Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Experiencias, barreras y motivaciones para la actividad física de la población entre los 50 y los 70 años

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria.

Mujeres mayores practicando actividad física

Mujeres mayores practicando actividad física

La entidad británica sin ánimo de lucro Centre for Ageing Better (abre en nueva ventana) (Reino Unido) publica un estudio que explora las experiencias, barreras y motivaciones para la actividad física en personas de entre 50 y 70 años. La investigación parte de la consideración fundamental de la inactividad física como uno de los principales factores de riesgo de mala salud y discapacidad en la vejez.

Según el análisis de los datos de la Encuesta de Vidas Activas 2018/2019 (NatCen Analysis de Active Lives Survey 2018/19), la proporción de personas inactivas aumenta con la edad: casi una cuarta parte de las personas de entre 50 y 70 años en Reino Unido realizan menos de treinta minutos de actividad física a la semana y, por tanto, son clasificadas como inactivas. Estos datos revelan el grado de conocimiento existente sobre el nivel de actividad física de la población en base a las diferentes encuestas y las probabilidades de estar o permanecer inactivo en función de la pertenencia a un determinado grupo de edad o segmento de población. Sin embargo, se tiene escaso conocimiento de las barreras -psicológicas, emocionales, prácticas, etc., que condicionan que muchas personas mayores entre los 50 y los 70 años, aún conociendo los beneficios que la actividad física comporta para una buena calidad de vida, no incorporan este hábito a sus rutinas semanales.

En el actual contexto pandémico, toda consideración sobre la actividad física entre la población mayor de 50 años no puede obviar los aspectos referidos a los bloqueos y restricciones de la actividad social que en los últimos tiempos y por causa del COVID-19 han condicionado y condicionan considerablemente el grado de actividad física y social de muchas de ellas al tiempo que otras mantienen su inactividad en idénticos niveles previos a la declaración de la pandemia de COVID-19.

En consecuencia, esta investigación se propone identificar las barreras -psicológicas, emocionales, prácticas, etc., que afectan a muchas personas en la mediana edad (de 50 a 70 años) para la actividad física.

Con este objetivo, la investigación se ha basado en dos líneas de trabajo complementarias: por una parte, se ha impulsado una revisión de la literatura publicada sobre las actitudes hacia la actividad física de personas entre 50 y 70 años; por otra, se ha desarrollado una investigación cualitativa para explorar estos aspectos con mayor profundidad con entrevistas a 54 personas pertenecientes a este grupo de edad en Inglaterra.

 

Revisión de literatura sobre las actitudes hacia la actividad física de las personas entre 50 y 70 años

Se trata de primera revisión de la literatura, de la que se tiene constancia en Reino Unido, sobre las experiencias de las personas físicamente inactivas en la mediana edad. The Underpin Study. UNDERstanding the experiences of Physically INactive people in mid-life: a review of qualitative literature (abre en nueva ventana) (Center for Better Ageing, 2021) se centra en explorar los estudios realizados desde 1990 que han utilizado métodos cualitativos para identificar o describir los pensamientos, sentimientos y experiencias de la población adulta en Reino Unido (de entre 50 y 70 años) respecto a su no participación en actividades físicas. Tras el proceso de búsqueda y selección, se incluyeron 16 trabajos de investigación, entre los que se encontraban también publicaciones revisadas por pares y literatura gris.

Sus hallazgos más significativos se agrupan, fundamentalmente, en tres dimensiones:

- En lo que respecta a la salud:

  • Sensación relatada de ser 'joven de corazón, pero viejo/a de cuerpo', relatando problemas de salud preexistentes a modo de justificación para la no participación en actividades físicas.
  • Vivencia de las caídas como una consecuencia negativa de la vejez y de la mala salud, a pesar de ser consideradas de bajo riesgo.
  • Consideración de que la actividad física es una ayuda para mantener una buena salud física y mental, así como la autonomía.
  • Reconocimiento de que la actividad física podría ser un factor útil para mejorar la salud y controlar los efectos de las condiciones existentes.

- En lo que tiene que ver con los apoyos:

  • Consideración de las redes sociales como factor particularmente importante para influir en la actividad física.
  • Información de la importancia del apoyo de los cónyuges de cara a fomentar la actividad física regular (aunque sin necesariamente estar activos/as juntos/as).

