¿Qué pasa cuando no pasa nada? Pues pasa todo. La vida se construye de diferentes momentos, la vida no para, sigue, sin respetar a nada ni a
nadie.
“Aita” expone con humor un día en la vida de un padre que representa a una generación de personas mayores, de mujeres y hombres, que han tenido que claudicar, cambiar, aceptar y convivir con los cambios de una sociedad para la que no les prepararon. Y habla de una familia, de sus hijos, que sobrellevan lo mejor que pueden una situación para la que quizá tampoco les previnieron.
“Aita” es un relato naturalista, agridulce, comprometido con la realidad que nos ha tocado vivir. El “protagonista” no actúa, no puede, los años y la enfermedad le hacen ser dependiente total, pero impregna toda la obra y todos actúan impulsados por él.
“Aita” no intenta aleccionar, posiblemente no da respuestas, ni juzga, ni sentencia, simplemente expone la vida de una familia común. Un trozo de vida encima del escenario impulsando que el espectador, tras ver la obra, cuente su propia historia.
Una historia que se repite en muchas casas, cada vez más, y que afecta en mayor o menor medida a muchos de nosotros: el cuidado de nuestros mayores.