Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Desigualdades en Salud. Un reto de Salud Pública para las/los gestores en Europa (2019)

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Desigualdades en Salud. Un reto de Salud Pública para las/los gestores en Europa (2019)

Desigualdades en Salud. Un reto de Salud Pública para las/los gestores en Europa (2019)

La Alianza Europea por la Salud (European Health Alliance, EPHA) publica este informe en el que se analizan los determinantes sociales y ambientales que causan desigualdades sociales y de salud en el seno de los estados miembros de la Unión Europea.

Este informe parte de la consideración de que 'una persona con salud debilitada será menos productiva y más vulnerable al desempleo a largo plazo, a la pobreza y a la exclusión social y tendrá una menor capacidad para comprometerse con el cambio social y económico positivo de la Unión Europea.'

Por ello, se apuesta por la promoción de la equidad en salud y la justicia social para combatir las desigualdades en salud mediante la inclusión de las perspectivas de salud en todas las políticas que se desarrollen en el seno de la Unión Europea, a fin de reducir las desigualdades en salud y prevenir tales disparidades a futuro.

Las desigualdades en salud se encuentran estrechamente relacionadas con aspectos como la pobreza, la exclusión social y otras factores que constituyen determinantes sociales y ambientales generadores de diferencias significativas en la salud de diferentes grupos de población.

Por lo tanto, el acceso a recursos educativos, de empleo, vivienda, cuidados de salud, servicios preventivos o bienestar, condiciones ambientales, por citar algunos de ellos, suponen obstáculos clave para alcanzar la equidad en salud y determinan, también, la salud de las personas: su morbilidad, su calidad de vida y su esperanza de vida saludable.

El análisis de los estados de salud y su relación con las categorías socioeconómicas en los diferentes países arroja grandes diferencias que demuestran la relación entre situación socioeconómica y estado de salud: Las personas con bajos niveles educativos que enfrentan una mayor exposición a la pobreza y la exclusión social tienen mayores probabilidades de afrontar dificultades para acceder a la atención médica y mantener una buena salud. Como consecuencia, enfrentan un mayores riesgos para la salud, lo que disminuye su esperanza de vida -en comparación con aquellos que viven en mejores condiciones-.

Entre las categorías de análisis, el informe destaca el género, dadas las evidencias de que las diferencias biológicas (sexo) y socioculturales (género) afectan a mujeres y hombres de forma diferente: No resulta infrecuente que, las mujeres accedan al mercado de trabajo en peores condiciones, también laborales, obteniendo remuneraciones más bajas, lo que se traduce en pensiones más reducidas y en dificultades para asumir el coste de cuidados, medicinas y atención médica. Entre los factores de género a considerar en la promoción de políticas de equidad en salud, se ha de incluir a la violencia de género, como un importante factor de riesgo para la salud (física y mental) de las mujeres.

En el documento, desde la Alianza Europea por la Salud (EPHA) (abre en nueva ventana) se subraya la importancia de abordar no solo determinantes sociales de la salud sino también aspectos que suponen factores de discriminación y vulneración de los derechos humanos. Es el caso de las personas sin hogar, las/los refugiados/as, las personas mayores, las personas con discapacidad, las personas privadas de libertad (en establecimientos penitenciarios), las personas discriminadas por su orientación sexual (LGTBI), las minorías étnicas, etc., que se ven atrapadas en un círculo vicioso: se ven afectados/as por las desigualdades en salud y es su mala salud la que condiciona sus posibilidades de trabajo, vivienda u oportunidades de educación y capacitación.

Las desigualdades sociales y ambientales que afectan a las desigualdades en salud suponen que estar sano/a (o no) no se trata de una elección individual, sino que es el resultado del entorno social, de vida y laboral en el que las personas nacen, crecen y viven. Entre los factores ambientales (polución, radiación y contaminación) se identifican aquellos derivados del cambio climático, como factores que perjudican y empeoran el estado de salud de las personas y de determinados grupos sociales, además de otros factores como el consumo de tabaco, alcohol y sustancias estupefacientes o la inseguridad alimentaria y los problemas de nutrición, entre otros.

Uno de los colectivos más expuestos a las desigualdades en salud es el de personas que padecen problemas de salud mental, puesto que determinados factores sociales y económicos pueden exacerbar su estado de salud y provocar, también, fallecimientos prematuros.

El informe finaliza con una serie de consideraciones y recomendaciones dirigidas a los/las responsables políticos/as para la creación de un marco multisectorial que aborde las desigualdades de salud con un enfoque amplio e inclusivo de modo que se examinen los determinantes de salud, con énfasis particular en aquellos relacionados con la pobreza.

Si desea ampliar esta información consulte el informe elaborado por la Alianza Europea por la Salud: Desigualdades en Salud. Un reto de Salud Pública para las/los gestores en Europa (EPHA, 2019) (abre en nueva ventana)