Para 35.500 personas desempleadas inscritas en Lanbide, la RGI se ha convertido en la única fuente de ingresos para hacer frente a sus necesidades básicas

OFICINA MOVIL DE LANBIDE. Mikel Arrazola/EJ argazkia

7 de diciembre de 2017

  • Bizkaia es el territorio que, proporcionalmente, concentra el mayor número de personas beneficiarias de la RGI, seguida de Alava.
  • En Gipuzkoa la balanza se inclina a favor de quienes solo cobran el paro.
  • Como sucede en el global de la renta de garantías, entre las personas paradas la incidencia del colectivo femenino es ligeramente superior al de los hombres.
VG 07 12 17
 
Al finalizar el tercer trimestre de 2017, los registros de Lanbide contabilizaban  un total de 35.593 personas que tenían a la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) como único soporte económico para afrontar sus necesidades básicas. Para todas ellas, la prestaciónn social que el Gobierno Vasco estableció hace ya más de 25 años se ha convertido, en usalvavidas para hacer frente a situaciones personales y familiares delicadas, y en un estímulo para conseguir su inserción laboral y social.
 
El tratamiento cualitativo de los datos del desempleo que periódicamente realiza Lanbide revela, además, que junto a ese colectivo hay otras 4.456 personas que complementan la RGI con diferentes modalidades prestacionales (desempleo, subsidios, ayudas etc.). 
 
En resumen, en los registros de Lanbide hay 40.000 personas desempleadas -una cifra que apenas varía a lo largo del año- que, en mayor o menor medida, dependen económicamente de la RGI; una prestación que no es la solución para todos los problemas, pero sí ha demostrado ser una herramienta de gran valor para reducir los indicadores de pobreza estructural entre la población vasca. 
 
La suma de ambos grupos supera el 30% del total de personas paradas registradas en el Servicio Vasco de Empleo. Junto a las anteriores, entre quienes carecían de empleo a finales de septiembre también se contabilizan otras 35.902 que cobran alguna prestación contributiva -principalmente, la prestación por desempleo-, lo que eleva el porcentaje de cobertura social hasta el 57,12% (75.951 sobre un total de 132.965 personas paradas registradas).
 
Por contra, 57.014 demandantes de empleo parados no recibían ningún tipo de ayuda por diferentes causas: no haber generado derechos, superar los límites de los ingresos o disponer de patrimonio suficiente, entre otras causas.
 
Bizkaia, a la cabeza
 
En este ámbito, el de las personas desempleadas registradas en Lanbide, Bizkaia es el territorio que, proporcionalmente, concentra el mayor número de personas beneficiarias de la RGI, con un 60,6% del total de perceptores. Bilbao, con el 25,5%, Margen Izquierda, con el 16,0%, y Vitoria-Gasteiz, con el 14,5%, son las tres comarcas vascas con mayor incidencia de la prestación que concede el Gobierno Vasco. En el polo opuesto, por su parte, se sitúan las comarcas de Estribaciones del Gorbea (0,22%) y Montaña alavesa (0,05%).
 
Al comparar personas paradas que solo perciben la RGI y las que únicamente  cobran el paro u otra modalidad de prestación, se observa que en ambos territorios el peso de la primera es más acusado: cinco puntos en el caso de Bizkaia y dos en el de Araba/Álava. La importante destrucción de empleo experimentado por ambos territorios durante la crisis explicaría la elevada presencia de la RGI entre su población, algo que en Gipuzkoa no sucede con la misma magnitud.
 
En este último territorio, la balanza se inclina en casi ocho puntos a favor de quienes cobran el paro (29,3% frente a 21,5%).
 
Al igual que en el conjunto de la renta de garantías, entre los perceptores que solo cobran la prestación también la incidencia del colectivo femenino es mayor al de los hombres (19.090 frente a 16.503). 
 
Hasta los 54 años, la presencia cuantitativa de la RGI es mayor tanto en el conjunto de demandantes de empleo como en el de personas paradas registradas, hecho éste que se hace más visible a medida que disminuye la edad. Así, el 32,7% del total de personas perceptoras de la RGI tiene entre 35 y 44 años. Sin embargo, una vez superados los 55 años, la importancia de la prestación por desempleo se incrementa por el efecto del subsidio por desempleo para mayores de esa edad,