Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Sobrepeso y obesidad infantil: estudio multifactorial

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Obesidad infantil

Obesidad infantil

Los crecientes niveles de sobrepeso y obesidad infantil en Inglaterra son objeto de abordaje en un informe publicado por la organización Nuffield Trust que explora su relación con factores como los bajos ingresos, el desempleo, la pobreza o el acceso a espacios verdes, entre otros.

El estudio analiza la complejidad de elementos que intervienen en el sobrepeso y obesidad infantil, y la importancia de factores sociales y ambientales externos, ajenos al control de las personas, que afectan al peso de estas. Los datos disponibles indican que, pese a las numerosas iniciativas puestas en marcha y orientadas al cambio del comportamiento de las personas, no se ha logrado una reducción en los niveles de peso y obesidad infantil en Inglaterra en los últimos años. La evidencia disponible sugiere, sin embargo, la importancia de moldear las influencias externas que se hallan fuera del control de una persona, incluidas las características ambientales locales. Por ello, en el caso de niñas y niños, es de vital importancia comprender el peso de estas influencias externas cuando no pueden elegir el entorno en el que van a crecer.

La investigación desarrollada analiza las asociaciones entre el exceso de peso infantil y las tasas de obesidad y un conjunto integral de características en diferentes áreas locales en Inglaterra, y trata de observar las influencias a nivel de área para desarrollar políticas e intervenciones en el ámbito local, lo que puede generar beneficios adicionales para las intervenciones a nivel individual, incluida la reducción de las desigualdades en salud.

Consecuencias del sobrepeso y la obesidad infantil para la salud

La obesidad tiene consecuencias psicológicas, sociales y de salud negativas para niñas/os, como depresión, asma y apnea obstructiva del sueño. Además, las/os niñas/s obesas/os de hoy están desarrollando problemas de salud que antes solo afectaban a las personas adultas. Esto incluye la diabetes tipo 2, cuya prevalencia aumenta año tras año, y el desarrollo de factores de riesgo cardiovascular durante la infancia. Además, los/as niños/as obesos/as tienen más probabilidades de ser adultos/as obesos/as. Esto aumenta el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, con indicaciones de que la obesidad está relacionada con al menos 18 comorbilidades. Asimismo, el inicio más temprano de estos problemas de salud y su curso más prolongado -algunos pueden permanecer sin diagnosticar hasta la edad adulta- resulta, por lo general, en complicaciones más graves y puede conducir a una esperanza de vida más corta y una calidad de vida más baja que para las generaciones anteriores.

Los/as progenitores/as obesos/as tienen más probabilidades de tener hijos/as obeso/as y, dado que niños/as obesos/as tienen más probabilidades de convertirse en adultos/as obesos/as, esto perpetúa el ciclo, con el potencial de provocar obesidad intergeneracional durante varias generaciones y aumentar así las desigualdades.

El estudio completado por el Nuffield Trust indica que el sobrepeso y la obesidad infantil, además del impacto en la salud individual, presentan importantes costes económicos. Algunas estimaciones sitúan el coste de la obesidad en la población actual de niñas/os en 74 mil millones de libras para el NHS y 405 mil millones de libras para la sociedad en general a lo largo de su vida. De modo que mantener un peso saludable durante la niñez es fundamental para la salud en el corto, medio y largo plazo de las niñas y niños de hoy.

Metodología

Para la realización de este análisis se realizado una revisión sistemática de la literatura en materia de obesidad infantil y su relación con factores ambientales (como la naturaleza de los vecindarios y las comunidades de niños/as) y la discusión de modelos conceptuales para el desarrollo de la primera infancia, combinadas con datos estadísticos correspondientes a diferentes áreas locales de Inglaterra. Además, se identificaron las características que hipotéticamente influyen en la obesidad infantil o que previamente se ha demostrado que están asociadas con esta para cada área local.

Resultados

A nivel individual, la evidencia sugiere que la lactancia materna se asocia con una disminución del riesgo de obesidad. Esto puede deberse a una mejor capacidad para regular la ingesta de alimentos y/o a un retraso en la introducción de fórmulas lácteas y/o sólidas. Más allá de la provisión de atención médica, existen muchos determinantes de la lactancia materna y las barreras intervienen de diferentes maneras y en diferentes momentos, lo que afecta las decisiones sobre la lactancia. Pese a todo, existen muchas intervenciones basadas en evidencia en varios niveles, así como ámbitos para mejorar las prácticas de lactancia de modo que los sistemas de atención integrados revisen colectivamente la evidencia sobre las barreras para la lactancia materna y determinen cuáles son sus desafíos locales.

