Departamento de Cultura y Política Lingüística

Deportes rurales

Pelota

PelotariLa pelota ha sido practicada desde antiguo en el territorio vasco. A lo largo de los siglos, por supuesto, han ido evolucionando las reglas y modalidades del juego generalmente en beneficio de la espectacularidad. Se adaptaron cestas más adecuadas al ritmo vivo que pedía el público, se modificaron las canchas, se cubrieron los frontones. El juego original de carácter rural, se fue transformando en espectáculo al que acudía un público ciudadano para arriesgar una apuesta. Y era natural que así fuere, pues los empresarios construían los frontones industriales en los núcleos urbanos de elevada población para asegurarse una clientela que hiciera posible el mantenimiento del negocio. Esta transformación se produjo en el último tercio del siglo pasado.

Paralelamente ocurre la universalización de la pelota. La emigración hacia América crea núcleos importantes vascos en las principales ciudades del nuevo continente. Devotos de la tradición en todos los órdenes de vida, costumbres y creencias el vasco desea divertirse al modo del País de origen. Y construye frontones donde practica el viejo juego secular.

Más tarde, a lo largo ya del siglo XX, la pelota vasca va adoptando otras modalidades. Pierde en ellas parte de sus cualidades –especialmente el vigor característico de nuestros juegos- aunque ello le hace accesible a mayor número de personas.

El juego de la pelota, en su evolución, ha llegado a practicarse en un gran número de especialidades. De una forma sintética hacemos la siguiente clasificación.

  • Juegos directos: Los bandos se situan frente a frente, separados por una red o una raya que debe superar la pelota. Actualmente sólo subsiste una modalidad, muy poco practicada, que es el rebote.
  • Juegos indirectos: En los que la pelota sale rebotada de una pared. Estos pueden dividirse, bien atendiendo al tipo de frontón en que se practica o según la herramienta utilizada.
    Entre los primeros podemos distinguir:
    • Terrenos que sólo tienen frontis. Es la llamada plaza libre o plaza agirikoa. Se trata de los frontones antiguos existentes hasta aproximadamente 1875 y que todavía pueden encontrarse en Iparralde.
    • Frontón de pared lateral, siempre a la izquierda, y en ocasiones con pared de rebote. Se diferencian unos de otros por sus dimensiones, a excepción del trinquete, en el que también se utiliza la pared de la derecha. Señalaríamos aquí los siguientes:
      • Frontón corto, hasta 30 ó 35 m. de longitud. Se emplea para las especialidades de mano, sare, paleta, etc., donde se utilizan herramientas de poco peso y pelotas de viveza inferior.
      • Frontón mediano, hasta los 45 m. Pensados para paletas con pelota de cuero o herramienta más potente con pelotas de viveza media.
      • Frontón largo, hasta los 60 m. Es el típico frontón para cesta-punta, remonte y pala con pelotas de mucho toque.

Atendiendo a la herramienta, la división sería la siguiente:

  • Mano: Practicable en plaza libre, o en frontón con pared izquierda.
  • Pala: La pala presenta diversas variantes: la pala larga y corta utilizadas sobre todo en frontones medianos y cortos con pelotas de cuero y la paleta ancha y “paleta argentina”, empleadas en frontón corto y en trinquete con pelota de goma.
  • Guante de cuero: Puede utilizarse en todo tipo de terreno, tanto se trate de guante largo como corto. En la actualidad se utiliza poco, tan sólo en juegos directos como el rebote.
  • Chistera: Antiguamente la cesta de joko-garbi era utilizada en frontones con la pared izquierda más grande. Actualmente se emplea en las plazas libres. Otras modalidades, jugadas en frontones de pared izquierda, son la cesta-punta y el remonte.
  • Sare: Su lugar idóneo es el trinquete, aunque también puede jugarse en frontón corto.

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PELOTA A MANO


La pelota a mano es la modalidad que más pasión despierta en el pueblo vasco.

La “mano” es un deporte particularmente duro. Se juega con una pelota, de más de 100 gramos de peso, que es golpeada con la mano abierta.

Es una modalidad reciente. Las reglas se fijaron en el último tercio del pasado siglo. Pero en este espacio de tiempo se ha constituido en la especialidad “reina”.

De una primera etapa (1910-1920) era Urcelay, Chiquito de Azkoitia, Errezabal y Gárate.En orden cronológico de campeones citaremos a Mondragonés, Atano III, Miguel Gallastegui, Barberito, Soroa, los hermanos Arriaran, Ogueta, Atano X, Azkarate y los Retegui.

En la actualidad, la pelota a mano experimenta un crecimiento grande. Se abren nuevos frontones, surgen pelotaris de gran calidad y varias empresas que compiten entre sí, montan espectáculos a los que acuden muchos aficionados. Los nombres más destacados en esta modalidad son actualmente Eugi, Unanue, Zezeaga, Titín III, Elkoro, Capellán, los Goñi, los Galarza, Alustiza, Nagore, Lasa, etc.

