Chambers (1968) de Alvin Lucier es una pieza para “conmover entornos reverberantes grandes y pequeños”. En esta performance, daremos a escuchar una imbricación de espacios y funciones, de lugares y posiciones, todas las cámaras que sean susceptibles de empezar a reverberar con las demás. Pero escuchar un entorno a través de otro implica renovar su relación con la escucha. No se trata tanto de escuchar un objeto, un sujeto o un acontecimiento, como de una relación, de captar la escucha misma como una relación que se une a “relaciones simples o complejas”.

Esta performance es el resultado el taller realizado el 3, 4 y 5 de febrero dirigido por Matthieu Saladin.