Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Reflexiones para la transformación de la atención de la Salud Mental

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Salud Mental y Redes de Atención Primaria en Inglaterra: desafíos y oportunidades (The King?s Fund, 2020)

Salud Mental y Redes de Atención Primaria en Inglaterra: desafíos y oportunidades (The King?s Fund, 2020)

Los sistemas de Salud Mental se enfrentan a una creciente presión asistencial, también por efecto de la COVID-19. A continuación proponemos un recorrido por dos documentos recientemente publicados y en los que se plantean reflexiones y reformulaciones de los modelos de atención a la Salud Mental.

Salud Mental y Redes de Atención Primaria en Inglaterra: desafíos y oportunidades

The King’s Fund y el Center for Mental Health han publicado recientemente un informe sobre el funcionamiento de la Atención Primaria en el abordaje de diversas afecciones de Salud Mental en Inglaterra (Reino Unido).

En opinión de sus autores, Chris Naylor, Andy Bell, Beccy Baird, Abigail Heller y Helen Gilburt, la Atención Primaria no da respuesta a las necesidades de atención en Salud Mental, especialmente en el caso de menores de edad (niños/as y adolescentes) y personas mayores, y pone en evidencia la falta de un plan nacional para la mejora de la atención en salud mental a nivel nacional. La existencia de una Atención Primaria que aborda de modo fragmentario los problemas de Salud Mental se constata en la desatención a quiénes se ven desprovistos de ella o por la identificación de vacíos en el continuum de atención que afecta a quienes por la complejidad del caso (motivada por las condiciones de salud mental, cuando estas son un elemento clave en la multimorbilidad de un paciente; por condiciones sociales -soledad, pobreza, etc.-.) son privadas del apoyo de facultativos especialistas por criterios de derivación poco flexibles, por mencionar algunos ejemplos.

La puesta en marcha de un Programa de mejora del acceso a terapias psicológicas (Improving access to Psychological Therapies, IAPT) ha supuesto un valioso apoyo y tratamiento para algunas personas, pero en ningún caso ha planteado una solución completa a las problemáticas diversas y complejas de Salud Mental. Son estos casos de cierta complejidad (trastornos de personalidad, psicosis, trastorno bipolar, que a veces se combinan además con necesidades sociales complejas etc.) los que plantean un desafío a los vacíos de atención, y que actualmente han de ser objeto de abordaje por parte de facultativos de Atención Primaria sin formación alguna al respecto (experiencia en el seguimiento de la pauta medicamentosa de tratamientos psiquiátricos, etc.).

En este contexto, el informe destaca el valor de las Redes de Atención Primaria (Primary Care Networks), como una de las más importantes reformas acometidas en el sistema británico de salud en los últimos tiempos y cuya implementación se ha generalizado en Inglaterra durante el 2019. En opinión de sus autores, estas redes constituyen una oportunidad para desarrollar un adecuado marco de Atención Primaria para los problemas de Salud Mental. En esta línea, de acuerdo a la formulación contenida en el NHS Long Term Plan (2019), se ha previsto que en las áreas locales de salud se proceda a la alineación de servicios comunitarios de atención a la Salud Mental con las Redes de Atención Primaria. ¿El objetivo? Mejorar el apoyo y el tratamiento de las patologías mentales de la población en el nivel de atención más próxima a las personas: la Atención Primaria; y lograr reducir los vacíos en la atención a casos demasiado complejos para su atención en el marco de las terapias psicológicas accesibles desde Atención Primaria pero no suficientemente graves para su abordaje en un nivel secundario por parte de la Atención Especializada.

Con esta orientación, se ha previsto que para abril de 2021 se haya logrado reforzar la capacidad de atención con la incorporación de psiquiatras y psicólogos/as clínicos/as en la Atención Primaria, previa puesta en marcha de mecanismos de financiación incentivadores en este sentido. Asimismo, de cara a dar respuesta a las necesidades de Salud Mental de la población más joven (niños/as y adolescentes), se prevé la expansión de los servicios de atención a este sector de la población, en particular con equipos de apoyo a la Salud Mental en el medio educativo.

