agenda social, ahora y en el futuro.
  6. Trabajar para garantizar que haya un equilibrio equitativo entre los derechos de los creadores de información y los derechos de los ciudadanos al acceso a la información que puede ayudarles a mejorar sus vidas.

Acciones de las bibliotecas públicas

  1. Estar preparadas para reconsiderar sus funciones y sus recursos y rediseñar sus servicios para responder a las cambiantes necesidades sociales.
  2. Trabajar para conseguir una cooperación a largo plazo con otras "instituciones de la memoria" y con las relacionadas con la educación de la comunidad.
  3. Asegurar que los ciudadanos son conscientes y tienen la capacidad de aprovechar plenamente los recursos de la red de bibliotecas públicas por medio de una difusión efectiva de sus servicios en todos los sectores de la comunidad.

Copenhague, 14 y 15 de octubre de 1999

La Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) apoya, defiende y promueve la libertad intelectual según lo definido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La IFLA declara que los seres humanos tienen el derecho fundamental de tener acceso a las expresiones del conocimiento, del pensamiento creativo y de la actividad intelectual, y de expresar públicamente sus opiniones.

La IFLA cree que el derecho al conocimiento y a la libertad de expresión son dos aspectos del mismo principio. El derecho al conocimiento es un requisito para la libertad de pensamiento y de conciencia; la libertad de acceso a la información es una condición imprescindible para el ejercicio de la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión.

La IFLA afirma que el compromiso con la libertad intelectual es una responsabilidad básica de los profesionales de las bibliotecas y de la información.

La IFLA, por lo tanto, invita a las bibliotecas y al personal bibliotecario a adherirse a los principios de la libertad intelectual, al acceso sin restricciones a la información y a la libertad de expresión y a reconocer la privacidad del usuario de la biblioteca.

La IFLA insta a sus miembros a promover la aceptación y la puesta en práctica de estos principios. En esta perspectiva, IFLA afirma que:

  • Las bibliotecas proporcionan al acceso a la información, a las ideas y a las obras de creación. Sirven como puertas de acceso al conocimiento, al pensamiento y a la cultura.
  • Las bibliotecas proporcionan un apoyo esencial para el aprendizaje a lo largo de toda la vida, para la toma independiente de decisiones y para el desarrollo cultural tanto individual como colectivo.
  • Las bibliotecas contribuyen al desarrollo y mantenimiento de la libertad intelectual y ayudan a salvaguardar los valores democráticos básicos y los derechos civiles universales.
  • Las bibliotecas tienen la responsabilidad de garantizar y de facilitar el acceso a las expresiones del conocimiento y de la actividad intelectual. Con este fin, las bibliotecas adquirirán, preservarán y harán accesible la más amplia variedad de materiales, reflejando la pluralidad y diversidad de la sociedad.
  • Las bibliotecas garantizarán que la selección y la disponibilidad de los materiales y servicios bibliotecarios se rijan por consideraciones profesionales y no por criterios políticos, morales o religiosos.
  • Las bibliotecas adquirirán, ordenarán y difundirán los recursos informativos libremente y se opondrán a cualquier forma de censura.
  • Las bibliotecas facilitarán materiales y servicios accesibles por igual a todos los usuarios. En ellas no habrá discriminación alguna debido a la raza, religión, sexo, edad o por ninguna otra razón.
  • Los usuarios de las bibliotecas tendrán derecho a la privacidad personal y al anonimato. Los bibliotecarios y el resto del personal de la biblioteca no revelarán a terceros la identidad de los usuarios o de los materiales que utilizan.
  • Las bibliotecas financiadas con fondos públicos y de acceso público mantendrán los principios de la libertad intelectual.
  • Los bibliotecarios y el resto de empleados en tales bibliotecas tienen el deber de mantener esos principios.
  • Los bibliotecarios y el otro personal profesional de las bibliotecas serán responsables tanto ante sus patronos como ante los usuarios. En caso de conflicto entre esas responsabilidades, será prioritario el deber hacia el usuario.

Esta declaración fue elaborada por IFLA/FAIFE (Commitee on Free Access to Information and Freedom of Espression = Comité de Libre Acceso a la Información y la Libertad de Expresión) y aprobada por su Comité Ejecutivo en La Haya, Holanda, el 25 de marzo de 1999

El derecho a la lectura tiene, en las bibliotecas públicas, su máxima expresión de garantía. En un mundo de incesante producción informativa, de infinidad temática y multiplicidad de soportes, las bibliotecas son el instrumento que permite al ciudadano el acceso libre a dicha información, en plena igualdad de oportunidades.

Por todo ello, garantizar la existencia y alimentación continuada de una red de bibliotecas públicas con las instalaciones y equipamientos necesarios, el personal debido, los horarios adaptados a los requerimientos de los lectores y una colección bibliográfica suficientemente dotada y actualizada, debe constituir una aspiración irrenunciable de nuestra sociedad, un compromiso explícito de las Administraciones Públicas y una firme decisión de los poderes legislativos.

En España, por primera vez en su historia, comienza a existir una oferta de lectura pública importante, pero aún no acorde con los tiempos que vivimos. Con ser meritorio lo desarrollado hasta la fecha, queda todavía un importantísimo trayecto por recorrer. Es necesario que la inversión en lectura alcance la prioridad que merece pues, además de inteligencia en la planificación y profesionalidad en su desarrollo, son imprescindibles los recursos económicos que hagan posible lograr que cualquier ciudadano pueda ejercer el derecho a la lectura.

A tal fin, es fundamental equilibrar las desigualdades actualmente existentes en el mapa bibliotecario español, procurando que, en un tiempo breve, España posea la red de bibliotecas que demanda y merece y que sitúe a nuestros ciudadanos en igualdad de condiciones con los de los países más avanzados de Europa.