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EL REBOTE


Ha sido calificado como el rey de los juegos de pelota.

En el rebote la pelota no se lanza contra un frontis sino que va desde un campo a otro. El rebote se juega en un campo rectangular, llano y de longitud entre los 70 y 100 metros. El campo se divide en dos zonas, con áreas delimitadas que juegan un papel diverso en el juego.

Cada bando lleva cinco jugadores provistos de guantes de mimbre de diversa dimensión. El tanteo es similar al utilizado en el tenis, con un límite de cuarenta tantos y parciales de quince.

El rebote es un juego desgraciadamente en desuso, con pocos equipos representando a pueblos de Gipuzkoa e Iparralde.

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LA PALA


Se señala, como inicio de la época moderna de la pala, los desafíos disputados a principio de siglo entre los hermanos Eraso contra Goikoetxea y “Chiquito de Abando”. Fueron los primeros palistas del Euskalduna bilbaino.
En Donostia esta modalidad se introduce en el verano de 1922, en el frontón Urumea.

La pala se construye en madera de haya y sus dimensiones son de 52 cm. de largo, 10, 5 cms. de circunferencia de cabeza y un grueso máximo de 5,5 cms.

La pala tiene muchas dificultades de manejo. Requiere canchas grandes, pelotas de gran toque y mucha fuerza y habilidad. Por ello se han buscado modalidades más fáciles que son las practicadas popularmente: la pala corta y la paleta.

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LA CESTA


Con la mano y la pala se impacta violentamente la pelota para impulsarla. En los juegos de cesta, en cambio, se recoge la pelota ampliando el tiempo en que permanece inmóvil antes de cambiar la trayectoria.

El antecedente de la cesta es el guante de cuero, inicialmente pensando para proteger la mano. Era, en un principio, corto y ancho. La experiencia enseñó que cuanto mayor fuera la longitud de la cesta con más fuerza se disparaba la pelota. La cesta fue alargándose y estrechándose. Y dio origen a las dos modalidades clásicas: el remonte y la cesta punta.

El remonte, juego de gran elegancia, tuvo su época de oro primero con Irigoyen y luego con Jesús Abrego, que debutó en 1924. Se practica en dos frontones industriales: el Euskal Jai, de Iruña y el Galarreta, de Hernani.

La cesta punta, más espectacular, ha alcanzado proyección internacional, con frontones en varios países. Su práctica, en Euskal Herria se reduce a Bizkaia y a los torneos veraniegos de Iparralde.

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Regatas de traineras

Plan Estrategico del Remo 2003-2007 (pdf, 2MB)

Foto TraineraEl hombre de litoral precisó durante toda su historia de la fuerza de sus brazos, complementando la del viento, para acercarse a los caladeros. Y de aquí surgió la pugna entre las lanchas de pesca, origen de este deporte lleno de emoción que son las regatas de traineras. La tripulación de una trainera está formada por trece remeros y un patrón que dirige el rumbo.

USOS DE PESCA EN LAS TRAINERAS


El patrón era, generalmente, propietario de la embarcación así como de los remos, redes y enseres de todo tipo necesarios para la pesca. Reclutaba la tripulación con contrato verbal que terminaba por voluntad de cualquiera de las partes. La retribución en las embarcaciones de remo consistía en el reparto proporcional del producto de la pesca y no en un sueldo fijo. Del total obtenido por la venta del pescado se liquidaban los gastos producidos por la adquisición de cebo, víveres y provisiones de todo tipo. Seguidamente, se detraería el 25 por ciento para la red y trainera y del resto se hacían tantas partes como tripulantes.

LAS TRAINERAS DE COMPETICIÓN. ESTILO DE BOGAR


Las traineras de pesca continuaron siendo, hasta 1916, las utilizadas en las regatas. Pero en aquel año Vicente Olazabal construyó en Mutriku, para la tripulación de Getaria, una trainera estilizada, de 400 kilos de peso, que fue bautizada con el nombre de "Golondrina". Paralelamente, los vapores de pesca arrinconaron definitivamente las embarcaciones de altura movidas a remo. Comenzaron a construirse las traineras con el fin único de la competición. No siendo ya necesario transportar la pesca, el diseño de las traineras fue cambiando. Disminuyó la manga y el peso, aunque se mantuvieron los 12 metros de eslora "clásicos" de la trainera de pesca. Actualmente la Federación de Remo señala las características de las embarcaciones utilizadas en regatas oficiales, y que son las siguientes:

  1. Eslora máxima entre perpendiculares .................................12 m.
  2. Manga mínima inferior de la cuaderna maestra ................... 1,72 m.
  3. Peso mínimo de la embarcación sin remos ni accesorios ........200 Kg.

