Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente

Las oportunidades y desafío de la bioeconomía forestal, a debate en los Cursos de Verano de la UPV/EHU

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15 de junio de 2017

  • Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, ha inaugurado el curso sobre Bieconomía Forestal, donde se presentarán los principales componentes de una economía circular basada en los productos biológicos y el papel del bosque y las cadenas de valor forestal
  • Durante las diversas sesiones se expondrán experiencias, modelos de negocio y visiones de empresas innovadoras en el marco de la bioeconomía.

Los principales componentes de una economía circular basada en los productos biológicos y el papel del bosque y las cadenas de valor forestal se han presentado en el curso “Bioeconomía forestal en el sur de Europa: oportunidades y desafíos”, que durante los días 15 y 16 de junio se celebrará en Donostia-San Sebastián en el marco de la XXXVI edición de los Cursos de Verano de la UPV/EHU. El curso se desarrolla en el Palacio Miramar, organizado por la viceconsejería de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco, en colaboración con sus empresas públicas HAZI Fundazioa y NEIKER, junto a entidades como EFI, Baskegur o USSE.

Durante los dos días del curso se presentarán las claves regionales y sectoriales que pueden impulsar la bioeconomía forestal y se mostrarán sus potenciales facilitadores. El curso, inaugurado por Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco, dará a conocer experiencias, modelos de negocio y visiones de empresas innovadoras en el marco de la bioeconomía; por ejemplo en los campos de la construcción sostenible, o de la química verde.

“La superficie arbolada en Euskadi alcanza un 54% del total de la superficie, uno de los porcentajes más elevados de la UE, y a su vez, el sector forestal -madera representa el 1,5% del PIB de Euskadi, empleando alrededor de 21.000 personas” – ha señalado la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras – “Con todo ello, una estrategia de bioeconomía en este sector tan tradicional, representa la oportunidad de diversificación de los procesos existentes, la diversificación de producto e innovación; lo que se traducirá en más sostenibilidad, más competitividad y más crecimiento económico” ha añadido Tapia.

“Este nuevo reto nos obligará a una reestructuración del sector de los productos madereros e inversiones significativas para mover la industria tradicional hacia nuevos productos y biorrefinerías forestales. Es un gran desafío, que requerirá de nuevos actores, así como asociaciones intersectoriales y transnacionales. Sin embargo, ya se está comenzando a estructurar la cadena de valor forestal-madera para dar respuesta a los retos que nos esperan y es compromiso del Gobierno promover y apoyar estas iniciativas público privadas”- ha destacado la consejera Tapia.

Las personas asistentes al curso conocerán experiencias en construcción sostenible con madera que se están llevando a cabo también en Euskadi, tecnologías innovadoras para la transformación de la biomasa (biorrefinerías), el uso de las TIC para el aprovechamiento de productos forestales y sobre todo la necesidad de la sostenibilidad de la gestión de los bosques y del sector.

El curso también clarificará el papel que se les ha reconocido a los bosques y a la gestión forestal sostenible en la lucha contra el cambio climático, tanto como sumideros de carbono como a la hora de la fijación de carbono en productos madereros. Los bosques son el principal recurso para una economía baja en carbono basada en recursos biológicos y renovables.

Bioeconomía

La bioeconomía garantiza la continuidad de la actividad económica y el progreso de la humanidad. Comprendiendo los procesos biológicos, aprovechando los conocimientos científicos y aplicando la razón, se puede contribuir al desarrollo de una nueva economía basada en un sistema productivo más eficiente, más limpio y, por tanto, más sostenible, de manera que se satisfagan nuestras necesidades actuales sin comprometer las de las generaciones futuras.

El bosque supone un recurso renovable clave y resilente que nos brinda la oportunidad de repensar el concepto de economía y cambiar el paradigma de la economía lineal por el de economía circular.

La aplicación práctica de este concepto se podrá poner en marcha en breve en sectores como la construcción, con la utilización de madera y corcho, en sustitución de aceros y hormigones; sector textil, con la sustitución de fibras sintéticas por otras derivadas de la biomasa forestal; o en el sector de las biorefinerías, con el aprovechamiento de compuestos naturales, sobre todo en cosmética, farmacia, química fina o alimentación.

La bioeconomía forestal en Euskadi

•          La superficie arbolada en Euskadi alcanza un 54%, uno de los porcentajes más elevados de la UE. El 59% de esta superficie arbolada es de propiedad privada, y aumenta hasta el 85% en el caso de las masas de pino radiata (principal especie arbórea productiva de Euskadi casi el 80% del total de las cortas en 2013).

•          En Euskadi hay 396.960 has arboladas, de las que un 46% son bosques de coníferas, un 50% de frondosas y un 4% de masas mixtas.

•          El Inventario Forestal de Euskadi en 2011 cuantifica que las existencias maderables en casi 63 millones de m3.

•          La producción de madera supera el millón de metros cúbicos anuales en Euskadi

•          El sector forestal -madera representa el 1,5% del PIB de Euskadi. Éste valor no incluye otros servicios e intangibles que los bosques vascos proporcionan: directos como la provisión de agua, ecoturismo, actividades de recreo, y de uso no directo como la fijación de CO2 y biodiversidad.

•          El sector forestal-madera da trabajo a casi 21.000 personas. La explotación sostenible de los bosques en el marco de la bioeconomía reviste una enorme importancia para el valor añadido y para el mantenimiento del empleo en las zonas rurales.

•          El camino hacia un mayor valor añadido y una bioeconomía más diversificada podría aumentar la contribución de los bosques al crecimiento económico y a la eficiencia de los recursos.