Begoña Urroz Ibarrola era una bebé de veinte meses cuando una bomba del Directorio Revolucionario Ibérico de Liberación (DRIL) acabó con su vida en la estación de Amara, en San Sebastián. La noticia de su asesinato ocupó un espacio discreto en la prensa de la época, donde el terrorismo era un fenómeno aún desconocido. Durante décadas apenas se supo nada de su fugaz biografía, de su familia ni de cómo habían convivido con su pérdida. El nombre de aquella niña, sin embargo, pasaría a la historia como el de la primera víctima del terrorismo en España.

Esta exposición comienza aquel fatídico 27 de junio de 1960 y repasa las seis décadas de violencia terrorista que ha padecido nuestro país a través de las páginas de las publicaciones del grupo Vocento.

La muestra, impulsada por la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, desafía el olvido de nuestro pasado reciente y confirma que el periodismo, en especial el elaborado desde la primera línea de los acontecimientos, se erige como el primer borrador de la historia.