La evolución en las embarcaciones y en los remos ha cambiado totalmente la forma de la remada. En nada se parece la boga en una pesada kalera del siglo pasado a la boga en una estilizada trainera de nuestros días. Antes el remo era largo y pesada la embarcación; en consecuencia la boga era un juego de cintura, lento, profundo y sostenido. Con la disminución del peso hasta el de las actuales lanchas, el juego de antebrazo sustituye al de la cintura. El ritmo se hace más rápido y la palada más corta. El ritmo de boga varía según el estado del mar. Con aguas agitadas una palada corta haría perder muchas remadas. Entonces la boga se hace más profunda que en aguas calmas.

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TRIPULACIONES Y PATRÓN


En las regatas del pasado siglo la tripulación base de trainera era la misma que habitualmente salía a la pesca, aunque solía substituirse a los elementos de más edad por remeros de otras cuadrillas que no participaban en la lucha. En competiciones de gran transcendencia se efectuaba una verdadera selección eligiendo como refuerzo a los más dotados de la localidad. Así, en la regata entre Ondarroa y San Sebastián, el 2 de diciembre de 1890, Carril sustituyó a seis remeros de su tripulación de pesca o "compañya" por los mejores que le cedieron los otros patrones donostiarras. Cuando el vapor arrinconó definitivamente, entre 1910 y 1920, al remo como fuerza de tracción en las embarcaciones de pesca, la tripulación de la trainera debió comenzar a entrenarse cara a las regatas oficiales. Ya no era el trabajo de cada día bogar hacia los bancos de pesca, lo cual permitía encontrase en una constante buena forma física. Los entrenamientos fuera de horas laborables, favorecían a los jóvenes empleados en tierra firme, con un horario de trabajo. El pescador, aún el de bajura, llevaba una vida errante, dejando el puerto antes del amanecer para una agotadora jornada sin horas ni días, pendiente siempre del tiempo, de las mareas y de los bancos de pesca. Una vez iniciado en el arte de remar el "terrícola" podía ser un buen remero y, poco a poco, fue disminuyendo la proporción de pescadores en las traineras.

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CAMPOS DE REGATA. TRIPULACIONES MÁS FAMOSAS


Las más famosas regatas de traineras son las de la Concha de San Sebastián, organizadas en los dos primeros domingos de septiembre. Celebradas por primera vez en 1879 han tenido continuidad desde entonces. En Bilbao, se han organizado con intermitencias siendo el escenario más frecuente la ría del Nervión. Las tripulaciones más conocidas son: Orio, Hondarribia, Pasai San Juan, Zumaia, Pasai San Pedro y Donostia, en Gipuzkoa. Y en Bizkaia, Santurtzi, Kaiku, Zierbena, Ondarroa, Urdaibai...

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Aizkolaris

AizkolariLas competiciones de cortadores de troncos: he aquí el más popular entre los llamados deportes rurales vascos. Habrá otras modalidades más prodigadas, con mayor número de atletas practicantes, pero no cabe duda de que los grandes héroes de la vida deportiva vasca han sido y son hoy aun aizkolaris, como “Santa Agueda”, “Keixeta”, “Arria” o “Luxia”. Ninguna prueba rural congregó tantos espectadores como aquellas épicas luchas entre “Keixeta” e “Igartza”, entre “Korta” y “Arria” y Astibia, o entre “Arria” y Mindeguia.

El corte de troncos es el deporte-rey entre los autóctonos del País, junto con las regatas de traineras en el litoral.

LOS BOSQUES


La abundancia de bosques en el País Vasco en otras épocas, y el duro trabajo –carboneros y leñadores- de los que en ellos trabajaban, ha sido la base del deporte de corte de troncos.

CARBONEROS Y LEÑADORES. SU ORIGEN


La explotación de los bosques se hacía para la obtención de madera, materia prima básica de la construcción, y para la transformación de la madera en carbón vegetal, empleado, como hemos dicho como combustible en las ferrerías.

El derribo de los árboles corría a cuenta de los elementos más jóvenes o fuertes de la cuadrilla. A los más viejos correspondía la labor de desgajar, cortar las ramas y preparar la “txondorra” para la fabricación del carbón vegetal.

El origen de las apuestas de hachas, de las pruebas de aizkolaris, está en el trabajo cotidiano de carboneros y leñadores en el bosque. La energía física de los jóvenes o la destreza y oficio de los veteranos les llevaba a competir en el mismo trabajo, cruzando pequeñas apuestas a quien derribaba primero un árbol determinado.

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LOS TRONCOS EN LA PLAZA. LA MADERA


La madera utilizada en las pruebas es tradicionalmente de haya verde, sin nudos a la vista. Así se ha hecho siempre. Una larga experiencia ha ido eliminando cualquier otro tipo de madera, aparte de que ha sido el haya la especie más común en las montañas vascas. La madera de haya ofrece cualidades idóneas para su corte con el hacha.

De las condiciones en que se haya concertado la apuesta en cuanto a la elección de la madera dependerá también de la dureza de la misma. Cada participante seleccionará el material que mejor vaya a sus condiciones o más pueda perjudicar a su contrario.

