Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Enfermedades crónicas y calidad de vida en las personas mayores

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Imagen de dos personas mayores con un tensiómetro.

Imagen de dos personas mayores con un tensiómetro.

La Plataforma de Organizaciones de Pacientes editó a finales de 2022 un informe que analiza el impacto de la cronicidad en las personas mayores a partir del estudio de una serie de variables como la atención sanitaria recibida, el conocimiento de los recursos de apoyo disponibles, el estado psicológico, la soledad, la necesidad de ayuda, o la situación económica de las personas que padecen enfermedad crónica, entre otras.

El informe también busca poner de manifiesto las situaciones de vulnerabilidad que se producen entre las personas mayores con enfermedad crónica que viven solas, incidiendo en las dificultades que deben afrontar en su día a día. Para abordar estos objetivos, se define como población objeto de estudio a las personas mayores de 65 años residentes en España que padecen una enfermedad crónica.

Entre las enfermedades crónicas consideradas para el estudio, se distinguen las siguientes: Alzheimer (u otras demencias), cáncer, depresión, diabetes, enfermedades autoinmunes, cardiovasculares, gastrointestinales, neuromusculares, renales, respiratorias, reumáticas, traumatológicas, esclerosis múltiple, osteoporosis y Párkinson.

La primera de las áreas estudiadas es la atención médica recibida. En este sentido, el informe señala como un 53% de las personas encuestadas son atendidas por el/la médico especialista de su enfermedad seguido de un amplio porcentaje (44%) cuya enfermedad es atendida por médicos de atención primaria.

La frecuencia de las visitas médicas depende mucho de la evolución de la enfermedad, sin embargo, la mayoría de las personas mayores realizan como mínimo una visita al año. De éstas, un 40% acude acompañada mientras que el otro 40% van a las visitas médicas solas. De las respuestas analizadas se desprende que existe una mayor probabilidad de que acudan solas las personas más mayores, con un nivel de estudios bajo, una posición socioeconómica inferior y una mayor frecuencia de las revisiones de su enfermedad. De lo que se puede deducir que cuanto mayor es la situación de vulnerabilidad mayor es la probabilidad de que las personas mayores acudan solas a la consulta.

La vulnerabilidad de este perfil de paciente también se pone de manifiesto al preguntar sobre si los/as médicos les ofrecen explicaciones sobre su enfermedad y tratamientos. En este sentido, las explicaciones recibidas por los/as profesionales sanitarios/as son menores entre las personas de más edad, con menor nivel de estudios y una posición socioeconómica baja.

Con todo, las personas encuestadas valoran positivamente la atención médica recibida en el último año, valorándose con una puntuación media de 6.65 sobre 10. Sin embargo, también perciben que la atención médica ha empeorado desde la pandemia.

En lo que al conocimiento y uso de los recursos asistenciales se refiere, la mayoría de las personas mayores encuestadas conocen y son usuarias de los recursos disponibles, pero sólo la mitad afirma conocer las ayudas y subvenciones existentes. En el 65% de las respuestas esta información se ha obtenido por la propia persona interesada (42%) o a partir de un familiar o persona conocida (23%), haciéndose evidente la necesidad de mejorar la información ofrecida por las administraciones prestatarias de las ayudas. Entre las dificultades de acceso a estos recursos, destacan las respuestas que señalan el tiempo que trascurre hasta que son concedidos y las dificultades para solicitarlos.

El malestar psicológico se presenta con frecuencia entre las personas con enfermedad crónica. Casi la totalidad de las personas encuestadas (89%) han experimentado frecuentemente (28%) o de manera ocasional (61%), “pensamientos y emociones negativas”. Entre estas, presentan un mayor malestar las mujeres mayores de 80 años con menor nivel de estudios, de clase social baja, con más de una enfermedad crónica y una alta tasa de frecuentación médica. Este factor se ve agravado por el descenso en el nivel de relaciones sociales debido a los condicionantes de salud. Tal y como señala el estudio: “Esta menor sociabilidad refuerza la situación de malestar: a menor frecuencia de relaciones el malestar psicológico es mayor y viceversa”.

La soledad es otro factor que incide en la calidad de vida de las personas mayores con enfermedades crónicas. Un 28% viven solas y de éstas un 43% lo hace de manera no deseada. El 53% de las personas mayores no cuentan con ayuda y un 28% de estas manifiestan que la necesitarían. En ambos casos, la incidencia es mayor en el caso de las mujeres de entre 65 y 69 años.

En cuanto a la adherencia al tratamiento, si bien el casi el 60% manifiesta una alta adherencia, la interrupción o abandono del tratamiento es más frecuente entre las mujeres de más de 80 años, con alta tasa de frecuentación médica que se encuentran insatisfechas con la atención recibida.

Por último, la situación económica también afecta al bienestar de las personas mayores con enfermedades crónicas, siendo un 44% las que señalan tener dificultades para hacer frente a las necesidades básicas (vivienda, alimentación, pago de suministros) y otros derivados de necesidades propias de su enfermedad (fisioterapia y rehabilitación).

Así, con afán de mejorar y revertir las situaciones descritas, el informe señala un conjunto de recomendaciones y propuestas entre las que destacan fomentar la autonomía y la atención centrada en la persona, avanzar hacia una atención proactiva de las situaciones de vulnerabilidad, prestar una mayor atención a las necesidades de sociales y de atención psicológica de las personas mayores y capacitar a los/as profesionales para mejorar la comunicación e información dirigida a las personas mayores con enfermedades crónicas especialmente a las más vulnerables.

Para más información, puede consultar el informe íntegro en el siguiente enlace: “Estudio del impacto de la enfermedad crónica en las personas mayores" (Plataforma de Organizaciones de Pacientes, 2022)