Dadaístas, Suprematistaso Madera de roble lacada, porcelana y plástico.
50 x 50 x 76 c/u.
1995
Todo el proceso de heroización que padece el artista se fundamenta en el deseo social de mantener una representación de su propia esencia, fuera des status quo ya creado. El artista, como representante cultural, ha tenido que pasar por diferentes fases: desde la ruptura con lo social e inclusión en la marginalidad, pues tiende a sentirse incomprendido, perseguido y a permanecer inconmovible en las concepciones de su propia voluntad, hasta la presencia del sufrimiento por vocación, ya que el artista asume toda la miseria en el incumplimiento de su arte. También la enfermedad como escenificación del tormento creativo y sobrevaloración mítica del genio como superhombre. Y por último, la estrategia del artista, que se articula en la convicción de su misión, ya que traslada el reconocimiento de su obra a la posteridad.