Entre las características del área local y en relación con el acceso a oportunidades de recreación y niveles de actividad física se identifica que la influencia familiar juega un papel en el peso infantil, proporcionando modelos a seguir y/o alentando un estilo de vida saludable para niñas y niños. Asimismo, si las mujeres en edad fértil son activas, tienen menos riesgo de obesidad y, por lo tanto, menos probabilidades de tener un/una hijo/a obeso/a.

El acceso percibido a espacios verdes se asocia con la probabilidad de informar que se está activo/a y su uso se asocia con un menor riesgo de obesidad. Sin embargo, podría estar en juego una relación inversa: aquellas personas que son más activas físicamente eligen vivir más cerca de espacios verdes y utilizarlos más. Por lo tanto, la actividad física de niñas/os y acceso a zonas verdes podría producirse en función de las personas adultas. Los resultados sugieren que brindar a la población infantil y adulta la oportunidad de realizar actividades recreativas en espacios seguros (que minimicen el riesgo de padecer un accidente de tráfico) y accesibles sería una importante iniciativa de salud pública para promover la actividad física y abordar los elevados niveles de sobrepeso y obesidad infantil.

Para algunos/as niños/as de origen negro, asiático y de otras minorías étnicas se prioriza la educación y, además, tienen más del doble de probabilidades que una persona blanca de vivir en las zonas de Inglaterra más desprovistas de espacios verdes. En consecuencia, varios estudios han demostrado que, a nivel individual, es más probable que algunas poblaciones negras, asiáticas y de minorías étnicas sean menos activas y más sedentarias que sus contrapartes blancas.

La pobreza infantil y la actividad física están relacionadas, y los datos indican que el acceso a espacios verdes y las oportunidades para realizar actividades recreativas siguen un gradiente socioeconómico y los niveles de comportamiento sedentario son mayores en niños y niñas de nivel socioeconómico más bajo. También existe un cruce entre etnicidad y pobreza infantil, ya que la tasa de pobreza es mayor en las familias negras, asiáticas y de minorías étnicas que en otras familias y es más probable que se encuentren en una situación de pobreza severa. Por tanto, algunas de las formas en que el origen étnico influye en el peso de los niños puede deberse a su situación económica.

Asimismo, se han observado desigualdades socioeconómicas en la participación de niñas/os en el deporte organizado, con barreras de acceso identificadas con frecuencia, entre las que encuentran los costes económicos y de tiempo. La dieta también puede ser un indicador de cómo la pobreza infantil influye en el peso, ya que el precio de los alimentos y bebidas es, sin duda, un componente clave en las decisiones que toman las familias de bajos ingresos sobre la cesta de la compra. Además de los costes que influyen en el acceso a alimentos saludables, el acceso físico limitado a alimentos saludables o el buen acceso a alimentos no saludables también puede contribuir a estas asociaciones de factores que favorecen el sobrepeso y obesidad infantil. Los “desiertos alimentarios” son lugares donde el transporte público deficiente y la falta de opciones de compra dificultan el acceso a alimentos y bebidas saludables y asequibles. Estas áreas pueden estar vinculadas a mayores niveles de pobreza infantil a nivel poblacional.

Por último, a pesar de que el NHS brinda servicios universales, las poblaciones negras, asiáticas y de minorías étnicas enfrentan desafíos para acceder a la atención médica, incluida la comunicación, el conocimiento del/de la paciente y barreras culturales, organizacionales y estructurales. Este también puede ser el caso de los servicios de control de peso para niños/as y, por lo tanto, es posible que su menor acceso a ayuda para el control de su sobrepeso y obesidad.

En definitiva, que niñas y niños logren mantener un peso saludable depende de factores sociales más amplios que influyen en su capacidad para realizar actividad física y tener una dieta saludable. Para abordar el sobrepeso y la obesidad infantil, no es suficiente con centrarse en cambiar los comportamientos individuales en lugar de las circunstancias de niñas/os y el entorno en el que viven. Los resultados del estudio sugieren también que ciertas poblaciones, en función de su nivel socioeconómico y demográfico, presentan mayores riesgos de padecer sobrepeso y obesidad, a lo que se suma el hecho de tener mayores dificultades para acceder a los servicios de control de peso.

Nuffield Trust es un laboratorio de ideas independiente que aborda aspectos de la salud para mejorar la calidad de la atención médica en el Reino Unido mediante la investigación basada en la evidencia y el análisis de políticas e información.

Si desea ampliar esta información, puede acceder a la publicación 'Obesidad infantil, ¿Es importante dónde vivimos?'  (Childhood obesity: is where you live important?) publicado por Nuffield Trust (2022).