En los concursos y campeonatos suele elegirse madera no excesivamente rebelde. En general se ha mejorado actualmente la calidad porque en nuestros días las pruebas son espectáculos a los que la gente acude previo pago de una cantidad. Los organizadores cuentan con ingresos y pueden adquirir un material idóneo. Antes, por el contrario, las apuestas en la plaza eran de entrada libre, buscándose para la competición, por lo general, la parte más cercana a la raíces o a las ramas, que el comprador de madera desechaba.

Las apuestas, los concursos y campeonatos se conciertan a cortar un número determinado de troncos, proclamándose vencedor quien lo hiciere empleando menos tiempo. Sobre esta regla general caben gran número de variantes tendentes a igualar en lo posible a los participantes para que la lucha sea más competida.

A diferencia de lo que sucede en los concursos de Australia o Canadá, la prueba de hachas vasca es más una competición de resistencia que de velocidad. Rara vez es inferior a la media hora de duración y muchas veces excede de 60 minutos.

font- size: small;" Tradicionalmente, el grueso de los troncos empleados se mide en pulgadas de circunferencia. Las medidas varían entre un mínimo de 36 pulgadas (oinbetekoak) y un máximo de 72 pulgadas (oinbikoak) con medidas intermedias de 45 pulgadas y de 54 pulgadas. Esta última medida es la más corriente, jugándose con troncos de esta clase la mayoría de la apuestas.

Las pruebas de hachas se disputan tradicionalmente en el País Vasco con los troncos colocados en posición horizontal.

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LA PRUEBA


Las competiciones de hachas son, en el País Vasco, más una prueba de resistencia que de rapidez. Salvo en exhibiciones en las fiestas patronales, la duración excede siempre de la media hora, y muchas veces pasa de los 60 minutos.

La prueba más larga y dura de todos los tiempos es la que enfrentó, el 23 de Enero de 1983, en la plaza de toros de Tolosa a Mikel Mindegia y Jose Mari Mendizabal. Ganó la apuesta de dos millones de pesetas Mendizabal que empleó un tiempo de 4 horas y 12 minutos, diecisiete minutos menos que su rival.

Las modalidades y condiciones de las pruebas son variadísimas. Aparte el número de troncos a cortar pueden ser las apuestas con o sin ayudantes, de un aizkolari contra una pareja , de una pareja contra otra, bien en “txanda” o turno libre, bien con cambio a la terminación de cada tronco. Todas esta peculiaridades tienen como fin procurar igualar a las contendientes en beneficio de la espectacularidad de la prueba.

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AIZKOLARIS


Durante todo el siglo XIX los aizkolaris no tenían nombre propio. Eran “uno de Beizama”, “el hijos de la casa Gorrizu”, “el cuadrillero de Nuarbe”, “el del caserío Beunza”, etc. Y además las pruebas eran totalmente ignoradas por los periódicos de la época...

A principios del actual siglo se va operando una transformación en el País Vasco. La industrialización se acelera, produciéndose un éxodo lento de la población desde las zonas rurales a los centros de industria. Vienen con sus costumbres y aficiones, hablan de sus ídolos y, en fiestas, desean verlos compitiendo sobre los troncos o levantando las pesadas piedras.

Las plazas de toros de Tolosa, Azpeitia, Donostia y Eibar, fueron inauguradas todas ellas en el año 1903. En estas plazas se celebraban infinidad de pruebas de arrastre, de carneros, hachas, etc.
Es entonces cuando surgen los ídolos en nuestros deportes rurales. El más grande de todos se llamó “Santa Agueda”. “Santa Agueda” fue protagonista de la primera “gran prueba” de aizkolaris de los tiempos modernos, celebrada en la plaza de toros de Azpeitia el día 27 de diciembre de 1903.
Otros famosos aizkolaris del primer tercio del siglo XX fueron Jose Martin Goenaga “Atxumberria”, Jose Soraluze “Korta”, Jose Aramburu “Keixeta”, “Kotaberri” y “Arria” I.

Tras la guerra civil vuelven a celebrarse pruebas y exhibiciones varias. Las más multitudinarias apuestas de la historia tienen lugar en la década de los cincuenta; el 29 de Octubre de 1950 entre Garziarena y “Luxia”, con victoria de éste; el 7 de Diciembre de 1952, la revancha y nueva victoria de “Luxia”; y el 26 de Abril de 1959 Latasa vence a “Luxia”. En cada una de estas competiciones celebradas en la plaza de toros de Donostia hubo alrededor de 15.000 espectadores.

En los últimos cuarenta años, y por orden cronológico, las grandes figuras de la aizkora han sido Berakoetxea, Astibia, Polipaso, Arria II, Mendizabal, Arrospide, Larretxea, Olasagasti y, en especial, el navarro Mikel Mindegia.

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Harrijasotzaile

Arrijasotzaile Perunena

El canto rodado del río o el peñasco de la montaña debieron ofrecer al vasco, desde tiempo inmemorial, fácil oportunidad para probar sus fuerzas.
Como en los restantes deportes rurales ningún documento escrito nos ha llegado sobre el levantamiento de piedra.

