Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Necesidades y tendencias: centros residenciales para personas mayores y alternativas emergentes

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Ilustración interior del 'Informe Sector Sociosanitario en España. Nuevas tendencias' (EAE Business School, 2022)

Ilustración interior del 'Informe Sector Sociosanitario en España. Nuevas tendencias' (EAE Business School, 2022)

La Escuela de negocios EAE Business School publica un informe sobre el sector sociosanitario en España, con atención particular a tres tipos de soluciones emergentes como alternativas al centro residencial para personas mayores de 65 años: el modelo cooperativo de covivienda (cohousing), viviendas comunes orientadas a este segmento de población, y el senior living resort o vivienda de retiro. 

El punto de partida del documento lo constituyen algunas reflexiones realizadas sobre el modelo residencial destinado a personas mayores de 65 años que, a la vista de las evidencias pospandemia que conducen a su autora, Belén Marrón, a concluir que en su concepción actual se trata de una solución obsoleta. A esto, la autora suma algunos riesgos que amenazan actualmente al sector de los cuidados residenciales, con la adquisición de los centros (pequeñas y medianas empresas) por grandes empresas que pueden favorecer la rentabilidad financiera en detrimento de la calidad asistencial.

El análisis de los datos demográficos actuales y las tendencias previstas para la próxima década confirman el fenómeno del envejecimiento demográfico que afecta de forma progresiva a la sociedad española en su conjunto (la sociedad más longeva de Europa y la segunda en el mundo tras Japón) y que comporta importantes consecuencias derivadas de la longevidad y de la conversión en enfermedades crónicas de numerosas patologías. En este contexto, el modelo de gestión que despliega cada comunidad autónoma en materia de dependencia y de centros residenciales para personas mayores conlleva numerosas dificultades para homogeneizar modelos de control que garanticen la calidad asistencial y la existencia de unas normas mínimas de protección de las personas mayores.

Por todo ello, el informe defiende la necesidad de proceder con mejoras tanto a nivel de gestión como de infraestructuras de los centros residenciales destinados a las personas mayores de 65 años: Humanizar las residencias, flexibilizarlas, ludificarlas e incluir dispositivos tecnológicos.

En cuanto a los aspectos operativos, las nuevas tecnologías y los dispositivos móviles y de vigilancia derivados de los avances en domótica, robótica e Inteligencia Artificial se convierten en elementos de posible implementación en el sector de los cuidados residenciales y domiciliarios y, en sentido amplio, en el sector sociosanitario. En lo relativo a las infraestructuras, se aboga por la optimización de los espacios constructivos de forma sostenible y atendiendo a los principios de ergonomía. Para el caso concreto de los centros residenciales, en el informe se indica que ' (…) deben dotarse de espacios físicos abiertos o accesos a espacios públicos que puedan, llegado el caso, ser independientes; plantear soluciones habitacionales adecuadas para vivir en aislamiento con dotaciones tecnológicas adecuadas, espacios ludificados tanto internos como externos para facilitar el ejercicio diario ante cualquier circunstancia; habilitar áreas clínicas equipadas para recibir adecuadamente y con garantías y con accesos inmediatos y cercanos; flexibilizar las estructuras e infraestructuras para adaptarse a los cambios de forma rápida y eficaz; introducir herramientas tecnológicas fáciles y baratas para la atención social, humana, médica y asistencial.' Y en lo referente al modelo de convivencia, lejos de promover el aislamiento social y el alejamiento geográfico, los centros residenciales deberían contribuir a mantener las relaciones y la vida social, las amistades y la familia en el mismo lugar, dado que algunas fuentes informan que solo el 4% de las personas residentes se encuentran en los centros residenciales por voluntad propia.