- Y sobre la jubilación:

  • Anticipación (o experimentación) de un aumento en los niveles de actividad física después de la jubilación.
  • Consideración de la jubilación como una etapa clave de la vida que no supondrá una gran diferencia en los niveles de actividad física.
  • Reconocimiento de la influencia de los hábitos de actividad física a lo largo de la vida.
  • Vivencia de la jubilación como una falta de estructura para el día que posibilita libertad en las rutinas y una oportunidad de hacer lo que se desee, cuando se desee versus la vivencia de la falta de estructura como factor motivador de la procrastinación y la necesidad de precisar mayor motivación y auto-disciplina para estar activo/a.
  • Adaptación para aprender a pasar más tiempo con la pareja y/o construir un espacio de tiempo conjunto como jubilados/os.
  • Descubrimiento de que una rutina físicamente activa puede generar un sentido de propósito diario. No obstante, la literatura recoge que este sentido de propósito también podría lograrse a través del trabajo voluntario.

 

Investigación cualitativa sobre actitudes hacia la actividad física de personas de entre 50 y 70 años de edad en Inglaterra.

El informe The Underpin Study. UNDERstanding the experiences of Physically INactive people in mid-life: qualitative research (abre en nueva ventana) (Center for Better Ageing, 2021) presenta los resultados de la investigación cualitativa. Completada con 54 personas de entre 50 y 70 años de edad en Inglaterra, la investigación se ha realizado empleando una metodología de estudio de caso que se construye mediante el recurso de la entrevista estructurada que formula tres grupos de preguntas a todas las personas participantes:

  1. Teniendo en cuenta a los/las adultos/as que se mantienen inactivos/as en la mediana edad, ¿cuáles son sus actitudes hacia; preferencias por; conocimientos y experiencias pasadas de actividad física?
  • ¿Qué perciben las personas de este grupo como actividad física? ¿Ven la actividad física como un evento específico y planificado o como una acumulación de movimiento a lo largo del día?
  • ¿Cómo perciben sus experiencias pasadas con la actividad física y cómo creen que ha influido en su participación actual y actitud hacia la actividad física?
  1. ¿Qué desafíos enfrentan las/los adultas/os inactivas/os para volverse físicamente activas/os?
  • ¿Qué elementos motivadores existen para permitirles volverse activas/os? ¿Son estos motivadores internos o externos? ¿Qué elementos motivadores identifican al margen de la salud y el fitness? P.ej. competición, disfrute del deporte
  • ¿Qué barreras y barreras percibidas existen que les impiden activarse? ¿Son estas barreras a nivel individual o del sistema?
  1. ¿Qué sabemos acerca de las/los adultas/os que eran activas/os o bastante activas/os y luego se volvieron inactivas/os? ¿Qué, en todo caso, podría permitirles volver a ser más activas/os o evitar que se vuelvan inactivas/os?
  • ¿Qué impacto, si hubo alguno, tuvo para ellos pasar de activas/os a inactivas/os?
  • ¿El cambio fue paulatino o repentino?
  • ¿Hay factores desencadenantes que precipitan el paso de activa/o a inactiva/o? ¿En qué se diferencian estos factores que actúan de gatillo para diferentes personas?

Los resultados de esta investigación que plantean relevancia para los factores motivadores y barreras para la actividad física en el grupo de edad en estudio apuntan a:

  • La apuesta por la salud (y la actividad física) se identifica como un argumento motivador de cara a evitar la enfermedad.
  • La importancia de los modelos de salud negativos.
  • El tiempo necesario para el cuidado es percibido como una barrera.
  • Se subestima la importancia del entrenamiento en aspectos de fuerza y ??equilibrio.
  • Se detecta la importancia de la influencia de familiares y amigas/os que juegan para la motivar la práctica de actividad física y la menor influencia para estas cuestiones de los círculos sociales más amplios.
  • La dificultad para romper con los hábitos adquiridos a lo largo de la vida.
  • La jubilación emerge como una oportunidad para el comienzo de la práctica de actividad, pero solo entre aquellos/as que planifican.