Es éste, posiblemente, el deporte más antiguo pero de más corta historia. Poco queda escrito de épocas anteriores a Arteondo. Fue este levantador quien llevó las piedras a la plaza pública para exhibiciones, marcando los pesos y dimensiones “clásicas” de la piedra. Hasta él, los desafíos no fueron espectáculo programado y reglamentado.

En las romerías del patrono del pueblo, caliente la sangre y la cabeza por los vapores de la sidra, los jóvenes buscaban un objeto para probar sus fuerzas. El más a mano era un simple peñasco sobre el que apostaban a nivelarlo sobre el hombro.

LAS PIEDRAS


Cuando ya entrado el siglo XX la apuesta se llevó a la plaza el público exigió una reglamentación en los pesos y en la forma de las piedras utilizadas por los atletas de tal forma que quedaran fijadas sus características y pudieran servir de referencia en este tipo de pruebas. El trozo de roca de forma irregular utilizado hasta entonces fue desbastado por los canteros adoptándose clásicamente cuatro formas geométricas: el cilindro, el cubo, la esfera y el rectángulo.

La forma cilíndrica fue utilizada para los pesos más pequeños: 8,9 y 10 arrobas, que corresponden a 100, 112,5 y 125 kilos; la piedra cúbica y rectangular oscila entre las 10 y 17 arrobas, que corresponden a 125 kilos y 212,5 kilos respectivamente, con pesos intermedios más frecuentes de 137,5, 150, 163,5, 175, 187,5 y 200 kilos. La piedra esférica, llamada vulgarmente bola, acostumbra a ser de 9 y 10 arrobas.

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LA PRUEBA


Las pruebas de levantamiento de piedra han sido, casi siempre, apuestas entre dos atletas que actúan uno después del otro, nunca al mismo tiempo. Incluso en concursos la actuación no es simultánea, sino sucesiva.

Suele montarse en el suelo un cuadrado de sacos de arena o cubiertas de automóvil, sobre el que se arroja la piedra, una vez nivelada sobre el hombro. Un ayudante prepara la piedra en posición correcta para el siguiente levantamiento.

El levantamiento de piedra, hasta “Arteondo”, fue deporte limitado al ámbito familiar del caserío o de la cantera. Interesaban más al público otros ejercicios de fuerza utilizando pesas, al estilo olímpico, o trozos de plomo que habían que levantar sobre la cabeza en un vigoroso impulso. Pero “Arteondo” desterró las piedras irregulares, dando una nueva dimensión al levantamiento, y fijando sus formas y pesos clásicos.

Victor Zabala “Arteondo” tuvo una vida deportiva muy dilatada –entre 1910 y 1945- y su principal rival fue Pedro María Txurruka “Aritza”. Otros grandes levantadores que les siguieron fueron “Ziaran Zar”, “Ondartza”, “Errekartetxo”, “Usategieta”, “Soarte”, los hermanos “Agerre”, “Endañeta” y “Urtain”.

Más recientes están los nombres de “Goenatxo” y Mikel Saralegi. Pero el atleta que ha revolucionado este deporte dándole una nueva dimensión ha sido Iñaki Perurena, sin discusión el número uno del deporte autóctono vasco en los últimos tiempos.

Como en las otras modalidades, la competición en apuesta o desafío ha dado paso en el levantamiento de piedra a campeonatos organizados oficialmente y a las exhibiciones en fiestas.

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Segalaris

SegalariEl corte de hierba en las empinadas praderas del País es trabajo forzado para el casero, pues el ganado estabulado espera su diaria ración de pienso. El corte debe hacerse rápidamente, y también la recogida, para evitar se estropee con la lluvia repentina. De este trabajo surgió uno de los más característicos deportes vascos: “sega apustua”.

Las pronunciadas pendientes en que se encuentran la mayor parte de los prados en el País Vasco han hecho difícil la puesta en práctica de guadañadoras mecánicas. De ahí que la guadaña manual (sega) sea hoy de uso habitual en nuestra tierra.

La cuchilla mide de 0,90 metros a 0,95 metros de ancho en las guadañas normales y de 1,18 metros a 1,24 metros en las de competición.

El corte de hierba en los caseríos ocupa gran parte de la larguísima jornada laboral de nuestros baserritarras porque las cabezas de ganado constituyen la verdadera riqueza del caserío. La vaca proporciona la lecha y crías; el buey sirve de tracción en la labor de roturación para el cultivo de las tierras; el ternero proporciona ingresos inmediatos, vendido para carne al tratante o en el mercado próximo.

Un buen segador de nuestro País puede hacer más de 50 áreas de trabajo en un día.