Editores y bibliotecarios, reunidos en Santander, en el marco de los XIX Encuentros sobre la Edición, deseamos reafirmar nuestra voluntad de cooperación en la causa lectora, nuestro propósito de seguir articulando un diálogo permanente que, respetando la diversa posición de cada cual, permita abordar el desarrollo lector desde principios de común acuerdo. Y, con la colaboración de los autores, contribuir al fortalecimiento y extensión de la actual red bibliotecaria en España y a la potenciación y actualización de sus colecciones y recursos bibliográficos, aspecto éste todavía muy deficitario.

Editores y bibliotecarios quieren expresar también su apoyo al desarrollo bibliotecario de los países de habla española, para lo que expresamente solicitan la colaboración del Gobierno de España, para que se incluya de forma preferente en los programas de cooperación y en las relaciones bilaterales con estos países la dotación de recursos bibliográficos.

Leer es una de las expresiones más genuinas y enriquecedoras de nuestra condición humana, factor de cohesión social e instrumento básico para el desarrollo personal y colectivo.

Santander, 11 de julio de 2003

(Declaración aprobada en la clausura del "XIX Encuentro sobre la edición. El derecho a la lectura: las bibliotecas", celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander del 9 al 11 de julio de 2003)

  1. Nosotros, los escritores, traductores, editores, impresores, libreros, bibliotecarios, educadores, funcionarios públicos y miembros de la comunidad intelectual en general, procedentes de 92 países y reunidos en Londres en el Congreso Mundial del Libro, de 1982, convocado por la Unesco, declaramos nuestro apoyo continuo a los principios y objetivos establecidos hace diez años durante el año Internacional del Libro(1972).
  2. Los libros, a nuestro juicio, mantienen su preeminencia como portadores del conocimiento, la educación, la recreación y la cultura en la sociedad humana. Los libros contribuyen tanto al desarrollo nacional como al enriquecimiento de la vida individual, y fomentan la mejor comprensión entre los pueblos y fortalecen el deseo de paz en la mente de los hombres, que son propósitos a los que está dedicada la Unesco.
  3. Considerando el decenio transcurrido desde el Año Intemacional del libro, reafirmamos la validez de la Carta del Libro, adoptada por las organizaciones profesionales internacionales en 1972, y la meta de LIBROS PARA TODOS, que todavía está por alcanzarse. Los diez principios anunciados en la Carta dicen que toda persona tiene derecho de leer, que la sociedad tiene la obligación especial de hacer lo posible para que los escritores ejerzan su poder creador, que los medios de producir libros y una sólida industria editorial son fundamentales para el desarrollo nacional, que las librerías y las bibliotecas prestan servicios necesarios a los editores y al público lector, que la libre circulación de libros entre los países es de importancia fundamental y que los libros favorecen y promueven la compresión internacional y la cooperación en pro de la paz.
  4. Mirando hacia adelante, buscamos un mundo en que los libros sean más fácilmente asequibles a más personas, y que la capacidad de leer y la voluntad y el deseo de gozar del futuro de la lectura estén más ampliamente distribuidos en todas las sociedades.
  5. Los hombres y mujeres, tienen derecho a aprender y a educarse. Tienen derecho a adquirir conocimientos y a informarse de la sabiduría y la experiencia de otras naciones, de otras culturas y de generaciones anteriores. También tienen la necesidad de dejar constancia de sus ideas y experiencias. Los libros tienen una función muy importante que desempeñar en la creación de una sociedad en la cual los hombres y las mujeres pueden participar cabalmente y llevar una vida plena. Además, por medio de la palabra escrita e impresa, los escritores y creadores expresan, exploran y desarrollan los valores y las aspiraciones de sus sociedades y amplían y enriquecen la conciencia y la imaginación de sus lectores.
  6. La lectura trasciende las barrera nacionales o culturales. Algunos lectores potenciales están privados de los beneficios que podrían obtener de la lectura por la falta de educación, por la capacidad de lectura insuficiente y por los obstáculos a la difusión amplia de los buenos libros. Exhortamos a todos los interesados a alentar la producción y la difusión de libros, a estimular a escritores, lectores, especialistas y a los lectores jóvenes en la escuela y el hogar.
  7. Exhortamos a todos los interesados y en particular a los gobiernos, a que procuren suprimir todas las formas de restricción a la creación, producción y publicación de los libros así como a su distribución dentro y a través de las fronteras nacionales, en ambas direcciones. Estimamos que el mantenimiento y la aplicación de la leyes nacionales sobre el derecho de autor compatibles con las convenciones internacionales sobre la materia son favorables a los intereses de los escritores, editores, maestros y lectores en todas partes.
  8. Procurando acercarse al objetivo de una sociedad en que los libros sean más fácilmente asequibles y su lectura esté más difundida, el Congreso ha hecho suyos varios objetivos. Con ello se busca crear un medio en que la lectura sea tan natural como deseable y sea considerada como una actividad vital que ha de ser estimulada por estrategias nacionales oficiales y conscientes de fomentar el libro y asistida por la acción internacional cooperativa.
  9. Por consiguiente, exhortamos a los gobiernos y todas las personas profesionales interesadas en los libros a aceptar esas guías para la acción. Deseamos construir un mundo en que efectivamente haya libros para.todos, pero también en el cual todos pueden leer y aceptar el libro y la lectura como una parte necesaria y deseable de la.vida cotidiana. Esperamos un mundo que no sólo sepa leer, sino también queremos llegar a una sociedad universal de lectura.