Los resultados obtenidos por ambas líneas de trabajo forman parte del informe 'Sigue moviéndote. Comprender la inactividad física entre las personas de 50 a 70 años' (Keep on moving.Understanding physical inactivity among 50-70 year olds, Center for Better Ageing, 2021) y plantean las siguientes conclusiones generales: 

  1. Todo el mundo sabe que debe realizar la actividad física, pero el hecho de que se sientan capaces de hacerlo se vincula con la complejidad de sus vidas.
  2. Mantener la autonomía -en lugar de vivir más tiempo- es un factor motivador clave para volverse físicamente más activo/a: la mayoría de las/los participantes enfatizaron el potencial de la actividad para contribuir a mejorar su calidad de vida a medida que envejecen.
  3. Prevenir la mala salud en el futuro es un motivador clave para muchas/os participantes. La influencia de los modelos de conducta negativos se menciona a menudo en relación con esto; por ejemplo, 'hago yoga para no terminar como X'.
  4. Muchas/os participantes tienen una visión limitada de lo que constituye la actividad física y no saben que las actividades cotidianas, como ir de compras o la jardinería, son una parte importante de la actividad física. Pocas/os participantes consideraron la importancia del entrenamiento de fuerza y ??equilibrio o de actividades de intensidad mixta.
  5. Los eventos comunes de la vida, como convertirse en persona cuidadora, ser diagnosticado con una condición de salud a largo plazo y la jubilación, son factores desencadenantes que impidieron que los/las participantes hayan estado físicamente activas/os. Por lo tanto, también podrían ser desencadenantes de intervenciones.
  6. Si las personas participantes se identificaron como 'deportivas', 'inactivas' o incluso 'perezosas', ha sido por influencia de cómo percibieron los elementos motivadores y las barreras potenciales. Tener en cuenta estos aspectos puede resultar fructífero para identificar estrategias que contribuyan a que las personas superen estas barreras.
  7. El apoyo de la familia y las parejas son elementos motivadores muy importantes para mantener la actividad física. La dimensión social del ejercicio también es un factor clave para muchas personas, ya que proporciona una sensación de responsabilidad y disfrute.
  8. La jubilación no afecta de la misma manera a la actividad física de las diferentes personas participantes. Solo para algunas personas disponer de más tiempo tras la jubilación conlleva mayores niveles de actividad física.

Pese a la identificación de una gran variedad de barreras y motivaciones entre las personas de este grupo de edad, en términos generales, se distinguen dos grandes categorías al respecto: barreras psicológicas y emocionales, y barreras prácticas.

Entre las barreras psicológicas y emocionales identificadas el informe aborda la importancia de la actividad física en la juventud para la definición de la identidad activa/no activa de una persona; el peso de los modelos y roles negativos que representan las personas conocidas; la conservación de la autonomía presente y futura; el control del peso; cuestiones de autoestima, o el otorgamiento de prioridad a la actividad física.

A pesar de que muchas de las barreras psicológicas y prácticas afectan a todas las personas a lo largo de su vida (falta de tiempo, falta de apoyo de familiares, etc.), algunas se manifiestan de forma específica en este grupo de edad (50-70 años) pudiendo constituir barreras prácticas pero también factores motivadores y oportunidades asociadas a la jubilación; al diagnóstico de una patología crónica; la provisión de cuidados; el respaldo de familiares y pares para la práctica de actividad física o  el coste y acceso a equipamientos, etc.

Las conclusiones del informe subrayan la existencia de pocos servicios o recursos destinados explícitamente a reducir la inactividad física en personas en la edad adulta en Inglaterra. En el documento se alerta de que concentrarse solo en niños y personas mayores corre el riesgo de pasar por alto las barreras más prevalentes para la práctica de actividad física en la edad adulta y los posibles puntos de intervención. Asimismo, garantizar que las intervenciones y los servicios relacionados con la inactividad física tengan en cuenta las necesidades de todos los grupos de edad y sean accesibles e inclusivos es el primer paso para garantizar que toda la población pueda estar activa.

Sin embargo, se precisan intervenciones específicas y dirigidas a las personas de entre 50 y 70 años para promover su actividad física. Y las barreras que manifiestan deben abordarse en áreas locales, utilizando un enfoque de sistemas completos para apoyar la actividad física en la comunidad.

El Centre for Ageing Better (Reino Unido) es una entidad sin ánimo de lucro que promueve el cambio en la política y en las prácticas en materia de envejecimiento en base a la evidencia, con el objetivo de impulsar las oportunidades que supone el aumento de la esperanza de vida en Reino Unido.

Si desea ampliar esta información, puede consultar el informe general 'Sigue moviéndote. Comprender la inactividad física entre las personas de 50 a 70 años' (Keep on moving.Understanding physical inactivity among 50-70 year olds, Center for Better Ageing, 2021).