La incorporación de profesionales de la Salud Mental en el nivel de Atención Primaria se contempla, en cualquier caso, como parte de una estrategia más amplia con la que rediseñar y dar respuesta a las necesidades de la población previa definición de los roles de los y las nuevos/as profesionales para el adecuado desempeño y coordinación de estos/as profesionales en Atención Primaria. Para ello, el informe plantea una apuesta por el trabajo colaborativo entre las Redes de Atención Primaria y las diferentes organizaciones locales a fin de alinear objetivos y actuaciones con las que abordar los desafíos en relación a la atención a las necesidades de Salud Mental de la población, así como definir rutas de acceso rápido a la Atención Especializada en caso de descompensación, recaída o agravamiento del cuadro clínico en el caso de pacientes con patología mental crónica.

En definitiva, se trata de lograr una formulación conjunta que alinee la política de Atención Primaria y la política de Salud Mental, evite los vacíos en la atención y dé una respuesta satisfactoria a las necesidades complejas que en materia de Salud Mental plantea la población.

Para ello, el modelo de Atención Primaria de Salud Mental en implementación se fundamenta en 9 principios:

  • Satisfacer las necesidades de las personas en el entorno más adecuado para ellas. La proximidad de las consultas de Atención Primaria ofrece, además, un espacio de apoyo emocional y psicológico no estigmatizado.
  • Eliminar la brecha existente entre la Atención Primaria y la Atención Especializada.
  • Comunicación bidireccional en lugar de procesos de derivación rígidos.
  • Asumir la responsabilidad en la atención a toda la población. Los/las facultativos/as de Atención Primaria son los únicos que orientan su atención a todo el conjunto de la población y no a personas con determinados cuadros clínicos. Se necesita que profesionales de profesionales de la Salud Mental que participen de la gestión de las necesidades de Salud Mental de la población general. Asimismo, la priorización compartida de recursos es una característica importante de este enfoque y se basa en la identificación de necesidades individuales más que en un diagnóstico.
  • Apoyar el aprendizaje compartido entre profesionales. Un gran beneficio de tener profesionales de la salud mental que trabajan en estrecha colaboración con los médicos de cabecera y otros servicios de atención primaria es que permite que ambos grupos aprendan unos de otros. Consultas conjuntas, las discusiones de casos, la capacitación formal y el asesoramiento informal brindan oportunidades para el aprendizaje mutuo, ayudando a los profesionales a mejorar el apoyo que ofrecen.
  • Mantener las habilidades de los/las expertos/as en Salud Mental que participan de las Redes de Atención Primaria preservando su conexión con su ámbito especializado de conocimiento y sus pares, y evitando su aislamiento en el nivel de Atención Primaria.
  • Adecuada coordinación de la Atención Primaria en Salud Mental con otros recursos existentes en el ámbito local, así como con activos comunitarios. La mala salud se relaciona en ocasiones con factores de desigualdad social y/o exclusión. La prescripción social puede desempeñar un importante papel en el apoyo a necesidades socioeconómicas que afectan a la salud de las personas de manera que estas reciban en su entorno un apoyo que trasciende el ámbito de la salud pero que beneficia a esta.
  • Incorporar enfoques preventivos y de intervención temprana en la atención a la Salud Mental de las personas en el ámbito de Primaria.
  • Vías de acceso rápido a la Atención Especializada en caso necesario.

Estos nueve principios son el resultado de buenas prácticas y experiencias innovadoras sobre enfoques de la salud mental en la Atención Primaria desarrolladas en diferentes áreas de Inglaterra. Si desea ampliar la información al respecto, consulte la publicación "Salud Mental y Redes de Atención Primaria. Comprendiendo las oportunidades" (Mental health and primary care networks. Understanding the opportunities, The King’s Fund y el Center for Mental Health, 2020)

Cambios en el modelo de atención a la Salud Mental a consecuencia de la COVID-19

Un estudio liderado por Carmen Moreno y Celso Arango, investigadores del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón y del CIBERSAM, y del que han tomado parte 24 personas expertas y usuarias de 14 países, alerta sobre los retos que a nivel internacional plantea la pandemia COVID-19 en materia de Salud Mental.

