II Conferencia Nacional Tripartita "El futuro del trabajo que queremos"

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5 de marzo de 2019

La Consejera de Trabajo y Justicia, María Jesús San José, ha intervenido hoy en II Conferencia Nacional Tripartita que, bajo el título “El futuro del trabajo que queremos” se ha celebrado en Madrid, en la sede del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

En la Conferencia, inaugurada por el Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, también han intervenido la Ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio; el Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder; el Secretario General de CCOO, Unai Sordo; el Secretario General de la UGT, Pepe Alvarez; el Presidente de CEOE, Antonio Garamendi; y el Presidente de CEPYME, Gerardo Cueva.

INTERVENCIÓN DE Mª JESÚS SAN JOSÉ

Es para mí un honor participar con ustedes en esta segunda conferencia Nacional Tripartita que celebramos el año del Centenario de la Organización Internacional del Trabajo.

Agradezco por lo tanto al Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y a OIT la organización de este evento. Quiero hacer extensivo mi agradecimiento a las organizaciones empresariales CEOE, CEPYME y a las organizaciones sindicales CCOO y UGT por su apuesta por el Diálogo Social y su participación activa en las Conferencias Internacionales de la OIT.

En Euskadi el programa de gobierno de la legislatura actual 2017-2020 está alineado con la Estrategia de Desarrollo Humano Sostenible 2030 de Naciones Unidas, a través de la Agenda Basque Country 2030 que se focaliza en aquellos objetivos y compromisos del Programa de Gobierno que tienen una vinculación más estrecha con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sobre los que se realizará un seguimiento específico a través de los instrumentos y cauces de gobernanza que la propia Agenda establece. De todos los objetivos quiero destacar   el objetivo 8: Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. Les aseguro que en esta línea trabajamos con especial ahínco el conjunto del Gobierno vasco.

Quiero manifestarles en primer lugar que el Departamento de Trabajo y Justicia del Gobierno Vasco hace suyo el Informe presentado a finales de Enero por la Comisión Mundial sobre el futuro del trabajo, titulado “Trabajar por un futuro más prometedor”. Nuestra más sincera felicitación por el trabajo, a la Comisión y a la OIT.

Permítanme decirles que, tal como se nos señala en el informe, asumimos nuestras responsabilidades en la construcción de un futuro de trabajo justo y equitativo. Estamos reforzando el contrato social en el País Vasco, y en el resto de España, aumentando las capacidades de las personas mediante una formación a lo largo de toda la vida y encauzando las oportunidades hacia un trabajo decente que solemos denominar trabajo de calidad. Y coincidimos que esto se debe de realizar por medio del diálogo social.

Pero no me gustaría dejarles únicamente con llamamientos genéricos sin compartir una reflexión sobre la evolución de las relaciones laborales, en un contexto como el actual caracterizado por la existencia de grandes incertidumbres sobre el futuro del empleo. Aunque se argumenta que las reformas laborales de la última década han servido para frenar la destrucción de empleo resulta extremadamente complejo conocer con exactitud deseable que habría ocurrido con el empleo, en términos cuantitativos, en ausencia de reformas.

Lo que es más sencillo de acreditar es lo que ha sucedido con el empleo no destruido y lo que está ocurriendo con el de nueva creación porque en esto sí disponemos de parámetros objetivos y de evidencias empíricas.

Los datos nos muestran que las tasas de cobertura de la negociación colectiva han descendido de forma sustancial, que las rentas salariales han perdido posición relativa en la distribución de la riqueza, que las retribuciones reales en valores medios del conjunto de la población asalariada han disminuido, que el empleo se ha polarizado y que la segmentación entre fijos y temporales lejos de corregirse aumenta o cuanto menos se hace crónica.

El debilitamiento del marco de las relaciones laborales colectivas, muy especialmente en lo que se refiere a la negociación colectiva determinada por la evolución reciente de la legislación laboral en España es un ejemplo que debemos tener en cuenta y que aporta un factor local en la dimensión global de la disminución notable de autonomía de los estados en términos de soberanía política y soberanía económico-financiera.

Expreso mi acuerdo con Antonio Baylos, Catedrático de Derecho del Trabajo y Director del Centro Europeo y Latinoamericano para el Diálogo Social (CELDS) de la Universidad de Castilla-La Mancha, en su artículo recogido en el Volumen Segundo de la I Conferencia Nacional tripartita de la OIT “El futuro del trabajo es ante todo el de su regulación normativa”.

En todo caso los nuevos modelos de relaciones laborales deben renovar sus formas y contenidos y elaborar no solo nuevas herramientas, sino también nuevos discursos y relatos compartidos. Sencillamente, porque los propósitos permanecen pero los tiempos en que debemos hacerlos realidad cambian de forma sustancial y acelerada.

Se trata de un discurso con respecto al modelo deseable de relaciones laborales en el que convergen dos necesidades: la de incrementar la competitividad de las empresas y garantizar su sostenibilidad como condición necesaria para mantener el empleo y la de “cualificar” el empleo en términos no solo de competencias y capacidades, sino también de condiciones de trabajo. No hay que negar el conflicto pero hay que cambiar la cultura empresarial y sindical y los mecanismos y herramientas disponibles para canalizarlo.

En definitiva avanzar en un modelo de relaciones laborales más cooperativo y que supere la confrontación, en el contexto de nuevas empresas y con dos ejes transversales: Un primer nivel que asegure la estabilización del modelo mediante acuerdos de ámbito sectorial teniendo en cuenta las características de nuestro tejido productivo, donde predominan pequeñas empresas y un segundo nivel que progrese desde las propias empresas en el incremento de la participación e implicación de las personas trabajadoras. Soy consciente que se requiere un consenso amplio sobre los modelos deseables de relaciones laborales, que solo puede alcanzarse en el seno de procesos abiertos de diálogo social, en su doble dimensión, bipartita y tripartito.

No quiero finalizar mi intervención sin referirme al papel de la mujer y los pasos necesarios que debemos dar en aras de la igualdad. Desde el Gobierno Vasco hemos puesto en marcha la Estrategia y el Plan Operativo para la reducción de la Brecha Salarial 2019-2020. Un plan ambicioso que se complementa con la constitución del Grupo de Trabajo de Igualdad de Género en la Mesa de Diálogo Social, que debatirá sobre las medidas dirigidas al fomento de la conciliación corresponsable; las relacionadas con los planes de igualdad en las empresas; el tratamiento de la igualdad de género en la negociación colectiva y el desarrollo, aportaciones y seguimiento del plan Operativo para reducir la Brecha Salarial que les señalaba. Aprovecho como no para felicitar al Gobierno de España por la adopción del Real Decreto Ley de medidas urgentes para garantizar la igualdad entre mujeres y hombres en el empleo.

Acabo; he pretendido introducir reflexiones que están alineadas con el debate de los documentos de la OIT y del Informe de la Comisión, porque creo que es fundamental que avancemos juntos y juntos trabajamos en Euskadi , Comisiones Obreras, UGT y Confebask. Deseo lo mejor de este debate y del centenario de la OIT; necesitamos la OIT para elaborar ese nuevo contrato social y para que el futuro del trabajo sea un trabajo decente, de calidad, igual y seguro para todas y todos.

Muchas gracias por su atención