LA CAMPA DE COMPETICIÓN


La campa o prado donde vaya a celebrarse la competición, se elige con especial cuidado teniendo en cuenta diversas circunstancias. En primer lugar debe estar situado en zona donde exista afición y cercana a ser posible a las localidades de donde procedan los segalaris. Esto se tiene especialmente en cuenta en los últimos años, ya que es habitual ahora poner una entrada de pago al recinto de competición e interesa, por lo tanto, contar con el mayor número de espectadores. Y en función de ello se buscan campas de acceso fácil y cómodo con aparcamiento para vehículos. Y dentro del recinto, que exista buena visibilidad para los espectadores y sea fácil de acotar.

En cuanto al terreno en sí debe ser totalmente desprovisto de piedras, sin demasiada pendiente y de hierba abundante y crecida.

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LA PRUEBA


La prueba de corte de hierba es muy dura para los participantes. El cuerpo del atleta, durante toda la prueba, está doblado por la cintura. La inspiración se hace con el torso inclinado y los pulmones comprimidos.

De siempre, las pruebas de segalaris tienen lugar en el inicio del otoño, época en que la hierba ha alcanzado su máximo crecimiento y momento, además, en que los jóvenes tienen mayor trabajo en el caserío y se encuentran perfectamente entrenados.

Hasta hace pocos años, la única forma de competición, como ha sucedido en las restantes especialidades del deporte rural, era la apuesta. El primer concurso, con premios en metálico, en lugar de cantidades atravesadas y varios participantes, tuvo lugar en Gipuzkoa el 11 de julio de 1954.

El tiempo dado para la prueba suele fijarse en nuestros días en una hora. A principios de siglo eran frecuentes las apuestas de dos horas de duración. Sea cual fuere el tiempo límite, a su término entran en movimiento un extenso equipo de hombres –rastrilleros, pesadores, atadores y ayudantes- que bajo la mirada vigilante de uno de los jueces de la prueba darán el resultado con el peso de la hierba cortada por cada contendiente. Tradicionalmente se utiliza el peso romano.

En cualquier forma que se estipule la prueba es muy difícil hablar de “records”. Depende del peso y la superficie de hierba cortada, de la calidad del terreno, del grado de humedad de la hierba, de su crecimiento, etc., factores todos ellos extraños al puro esfuerzo físico.

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SEGALARIS. ALGUNOS NOMBRES


Las primeras noticias de segalaris nos la da el bersolarismo. Pello Errota cantaba una apuesta de 1880, en Iturrioz, que ganó un tal Izuela.

Pedro María Otaño Eceiza, el gran “Santa Agueda”, de Beizama, aizkolari mítico, fue también un gran campeón segalari, sin rival en su época. Sus portentosas facultades físicas le destacaron en el corte de hierba, especialidad en la que compitió frecuentemente entre 1905 y 1915.

La prueba cumbre de las competiciones segalaris de todos los tiempos fue celebrada en la campa de Iturrioz el lunes 28 de septiembre de 1925. Seis mil personas acudieron a presenciarla y, se dice, que las traviesas superaron las 150.000 pesetas de aquella época. Eran protagonistas Pedro Mendizabal, “Lokate”, de Aya, y José Arrieta “Pantxesa”, de Urnieta. Ganó Mendizabal, que en dos horas de competición, cortó 4.294 kilos de hierba frente a los 3.957 de su contrincante.

Otros segalaris famosos, antes de la guerra civil, fueron “Amexketa”, Florentino Mayoz, “Ondartza”, Olazábal, etc. Y tras la guerra citaremos a “Chiquito de Aya”, Egiguren, “Lizume”, “Ibiya”, “Izurzu”, “Polipaso”, Eleuterio Tapia, “Pascualsoro”, Otegui, Bernardo Irastorza.

Actualmente han desaparecido prácticamente los desafíos y los segalaris practican su deporte en competiciones oficiales.

Idi dema

Idi demaLlegamos aquí al más popular de los juegos rurales. Los concursos o pruebas de arrastre de piedra por bueyes, frecuentísimos en otras épocas, lo son también en nuestros días. Antes surgían como desafíos individuales entre propietarios de yuntas; hoy es más usual el concurso, como número fuerte de fiestas patronales, pero conservando su gran sabor y entronque popular.

Es opinión frecuente buscar el origen de las pruebas de arrastre en el trabajo de las canteras. La piedra, desprendida por la explosión del barreno, era pulimentada “in situ” y luego, arrastrada por los bueyes, se llevaba hasta la maciza carreta que le había de transportar. Este origen, posiblemente cierto, no supone que todos los bueyes participantes en apuestas trabajaban en canteras sino que la experiencia demostró que un objeto pesado, como la piedra, era el ideal para probar la velocidad máxima del paso del buey en arrastre.

EL BUEY


Hasta hace muy pocos años era el ganado vacuno la única fuerza de tracción en la agricultura. Sólo en muy contadas excepciones eran empleados caballos, mulas o asnos. Recientemente se han introducido los motocultores, de aplicación múltiple, especialmente diseñados para el trabajo en las empinadas laderas que constituyen la orografía vasca.