Sus autores/as señalan a las estrategias de contención frente a la expansión de la pandemia (confinamiento, distanciamiento físico, etc.) y al colapso económico asociado como factores que pueden aumentar los problemas de Salud Mental, así como agravar las desigualdades en el acceso a los servicios de Salud Mental.

Los resultados publicados presentan ejemplos de la adaptación que se ha hecho a nivel internacional para ajustar la prestación de atención de Salud Mental a las demandas de la COVID-19, además de crear nuevos dispositivos para garantizar la atención a personas usuarias de sus servicios y prestar atención a casos nuevos y poblaciones de riesgo.

El nuevo escenario que plantea la COVID-19 lleva a las/los autoras/es a la formulación de estrategias y recursos para el abordaje de casos y problemáticas novedosas. En este sentido, destacan su apuesta por la telepsiquiatría; la hospitalización domiciliaria; la co-producción de las personas usuarias juntos con expertos/as de Salud Mental en la adecuación de los servicios a las nuevas necesidades; y la atención a colectivos de población vulnerables, en particular en referencia a personas sin hogar y menores con trastornos del neurodesarrollo.

El tratamiento y apoyo comunitario en remoto (telepsiquiatría) se presenta como una oportunidad para la gestión de casos tras la experiencia desarrollada en aquellos momentos en los que la evolución de la pandemia del COVID-19 ha suspendido las consultas presenciales. A pesar de la escasa evidencia existente sobre el grado de éxito de la iniciativa, el estudio destaca la telepsiquiatría como una oportunidad para aquellos sistemas de salud que cuentan con una escasa inversión en Salud Mental o una capacidad reducida para la atención (por ejemplo, debido a la dispersión geográfica, como en el caso de Canadá o Australia).

No obstante, en el propio artículo se subrayan también los desafíos que presenta la atención remota a los problemas de Salud Mental, tanto en la capacitación de los/las profesionales de la Salud Mental, en la financiación de los nuevos servicios como en el acceso a esta por parte de colectivos no alfabetizados tecnológicamente o en situación de vulnerabilidad por motivos socioeconómicos y con dificultades para el acceso a nuevas tecnologías en mínimas condiciones de privacidad (personas sin hogar, personas refugiadas o inmigrantes, por ejemplo).

Asimismo, sus autores/as evidencian la necesidad de realizar un seguimiento de las respuestas que los sistemas de salud han adoptado para enfrentar las necesidades de atención en materia de Salud Mental derivadas de la pandemia del COVID-19 mediante el seguimiento de indicadores de actividad pre y COVID-19 e indicadores de resultados en salud. Entre estos indicadores destacan los que han de medir la coordinación o integración con otros servicios de salud, servicios sociales, servicios educativos y entidades del Tercer Sector (ámbito comunitario).

En su apartado de conclusiones, el artículo incide en trabajar en aspectos diversos de cara a mejorar la atención y cuidados de la Salud Mental durante la situación de pandemia por COVID-19:

  • La necesidad de coordinación para hacer sostenible el esfuerzo asistencial y de transformación de la atención a pacientes de alto riesgo, aquellos/as con trastornos mentales pre-existentes al COVID-19 y de los que se enfrentan a trastornos mentales derivados de esta pandemia
  • El mantenimiento o ampliación del acceso a servicios de Salud Mental sin abaratar los servicios de Salud Mental o fomentar una reducción de la calidad asistencial.
  • La provisión de servicios costo-eficaces.
  • La atención personalizada a los problemas de Salud Mental
  • La conveniencia de reconocer la utilidad de las prácticas de asistencia remota psiquiátrica y del peer-support (prácticas de apoyo proporcionado por pares).
  • La coproducción de servicios por parte de personas usuarias y expertas en Salud Mental.
  • La apuesta por una mayor integración entre la Atención Primaria de Salud Mental y la Atención Especializada (Secundaria).
  • La rendición de cuentas en base a un seguimiento y evaluación rutinaria del funcionamiento de la atención de la Salud Mental.

Si desea ampliar esta información, consulte el artículo publicado en The Lancet y elaborado por Carmen Moreno et. al. "Cómo debería cambiar la Salud Mental como consecuencia de la pandemia de COVID-19" (How mental health care should change as a consequence of the COVID-19 pandemic, 2020).