El Mundo
18/01/2018

Barómetro de la lectura 2017: se lee más pero peor

Según el informe que ha presentado la Federación del Gremio de Editores de España, el número de lectores en España sube hasta el 65,8%
J.M. Plaza - Madrid

"La lectura es uno de los ejes fundamentales que denotan el progreso no sólo económico, sino también crítico y moral, de una sociedad. Este informe sobre los índices de lectura en España me deja un sabor agridulce. Es cierto que ha crecido el número de lectores, pero ha sido un aumento poco significativo y el tipo de lectura tranquila, atenta, reflexiva que necesita un libro no ha mejorado. Leemos más, un poco más, pero peor. Además, sigue existiendo un 40 por ciento de españoles inmunes a los encanto del libro". Con estas palabras Javier Fernández, presidente de la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE), daba su interpretación de las conclusiones del Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2017, un informe que fue presentado en la Biblioteca Nacional, y en el que se aprecia que los jóvenes (hasta 25 años) son más lectores que los adultos.

En el año 2000 empezaron a elaborarse anualmente estos informes que, según Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional, "nos sirven como brújula para todos los que trabajamos en el mundo del libro", pero se interrumpieron por la crisis económica, con lo cual este barómetro recoge el cambio o la evolución lectora de los últimos seis años. En este aspecto hay que decir que se incrementa levemente el número de lectores en España (hasta el 65,8 por ciento), si bien tan sólo un 59,7 por ciento lee por ocio en su tiempo libro, al margen del trabajo o estudios, una cifra que nos sitúa por debajo de los países europeos del entorno, cuya porcentaje de no lectores se acerca al 30 por ciento.

Uno de los datos que se ha acentuado en este tiempo es que las mujeres leen más libros, revistas y son más activas en redes sociales, mientras que los hombres las superan en lectura de prensa, cómics, webs, blogs y foros on line. Casi el 65 por ciento de las mujeres leen algún libro al año, mientras que el porcentaje de los varones se queda 54 por ciento, diez puntos de diferencia media, que aumentan de un modo alarmante entre 45 y 54 años, la edad más lectora de las mujeres (73 por ciento) mientras que los hombres no llegan al 52 por ciento. Es importante señalar que esta diferencia de hábitos lectores apenas es significativa entre los 14 y los 25 años.

Curiosamente, y en contra de lo que aún se cree, los jóvenes son los más lectores. A partir de los 25 años se va abandonado paulatinamente la lectura, aunque las mujeres vuelven a recuperar este hábito a partir de los 35 años. Un dato importante en este barómetro, que ya se apuntaba como tendencia, es el incremento continuado de lectura de libros entre la población de mayor edad, tanto jubilados como parados. Todas estas cifras se refieren siempre a lectores adultos (a partir de 14 años), ya que de hecho, la mayoría de los niños menores de 9 años lee (o los leen) de forma habitual. Casi el 80 por ciento de los niños entre 10 y 14 años son lectores de libros en su tiempo libre. Este esperanzador porcentaje se va reduciendo a partir de los 15 años y sufre otro significativo descenso a los 18, edades conflictivas en las que se patentiza un abandono de los libros de ocio.

El presidente de la FGEE sintetizó con una frase la realidad de los españoles sobre las bibliotecas: "Las valoramos, pero no entramos en ellas". Y es que, según el estudio, la opinión pública ha mejorado su apreciación hacia las bibliotecas, consideradas una de los servicios más eficaces, a pesar de los recortes económicos y la escasez de novedades de los años de la crisis. Sin embargo, el préstamo de libros ha disminuido desde el 2012. Un dato preocupante para Javier Fernández es que, en este periodo, han decrecido los lectores premium, esos que tenían la costumbre de leer todos los días. El porcentaje es aún muy pequeño, pero puede convertirse en tendencia al contar con muchos más estímulos de ocio.

El director ejecutivo a la FGEE, Antonio María Ávila, señaló que aunque ha aumentado la proporción de compradores de libros en estos seis años (del 56 al 61 por ciento), ha disminuido el número de libros que se adquieren al año (9,4 por 10,9). También comentó que los lectores se informan, y se dejan recomendar, por el boca a boca, las redes sociales y las páginas webs, y que los libros de ocio que más se leen son literatura (sobre todo, novela), libro práctico y el infantil y juvenil que ha adquirido un gran protagonismo en los últimos tiempos.

El papel sigue siendo el formato preferido para la lectura de libros, una tendencia que se está consolidando también en otros países con mayor arraigo de los digital. Y de hecho, de los libros leídos en el último año, las tres cuartas partes eran en papel. El resto eran digitales, y aquí se ha invertido la tendencia ya que ahora hay más mujeres que hombres que leen libros digitales. El gran problema que sigue arrastrando la industria del libro es que tan sólo el 20 por ciento de este tipo de libros son de pago. El sector editorial español, que significa el 33 por ciento de la industrial cultural, padeció una tremenda crisis, y un gran descenso de ventas, a partir del 2008, pero se está recuperando paulatinamente y tras tocar fondo, ya lleva tres temporadas en alza.

Finalmente, Óscar Sáenz de Santamaría, director general del libro, entidad que ha colaborado en la elaboración de este Barómetro, quiso resaltar los buenos resultados del Plan de Fomento de la Lectura, que se inició en el pasado año bajo el lema "vivir te da vidas extras", tras una década sin proyectos parecidos, y estará en activo hasta el año 2.020, antesala de la edición de la Feria de Francfort en la que España será el país invitado.

Volver