Los toros son capados antes del año de edad. En la inmensa mayoría de los casos, los caseros vascos los adquieren ya inutilizados para la procreación.

El peso del buey utilizado en las pruebas de arrastre varía entre 500 y 650 kilos para los concursos. Un buey de Iturrino, pesó 1.450 kilos en vivo y 790 en canal. Un buey de “Korta”, 1.380 kilos. En general se utiliza en Bizkaia ganado más pequeño de alzada y de menor peso.

Junto a los trabajos del caserío, al buey de competición se le hace andar por el monte, diariamente, unos 5 kilómetros. En el establo tiene reservado el mejor lugar. De vez en cuando se hace una prueba con la piedra de una plaza cercana para que el buey no pierda el hábito del arrastre.

LA PIEDRA


Existe aún en muchos pueblos vascos la piedra (probarri) en la que los caseros del contorno probaban la fuerza de sus yuntas. Hoy en día, como ha sucedido en la mayoría de nuestros deportes rurales, los desafíos van dando paso a los concursos y campeonatos. Ya no son dos yuntas las que compiten. Para dar mayor espectacularidad optan a los premios, en ocasiones, hasta 35 parejas. Se requiere entonces lugares especialmente dotados para el acomodo del público. Por ello, hoy se encuentran las piedras en las plazas de toros y en frontones cubiertos.

La forma de las piedras es rectangular, ligeramente más estrechas en su cara anterior, en la que se ha labrado un orificio para el enganche de la cadena. Su peso varía mucho, oscilando entre 1.500 y los 4.000 kilos. La piedra de Tolosa pesa 4.000 kilos, y las de Gernika y Munguía 4.500 kilos. En el probadero municipal de Berriatua existe una de 5.250 kilos, que no se corre desde 1950.

En los desafíos es más frecuente el empleo de piedras grandes. En los concursos se elige piedra más pequeña ganando el espectáculo en vistosidad al hacerse el recorrido más rápido.

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LA PLAZA


La piedra es arrastrada por un piso formado por cantos redondos. Hay plazas de adoquín, desechadas por los propietarios, pues los bueyes resbalan continuamente sin poder asentar las pezuñas. Es opinión extendida que son mejores los cantos rodados de río que los extraídos de las playas.
La longitud de las plazas varían según las localidades. Hay una gran variedad de distancias, oscilando entre 22 y 28 metros.

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LOS ARREADORES


El buey solitario, o la yunta, es ayudada en su esfuerzo por los arreadores. Su número depende de las condiciones fijadas en la apuesta o, en los concursos de lo que señale el reglamento.
Actualmente y en busca de la máxima eficacia, los arreadores suelen contratarse con mucha frecuencia.

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LA PRUEBA


Consiste en hacer más plazas en un tiempo dado. Para la fijación de las condiciones de la apuesta o concurso es detalle importante el peso de los bueyes. Cuando una yunta sobrepasa el peso tope permitido –fijado alrededor de los 1.100 kilos- la piedra recibe una sobrecarga de kilo y medio por cada kilo de sobrepeso.

Una vez en la plaza y llegada la hora, el juez competente procede al sorteo de tandas. Se considera perjudicado quien actúa en los primeros lugares, pues carece de referencias sobre el trabajo de sus contrincantes. Pero no siempre es mejor actuar en último lugar; si los primeros realizan una gran marca cunde la desmoralización. La orden de salida se da con silbato.

El boyero y arreadores procuran dosificar el esfuerzo de los bueyes sin agotarlos desde el comienzo. Procurarán también evitar que la piedra se detenga a media plaza porque el esfuerzo se duplica en la arrancada inicial. Y, sobre todo, han de esforzarse en que la piedra no salga de la raya que señala la anchura de la plaza, pues han de volver la piedra al límite donde fue cometida la falta.

El tiempo señalado a cada participante es, por lo general, de 30 minutos. En las apuestas a veces se fija más tiempo.

Sea cual sea el plazo de tiempo, terminado éste, los jueces proceden a medir la distancia recorrida que se da en plazas, cintas y centímetros.
Las pruebas suelen ser, atendiendo al número de bueyes participantes “en solitario” o “uztarri bakarrean” cuando la piedra es arrastrada por un solo animal, y “por parejas”.

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Bolos

Hombre jugando a bolosEste juego-deporte, muy extendido internacionalmente, tienen en el País Vasco una característica peculiar. Para su manejo se precisa de mucha energía física por el peso de la bola y la distancia que debe recorrer.

Se desarrolla en tres modalidades distintas: Eskuzulo, Iruzulo y Bolo Palma.

  • Ezkuzulo es propio de Gipuzkoa. El peso de la bola oscila entre 7 y 9,5 kilos y la distancia a la que se situan las brillas 22 metros. Hay 9 brillas colocadas en cuadro, de tres en tres.
  • Iruzulo: Es ésta la modalidad de más amplia difusión geográfica, abarcando el oeste de Gipuzkoa, la mayoría de Bizkaia y el norte de Araba. La bola es ligeramente ovalada y debe alcanzar y derribar las tres brillas colocadas enfrente.
  • Bolo-palma: Frecuente en Araba y en toda La Rioja la bola es más ligera que en los casos anteriores.

