Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Discriminación por razón de edad, el mal de las sociedades que envejecen

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria.

#AWorld4AllAges. Campaña mundial contra el edadismo. Imagen extraída del estudio: 'Violencia en la vejez: edadismo, abuso y maltrato hacia las personas mayores'

#AWorld4AllAges. Campaña mundial contra el edadismo. Imagen extraída del estudio: 'Violencia en la vejez: edadismo, abuso y maltrato hacia las personas mayores'

La Fundación HelpAge International España (abre en nueva ventana), ha elaborado un Cuaderno en el que se reflexiona sobre los prejuicios existentes en torno a la vejez y las situaciones de discriminación y maltrato que sufren las personas mayores. Asimismo, el documento ofrece en sus conclusiones, una serie de recomendaciones para fomentar una sociedad inclusiva con este colectivo.

Las sociedades contemporáneas han experimentado una revolución demográfica marcada por un notable aumento de la esperanza de vida y, como consecuencia, una ampliación de los años vividos. Este fenómeno supone un envejecimiento de la población mundial y la caracterización de sociedades longevas. Sin embargo, lejos de considerarse un éxito sociodemográfico, el envejecimiento tiende a asociarse a una pérdida de capacidades físicas y cognitivas, a un incremento de la dependencia y a una disminución de las facultades que posibilitan la toma de decisiones.

Este tipo de prejuicios asociados al hecho de cumplir años, suponen una situación de discriminación por razón de edad que incrementa el riesgo de vulneración de los derechos y la dignidad de las personas mayores, y también la probabilidad de experimentar situaciones de maltrato, abuso o abandono. Este tipo de discriminación es lo que se denomina edadismo, que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como 'los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas en función de su edad'.

La OMS distingue tres tipos de edadismo, el institucional, referido a las leyes, normas sociales, políticas y programas institucionales que limitan las oportunidades perjudicando a las personas mayores; el interpersonal, que actúa sobre la base de las relaciones de dos o más personas y el edadismo autoinfligido; es decir, aquel que acontece cuando la discriminación se produce contra uno mismo.

Mas allá de la clasificación teórica, en la práctica, el edadismo se manifiesta de múltiples maneras a través de prejuicios y/o estereotipos que describen a las personas mayores como vulnerables, improductivas o incapaces, lo que provoca que se dé un tratamiento inadecuado o un maltrato hacia este colectivo.

Como señalan los autores del documento, 'el edadismo provoca, además, que se invisibilice la riqueza de vida de las personas mayores y se ignoren las distintas experiencias y necesidades que cada persona tiene individualmente'.

En nuestro día a día, es frecuente encontrar actitudes discriminatorias hacia las personas mayores entre las se encuentran el adoptar actitudes paternalistas o sobreprotectoras, el infantilizar a las personas mayores, el utilizar el término “abuelos” para referirse al conjunto de personas mayores o el representar a este colectivo a partir de elementos de apoyo vinculados a la dependencia (bastones, andadores, sillas de ruedas, etc.).

Asimismo, la discriminación por edad a menudo se interrelaciona con otras formas de discriminación, como puede ser la discriminación por género, origen, religión u orientación sexual, entre otras. La confluencia o intersección de varios tipos de discriminaciones en una única persona se denomina discriminación múltiple y es especialmente notoria, en el caso de la desigualdad de género, es decir, en lo que respecta a la discriminación hacia las mujeres mayores.

Las mujeres mayores se ven afectadas por desigualdades de género que se manifiestan en situaciones de violencia de género, menores ingresos (mayor riesgo de pobreza), peor salud y mayor número de situaciones de soledad. Sin embargo, la violencia no sólo se produce en clave de género, si no en el conjunto de personas de edad avanzada y se configuran como los efectos más graves de la discriminación por edad. Entre sus formas, la violencia hacia las personas mayores se da en el ámbito doméstico, familiar o de cuidados y se puede manifestar a través de violencia física o sexual, maltrato psicológico, abusos de carácter económico (o incluso robo), o privación de la libertad para obrar y tomar decisiones.

Para combatir y prevenir las situaciones de abuso y/o maltrato, el cuaderno ofrece información sobre los recursos disponibles para hacer frente a estas situaciones.

En este sentido, el documento señala como diversas investigaciones han demostrado que, en situaciones de emergencia, las personas mayores se ven afectados por un mayor riesgo de discriminación y maltrato. Y así se manifestó durante la pandemia de COVID-19, donde en palabras de los autores 'el trato que dado a muchas personas mayores fue inadecuado y atenta contra sus derechos'.

Por ello, en el estudio se señalan algunas medidas dirigidas a garantizar la dignidad y los derechos de las personas mayores, entre las que destacan el facilitar información a este colectivo sobre sus derechos, el poner a disposición medidas de protección, así como asistencia legal, la puesta en marcha de campañas de sensibilización o la creación de asociaciones u organismos para la defensa de los derechos de las personas mayores, entre otros.

Por último, promueven otras medidas enfocadas al Buen Trato hacia este colectivo. El Buen Trato es definido como 'el resultado de respetar la dignidad y los derechos de las personas. Consiste en establecer relaciones satisfactorias que estén basadas en la consideración, la empatía, el reconocimiento mutuo y la igualdad'. Entre las medidas para fomentar el Buen Trato destacan el empoderamiento y la disposición de información accesible para facilitar la toma de decisiones de las personas mayores, el respeto de su proyecto vital, la promoción de la autonomía personal, la participación en la comunidad, la protección de su bienestar físico, mental y social, entre otras.

Si desea acceder al documento completo, pulse en el siguiente enlace: 'Violencia en la vejez: edadismo, abuso y maltrato hacia las personas mayores. Serie: Construyendo una Sociedad Inclusiva y Amigable con las Personas Mayores desde los Derechos n. 1 (Fundación HelpAge International España, 2021)' (abre en nueva ventana).