Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Economía y empleo informal: desigualdades en salud y COVID-19

Fecha de publicación: 

Portada de la publicación 'Informe sobre el impacto de la COVID-19 en la equidad en salud: trabajadores/as informales' (COVID-19 Health equity impact policy brief: informal workers, OMS:2021)

Portada de la publicación 'Informe sobre el impacto de la COVID-19 en la equidad en salud: trabajadores/as informales' (COVID-19 Health equity impact policy brief: informal workers, OMS:2021)

La Organización Mundial de la Salud publica un informe sobre el impacto que la COVID-19 supone para las desigualdades en salud de las personas que desempeñan puestos de trabajo en la economía informal.

Este informe plantea que las personas que tienen trabajos informales, es decir, quienes realizan actividades laborales por las que perciben ingresos al margen, tanto de las disposiciones legales en materia laboral (protección y derechos laborales, etc.) como del control tributario del Estado, enfrentan una situación de menor protección frente a la COVID-19. Son aquellos empleos que frecuentemente desempeñan repartidores/as; trabajadores/as de almacén; empleados/as domésticos/as; conductores/as; trabajadores/as de centralitas de llamadas (call-centers); trabajadores/as estacionales (temporeros/as) en las industrias del turismo y la agricultura; y trabajadores/as contratados/as y mal remunerados/as en los sectores de la salud y los cuidados -por ejemplo, quiénes asumen cuidados con carácter temporal, fundamentalmente mujeres inmigrantes-.

La OMS informa que la inseguridad laboral, el empleo temporal y las malas condiciones de trabajo se asocian con una mala salud mental, mayores tasas de enfermedad autoinformada, y mayor riesgo de eventos cardiovasculares fatales y no fatales.

La pandemia de COVID-19, expone a las/los trabajadoras/es informales a un mayor riesgo de contagio al continuar proporcionando servicios esenciales que suponen una elevada interacción con otras personas en condiciones en las que, frecuentemente, no se respetan las pautas de prevención (higiene de manos y distancia). A ello se han de sumar las desigualdades socioeconómicas y de salud que afectan a estos/as trabajadores/as informales y que resultan en una mayor probabilidad de padecer una enfermedad grave y/o muerte por condiciones de salud preexistentes.

La crisis económica generada por la COVID-19 comienza a provocar nuevas situaciones de desempleo, al tiempo que se exacerban la precariedad laboral y la inseguridad financiera, y aumenta el riesgo de pobreza que afecta a personas y núcleos familiares dado que cuando una/a trabajador/a informal enferma como principal sostén familiar, toda la familia enferma y enfrenta un mayor riesgo de pobreza, con probabilidades de padecer fenómenos de ansiedad, depresión, consumo de sustancias, enfermedades no transmisibles, casos de violencia doméstica y riesgos de muerte prematura.

De hecho, la OMS constata que los riesgos para la salud relacionados con el cese de actividades generadoras de ingresos son especialmente graves para quienes se encuentran ocupados/as en la economía informal, afectados/as seriamente por las medidas de contención frente a la expansión de la COVID-19. La exposición a la COVID-19 y las dificultades de acceso, en general, a medios de prevención y tratamiento puede provocar una mayor prevalencia de mala salud física y mental entre los/las trabajadores/as con empleos informales y temporales en comparación con los/las trabajadores/as con empleos estables.

Por ello, las desigualdades que afectan a las situaciones laborales de las personas empleadas en la economía informal (generalmente caracterizadas por su precariedad, temporalidad, etc.), exacerbadas por efecto de la COVID-19, son consideradas por la OMS como un factor con impacto negativo en la salud a largo plazo.

La OMS entiende fundamental plantear medidas de cohesión social mediante políticas de carácter específico a fin de reducir el riesgo que la COVID-19 comporta para las desigualdades en salud que afectan y/o pueden afectar a las personas empleadas en la economía informal.

En la actualidad muchos/as de los/las trabajadores/as informales se encuentran excluidos/as de las políticas de apoyo al desempleo que se están implementando en Europa debido a que se encuentran al margen del marco de las prestaciones públicas asistenciales -y las empresas empleadoras no pueden reclamar parte de sus costes salariales a los gobiernos- o bien las características de su contrato (temporalidad, parcialidad, etc.) los/las excluye como candidatos/as a prestaciones por desempleo.

Entre las medidas defendidas por la OMS para paliar las desigualdades socioeconómicas con efectos para la salud de las personas con empleos informales destaca la necesidad de: ampliar la cobertura y calidad de la salud universal; aumentar la adecuación y cobertura de la protección social, incluidas las prestaciones por enfermedad y desempleo; y reducir los niveles de empleo informal. Las lecciones aprendidas tras la última crisis económica (2008), constataron que el empeoramiento de algunos resultados de salud se debió a las reducciones en la prestación de servicios de salud, resultado de la implementación de medidas de austeridad. Por lo tanto, mantener y fortalecer la protección social, la cobertura universal de salud y la calidad de los servicios de salud son fundamentales para una recuperación que no ahonde en las inequidades en salud.

En consecuencia, la OMS defiende la importancia de garantizar el acceso universal y gratuito a los servicios de salud y atención de modo que no se profundicen las desigualdades socioeconómicas y de salud o empeoren las desigualdades en salud que afectan a las personas empleadas en la economía informal.

Por último, este informe subraya que la implementación de las políticas de cohesión social debe atender a la diversidad de situaciones de trabajo en la economía informal, priorizándose el abordaje de grupos particularmente vulnerables y de difícil acceso. En la economía informal destacan como grupos más vulnerables las personas con menores niveles educativos; los/las migrantes, en particular aquellos/as en situación irregular, que se enfrentan no solo a la falta de protección legal y social sino también a riesgos económicos y de salud adicionales, estrechamente relacionados con la COVID-10;  y las mujeres, que se encuentran sobrerrepresentadas en el sector de la salud y los cuidados de la economía informal.

Si desea ampliar esta información puede acceder a la publicación de 'Informe sobre el impacto de la COVID-19 en la equidad en salud: trabajadores/as informales' (COVID-19 Health equity impact policy brief: informal workers (abre en nueva ventana)), editada por la Organización Mundial de la Salud (abre en nueva ventana) (2021).