Los desafíos más acuciantes a los que se enfrentan los centros residenciales se encuentran, no obstante, en la escasez de personal y en la falta de recursos (insuficiencia o carencia de recursos sanitarios, por ejemplo). Actualmente se calcula que en España unas 180.000 personas trabajan en centros residenciales, lo que representa un 1,7% de la población ocupada, con un impacto económico de 5.000 millones de euros anuales (0,4% del PIB).

Las residencias del futuro -según el acuerdo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030- deberían reproducir un modelo de hogar en el que prime la convivencia de no más de 15 personas, con una estructura similar a una vivienda habitual y donde se les proporcione a las personas residentes el apoyo y el soporte que necesitan para un correcto desarrollo de su vida cotidiana.

El informe incide, al hilo de los cambios demográficos que subrayan el envejecimiento progresivo de la sociedad, en el llamado sector residencial destinado al segmento de personas de más de 65 años de edad, que gozan de plena autonomía y de buena salud física y mental, y que en los próximos 30 años podría alcanzar el 30% de la población en España. Convertido en el primer elemento de atracción para las inversiones inmobiliarias en España, el sector de las alternativas residenciales para mayores de 65 años no se dirige al conjunto de este segmento de población sino a quiénes disfrutan de un nivel socioeconómico medio-alto y con una clara autonomía personal. En opinión de la autora, las alternativas residenciales para este sector de mayores de 65 años comportan un cambio de perspectiva, en el que la vivienda deja de ser objetivo de ahorro o inversión para ser objeto de vivencia y experiencia, con atención a la salud física y psíquica de las personas residentes (propietarias, inquilinas, etc.) y de acuerdo con un modelo compartido de servicios y prestaciones

En concreto, el informe documenta algunos ejemplos exitosos de alternativas residenciales que se corresponden con tres modalidades:

  • El senior living-cohousing donde el modelo es el de la cooperativa de los que ahí conviven. Es un formato de compra en propiedad.
  • El senior living-coliving, que se trata de un conjunto de viviendas comunes que han sido construidas por una promotora que está enfocada en el mercado senior.
  • Y finalmente, el senior living resort, que vienen a ser urbanizaciones cerca del mar al estilo pequeña ville de vacances o pueblo vacacional para todo el año y destinado a clientes del mercado extranjero, y la apuesta es claramente por los conjuntos de apartamentos, normalmente de primera planta con numerosas facilidades de todo tipo y que gozan de servicios medicalizados básicos.

El informe incorpora la participación de profesionales de la gestión en el sector sociosanitario con opiniones que subrayan:

  • El enfoque de control por parte de la Administración Pública siempre se ha focalizado en las ratios de personal, es decir, se controlan los recursos, no los resultados de estos. Requerimos de un modelo más orientado al valor creado, más al resultado final que al número de personas (ratio).
  • La necesidad de que se ajusten las condiciones laborales y organizativas del sector, priorizando la calidad de los servicios y teniendo en cuenta para cada persona residente la intensidad de cuidados que necesita de acuerdo con su situación.
  • La atomización del mercado de operadores de residencias para mayores en España, con gran diversidad de agentes prestadores de servicios. Desde el punto de vista inversor, será interesante crear alianzas con operadores solventes y de larga trayectoria para acompañarlos en su crecimiento, ofreciendo asesoramiento en el desarrollo y adaptación de los inmuebles que permitan el desarrollo de la actividad con el nivel de especialización que requieren.

Por último, entre sus conclusiones, y atendiendo a la compleja estructura competencial sanitaria y sociosanitaria en España, el documento destaca la necesidad de una normativa que proteja los derechos de las personas mayores y que establezca los requisitos mínimos de calidad urbanística, de espacios abiertos y de protocolos que promuevan la promoción y la prevención de la salud así como una mayor interacción y coordinación entre el sector de la salud y el sociosanitario y la necesaria armonización de políticas entre las diferentes comunidades autónomas.

Si desea ampliar esta información, puede consultar el informe: “Sector Sociosanitario en España. Nuevas tendencias” (EAE Business School, 2022)