Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Desterrando mitos. El perfil de la pobreza severa en España

Fecha de publicación: 

Equipo de Cordinación Sociosanitaria

Imagen de portada del informe: 'El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono, 2º informe. EAPN España (2021)'

Imagen de portada del informe: 'El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono, 2º informe. EAPN España (2021)'

Bajo el título El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social (en inglés, European AntiPoverty Network), analiza la incidencia de la pobreza severa en el estado español, describe las características de la población que vive en esta situación y contribuye a romper con los estereotipos más extendidos asociados a la pobreza y vulnerabilidad social.

El informe parte de la consideración de las personas pobres como aquellas que “no pueden disponer de los recursos materiales, culturales y sociales necesarios para satisfacer sus necesidades básicas y, por tanto, quedan excluidas de las condiciones de vida mínimamente aceptables para el Estado o territorio en el que habitan”.

Bajo esta definición, la pobreza severa mide el grado más extremo de esa situación y se calcula a partir de las personas que viven en hogares cuyos ingresos por unidad de consumo son menores al 40% de la mediana de la renta de un país. El término de unidades de consumo es el estándar utilizado en Europa para calcular el nivel de pobreza de una nación y considera que “el gasto conjunto de varias personas que residen en un mismo hogar es inferior al que tendría la suma de cada una por separado”. De este modo, se establece una formula para el cálculo del gasto de las personas que residen en un mismo hogar, distinguiendo si se trata de adultos (personas mayores de 14 años) o menores. Así, la primera persona de ese núcleo equivale a una unidad de consumo, los restantes adultos 0,5 unidades de consumo cada uno y los menores, 0,3 unidades de consumo cada uno.

Bajo estos parámetros, para el año 2020 se consideró que un hogar estaba en situación de pobreza severa cuando su renta no superaba los 6.417,3 € por unidad de consumo anual, lo que mensualmente supone un presupuesto menor a los 535€ en el caso de una persona que vive sola o, algo menos de 281€ para aquellas familias formadas por dos adultos y dos menores.

Este presupuesto impide a las personas que se encuentran en esta situación, cubrir sus necesidades básicas (esto es, gastos vinculados a alimentación, vivienda, energía, salud, educación, entre otras); lo que les obliga a priorizar continuamente la elección de qué necesidades pueden satisfacer. Tal y como señala el informe “la principal dificultad de las personas en pobreza severa es resolver la exigencia permanente de escoger, de hacer una gradación entre necesidades indispensables; entre comida y calor, entre cultura y pañales, entre ordenador y zapatos, y así…”

En términos cuantitativos, en el año 2020, el 9,5% de la población española, unos cuatro millones y medio, vivía en pobreza severa. Siguiendo la serie histórica esta cifra se ha visto incrementada respecto a años anteriores y es probable que esta tendencia continue en los próximos años pues los datos de la renta de los hogares se obtienen con un año de retraso por lo que los datos disponibles, son previos a la crisis derivada de la pandemia de COVID-19.

Un análisis comparado por Comunidades Autónomas (CCAA) para el año 2020, señala a las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, Canarias, Valencia y Asturias, entre las CCAA con mayores porcentajes de pobreza severa frente a País Vasco, La Rioja o Navarra entre aquellas con menores tasas de pobreza. En este sentido, el lugar de residencia parece una variable importante en el análisis de la pobreza y la vulnerabilidad social.

Atendiendo a la variable género, los datos no ofrecen diferencias significativas entre la incidencia de la pobreza severa en hombres y en mujeres. Sin embargo, si resulta destacable en función de la variable edad. Tal y como recoge el informe, “la pobreza severa es más elevada entre los niños, niñas y adolescentes y adultos jóvenes”. En cifras, el 11 % de las personas entre 16 y 29 años se encuentran en una situación de pobreza severa mientras que este porcentaje es del 8,6 % para aquellas personas entre 45 y 64 años.

En relación con este dato, la presencia de menores y/o adolescentes en un núcleo familiar determina un mayor riesgo de pobreza. Cuantitativamente, el 12% de los núcleos que tienen menores o adolescentes se encuentran en pobreza severa frente al 7,1% de aquellos que no los tienen. El riesgo es mayor en función del número de menores presentes en la familia, concretamente, las tasas de pobreza extrema se triplican en las familias numerosas frente al resto de familias.

Este riesgo también es mayor en los núcleos monoparentales encabezados en su mayoría por mujeres. Así, la tasa de pobreza severa en familias numerosas es del 27,3% y del casi 19% (18,7%) en el caso de familias monoparentales.

Según nacionalidad, según las cifras analizadas para el año 2020 más del 70% (71,5%) de las personas de 16 años o más que viven en pobreza severa son españolas.

En lo que respecta al nivel de estudios, se observa que a mayor nivel de estudios menor incidencia de pobreza severa. La ocupación también sigue esta pauta, representando un 5% el porcentaje de personas ocupadas que se encuentran en situación de pobreza. No obstante, la protección del empleo frente a la pobreza extrema ha reducido su intensidad y se muestra un porcentaje de población con estudios y trabajo que se ven afectados por situaciones de pobreza. Tal y como señalan los autores: “cuando se trata de luchar contra la pobreza, es cierto que para no ser pobre hay que tener un trabajo, pero la inversa es falsa: como demuestran los datos, se puede conseguir un trabajo y ser pobre e, incluso, trabajar y ser muy pobre”.

Por último, el informe aborda el impacto de la COVID-19 señalando que la pobreza severa se perpetúa durante y después de la pandemia y sostiene que el efecto de la pandemia tendrá repercusiones importantes en la intensidad de la pobreza para el conjunto de la sociedad.

Con todo, el informe proporciona datos estadísticos que contribuyen a desterrar los prejuicios asociados a las personas que viven en una situación de pobreza severa afirmando que: “no se trata de personas negligentes que tratan de aprovecharse del sistema social para conseguir vivir sin trabajar. Muy por el contrario (…), son personas que han realizado todas aquellas acciones que la sociedad exige para tener una vida digna y adecuada a los estándares sociales. Sin embargo, permanecen atrapadas en una estructura que no les permite desarrollarse y que, por el contrario, parece trabajar para que el número de personas en pobreza severa siga creciendo y ofrece algunas claves para hacer frente a la vulnerabilidad social asociada a esta situación”.

La European Anti-Poverty Network (EAPN) es una Plataforma Europea de Entidades Sociales que buscan luchar contra la pobreza y la exclusión social en los países que forman parte de la Unión Europea. En España, la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) está formada por 19 redes autonómicas y 19 entidades del tercer sector unidas por el mismo objetivo.

Si desea acceder al documento completo, pulse en el siguiente enlace: “El mapa de la pobreza severa en España. El paisaje del abandono, 2º informe. EAPN España (2021)”.