Araba es un territorio que cuenta con otras variedades de bolos, muchas veces diferenciadas entre localidades cercanas

Sokatira

Sokatira La soka-tira es la competición en la que dos fuerzas humanas de signo contrario, aferradas a una cuerda, pretenden arrastrarse mutuamente. La simplicidad de su concepción ha hecho que sea deporte conocido en la más remota antigüedad y de amplia difusión geográfica en el mundo actual.

Las condiciones que rigen los encuentros de “soka-tira” son las siguientes:

Número de forzudos: Es de ocho.

Peso: Entre las condiciones se señala si las pruebas son con peso límite o libres. El peso límite se establece en 560 kilos, 640 kilos y 720 kilos.

  • Botilleros: Cada grupo dispone de un botillero que dirige el esfuerzo con gritos de ánimo.
  • Suele prohibirse el anudar la soga a la cintura o pasársela por encima de hombro, salvo en el caso del hombre situado al final. La cuerda se agarra con ambas manos.
  • Puede tirarse sobre frontón o en hierba, variando el calzado utilizado que serán abarcas en el primer caso y botas en el segundo.
  • Calles: Cada equipo debe tirar dentro de su calle, generalmente de dos metros de ancha, descalificándose a quien salga de ella.
  • Zona de arrastre: Es de dos metros cincuenta, estando señalizada en la soga y en el suelo.
  • En la cuerda suele anudarse una cinta roja indicadora del centro exacto.
  • Los desafíos suelen hacerse a dos tiradas, cambiando los equipos de lado. Con ello se procura igualar las posibilidades, evitando ventajas surgidas por irregularidades en un terreno, inclinación del mismo, etc. Caso de producirse empates juega clasificatoriamente el menor tiempo empleado en arrastrar al contrario.
  • En concursos con varios participantes suele establecerse una liguilla clasificatoria, jugando todos contra todos.

La soka-tira, al estilo tradicional del País, venía celebrándose sobre la cancha de los frontones y la piedra de las plazas. Los contactos y confrontaciones internacionales han evidenciado que es la soka-tira sobre hierba la modalidad más difundida y con mayor futuro. En Euskal Herria, en cada una de sus provincias, la temporada de invierno es sobre suelo duro; en primavera se cambia de calzado, sustituyéndose la tradicional abarca de goma por la bota ferrada, esencial para tirar con éxito sobre tierra.

En cuanto al número de tiradores existentes en Euskal-Herria, su número es variable por la poca estabilidad de los clubs. Bizkaia encabeza la lista con unos cuatrocientos atletas. En Gipuzkoa participan aproximadamente doscientos, cien en cada una de las provincias de Alava y Navarra y unos ochenta en Euskadi Norte.

El equipo de más prolongada y mejor trayectoria deportiva es el de Nuarbe.

Otros

TronzalarisLos citaremos, en breve referencia:

Toca: Consiste en el lanzamiento de un disco de hierro, desde una distancia determinada, que debe golpear una barra metálica para hacer tanto.

Barrenadores: Colocado el atleta sobre una piedra iba horodándola a golpes de barra venciendo quien antes hubiera llegado a una profundidad determinada.

Txingas: O transporte de pesos que el atleta lleva colgando de cada una de sus manos. Se trata de recorrer una distancia en un tiempo determinado. El peso de cada txinga es de 50 kgrs.

Tronzalaris: Consiste en el corte de troncos por una gran sierra o tronza manejada por dos personas.

Deportes de Iparralde: En el País Vasco norte se celebran competiciones muy vinculadas al trabajo en el baserri, como son el alzar un fardo de paja, o un yunque, o el desplazar un carro sobre su eje.

Lucha de carnerosLucha de carneros: La afición de los vascos por la lucha y por la competición le han llevado a aprovechar, desde antiguo, el instinto de topar de los carneros para la organización de apuestas.

Concurso de habilidad de perros de pastor: Además de ofrecer un espectáculo agradable e interesante, tanto por el escenario donde tiene lugar como por la magnífica labor que realizan los perros mandados por sus pastores, es objetivo principal del mismo excitar el estímulo de los pastores en la educación de los perros; de esta forma, su trabajo anónimo y solitario adquiere en esos días vistosidad y popularidad.

Concurso de habilidad de perros de pastorEn estos concursos no sólo se premia a los perros que mejor hacen su trabajo, sino también a los que reúnen las características más puras de raza. Igualmente y para que no desaparezcan los vestidos, prendas y utensilios típicos empleados por los pastores, se conceden premios a los que se presentan más típicamente ataviados.

Y lo que es el más importante objetivo de estos concursos, se da a conocer el maravilloso instinto del perro, que cuando es completado por una educación adecuada, constituye elemento de trabajo indispensable para el pastor en su labor diaria.