Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

Informe sobre envejecimiento en el contexto de la COVID-19 en Reino Unido

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria.

Informe sobre envejecimiento en el contexto de la COVID-19 en Reino Unido

Informe sobre envejecimiento en el contexto de la COVID-19 en Reino Unido

La entidad británica sin ánimo de lucro Centre for Ageing Better (Reino Unido) publica un informe que alerta sobre la importancia de mejorar las condiciones en las que se produce el envejecimiento en Reino Unido en relación con factores como el estado de salud, las condiciones económico-financieras y de las comunidades antes del impacto de la epidemia por COVID-19 y sus consecuencias posteriores.

La irrupción de la COVID-19 ha supuesto un empeoramiento de las condiciones de vida de las personas con un mal estado de salud, que habitan viviendas inseguras y de baja calidad o que padecen la fragilidad o falta de relaciones sociales, entre otras cuestiones.

La epidemia por COVID-19 ha evidenciado no solo el crecimiento de las desigualdades socioeconómicas y de salud y la importancia de introducir cambios y mejoras en las condiciones de vida de las personas que envejecen a fin de que los efectos de estas políticas beneficien, en un par de décadas, a una parte de la sociedad cuando una buena parte de sus efectivos alcancen los 60, 70 y 80 años.

Este informe defiende la importancia del diseño y despliegue de políticas que contribuyan a reducir las desigualdades que amenazan con afectar a una buena parte de la sociedad inglesa, incorporando iniciativas que permitan mejorar las condiciones y posibilidades de envejecimiento. Asimismo, plantea una puesta por el compromiso gubernamental de lograr aumentar para 2035 la esperanza de vida libre de discapacidad en 5 años más en un contexto en el que, incluso antes de la irrupción de la COVID-19, esta había retrocedido, especialmente en el caso de las mujeres, y el aumento de la esperanza de vida se había estancado: un varón con 65 años en 2010 podría esperar vivir dos años más que alguien que alcanzó la misma edad en 2001. Durante el mismo período, las mujeres de 65 años aumentaron su esperanza de vida en 1,6 años. Los datos actuales sobre esperanza de vida indican que una niña nacida en 2018 podría esperar vivir 62 años con buena salud y sin discapacidad, una esperanza que en 2010 se situaba en los 65 años. Estas cifras de esperanza de vida y esperanza libre de discapacidad son menores en aquellas áreas geográficas de Inglaterra, en las que el estado de salud o las condiciones socioeconómicas de la población en general es peor: una niña en estas áreas tiene una esperanza de vida libre de discapacidad de 51 años. Y, si no se toman medidas al respecto, estas notables diferencias en materia de salud y condiciones socioeconómicas corren el riesgo de acrecentarse por causa de la COVID-19.

 

Salud

En materia de condiciones de salud, el informe destaca que más de dos millones de personas de 55 años o más viven en un hogar que pone en peligro su salud y bienestar general. Hay 4,3 millones de hogares que no cumplen con los estándares básicos establecidos por el gobierno por ser excesivamente fríos o húmedos, o contener peligros que suponen riesgos de tropiezos y caídas. De hecho, uno de cada cinco fallecimientos que se producen en exceso en invierno se atribuyen a situaciones de pobreza energética. Además, al menos la mitad de estos hogares se encuentran encabezados por una persona de 55 años o más (en los que en al menos un millón de casos vive un hijo).

En cuestión de accesibilidad, solo el 9% de los hogares cumplen con los estándares más básicos al respecto. Es decir: que disponen de un acceso nivelado a la entrada, un umbral al ras, marcos de puertas y espacio de circulación suficientemente anchos, y un baño a nivel de entrada. La actual situación no es suficiente para dar respuesta a las necesidades de la población actual y mucho menos las de la población británica en 2040, cuando se estima que el 25% tendrá 65 años o más. Esta situación plantea un desafío al gobierno a la hora de plantear unos estándares básicos de accesibilidad y adaptabilidad exigibles a las viviendas de nueva construcción.

La actual situación no proporciona una respuesta que satisfaga las necesidades de la población en la actualidad, sin mencionar las necesidades de dicha población a fecha de 2040, cuando uno de cada cuatro personas habrá alcanzado la edad de 65 años o más.

En opinión del Centre for Ageing Better, la solución a estas deficiencias supondría una inversión de 4,3 billones de libras, una cantidad que estiman podría reembolsarse en ahorros al NHS en tan solo ocho años.

Empleo

Este informe confirma el aumento notable de personas mayores de 50 años empleadas en los últimos 20 años. La tasa de empleo entre las personas de 50 a 64 años ha aumentado un 13% en la última década y uno de cada tres trabajadores tiene ahora 50 años o más. Estas elevadas tasas de empleabilidad en las cohortes más mayores oculta, sin embargo, la pérdida de empleos de forma prematura y el elevado porcentaje (aproximadamente unas 800.000 personas) de personas de entre 50 y 64 años en búsqueda activa de empleo antes de la irrupción de la COVID-19 y que, por supuesto, enfrentaban ya barreras para el acceso al mercado de trabajo: discriminación por edad en la contratación, falta de flexibilidad, insuficiente apoyo para sus condiciones de salud, conciliación con necesidades de cuidados, etc.

Se detectan indicios de una recesión económica que, sumada al desempleo creciente entre las personas mayores de 50 años, se cree pueda dificultar seriamente la empleabilidad de estas superados los 50 años, la necesaria cotización para el cobro de pensiones una vez hayan alcanzado la edad de jubilación y, en definitiva, provocar un aumento de la pobreza de estas personas una vez se hayan jubilado.

El documento propone apostar por modalidades de trabajo flexibles; formación y capacitación a los trabajadores/as de todas las edades; que empleadores/as valoren la diversidad etaria de su mano de obra; y que desde el gobierno se apoye de forma específica la empleabilidad de la población de los/las mayores de 50 años.

 

Vida comunitaria

La epidemia por COVID-19 y las medidas de confinamiento impuestas han tenido consecuencias para la vida comunitaria y la sociabilidad de las personas, con manifestación diversa en función de la situación de salud y socioeconómica de estas. A mayor desigualdad y pobreza, menor grado de apoyo del entorno comunitario.

El informe alerta del riesgo que amenaza a las generaciones de población adulta y de mediana edad al enfrentar mayores riesgos de desigualdad socioeconómica, comenzando por una mayor inseguridad en el empleo, unas futuras pensiones más reducidas, o una menor riqueza inmobiliaria, entre otros factores. El horizonte de una vida más longeva y de calidad puede constituir un elemento que acreciente las diferencias sociales de la población en breve, por lo que las autoridades gubernamentales deberán de impulsar iniciativas para que, como antaño, ser viejo/a sea un sinónimo de pobre.

 

Conclusiones

Se evidencia la necesidad de impulsar programas y acciones que reviertan las tendencias identificadas y que dejen de exacerbar las desigualdades socioeconómicas y de salud que afectan a la sociedad inglesa. Por ello, este informe apuesta por actuar de acuerdo con un enfoque de acción preventiva y que contribuya a la reducción de los problemas de salud en las comunidades más desfavorecidas social y económicamente. De no hacerse así se estará en un camino de mal envejecimiento: el de una sociedad que envejece y se empobrece.

Si desea ampliar esta información puede consultar el informe 'Estado del envejecimiento en 2020' (The State of Ageing in 2020 (abre en nueva ventana)), publicado por el Center for Ageing Better (abre en nueva ventana) (2020).