Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

El impacto de la pandemia de COVID-19 en la brecha de género

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria.

Imagen de archivo

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El Foro Económico Mundial (FEM) (abre en nueva ventana) y el Centro de la Nueva Economía y Sociedad (abre en nueva ventana), evalúan la brecha de género a través de un estudio longitudinal que, en esta edición, incorpora el impacto de la pandemia COVID-19 en las economías de 156 países. El informe incluye un conjunto de iniciativas y recomendaciones dirigidas a cerrar la brecha de género.

El informe ha sido elaborado siguiendo una metodología que integra las últimas estadísticas de organizaciones internacionales, así como información procedente de una encuesta a responsables y ejecutivos y, tiene como objetivo mantener la medición de años precedentes relativa a la brecha de género y señalar las nuevas tendencias del mercado laboral al tiempo que proporciona claves para abordarlas.

Para efectuar dicha medición se utiliza el Índice Global de Brecha de Género que evalúa la evolución de la brecha de género a partir de cuatro dimensiones: Participación Económica y Oportunidad, Logro educativo, Salud y supervivencia, y Empoderamiento político, ofreciendo una puntuación en una escala de 0 a 100 de la distancia a la paridad (porcentaje de la brecha de género que se ha cerrado). Así, el Índice analiza el progreso realizado por diferentes países para el cierre de dicha brecha. Los resultados son comparados entre los 156 países analizados y se priorizan aquellos con políticas más efectivas dirigidas a frenar o eliminar la brecha de género.

Los datos del presente informe (edición decimoquinta), coinciden con la declaración oficial de la pandemia de COVID-19; hecho que ha tenido su impronta en la brecha de género, evidenciándose que la emergencia sanitaria y la posterior recesión económica han tenido mayor repercusión en las mujeres que en los hombres llegando incluso a reabrir ligeramente brechas de género ya extinguidas.

En términos generales, el estudio señala que la distancia media hasta alcanzar la paridad ha retrocedido en comparación con los datos de años precedentes, hasta situarse en el 68%. Este dato se explica por una disminución de las acciones impulsadas para mitigar la desigualdad en los países grandes. Según se estima, de mantenerse el ritmo actual se tardarán más de 135 años en cerrar la brecha de género en todo el mundo.

En relación a las dimensiones estudiadas, la brecha de género relacionada con el empoderamiento político continúa siendo la más amplia con un recorrido de cierre del 78% (es decir, hasta la fecha sólo se ha cerrado un 22%). Según los datos, en los 156 países estudiados solo un 22% de los más de 3.400 ministros son ocupados por mujeres y en 81 nunca ha habido una mujer como presidenta del estado. De mantenerse esta tendencia, el Foro Económico Mundial estima que serán necesarios 145,5 años para alcanzar paridad de género en la política. Esta tendencia se ha visto acusada determinados países cuya mala praxis ensombrece la labor realizada por otros de menor tamaño. Sin embargo, cabe destacar que en comparación con el pasado informe, hay más mujeres en los parlamentos y dos países (Bélgica en 2019 y Togo en 2020), eligieron a mujeres para ocupar el puesto de primera ministra.

La participación económica es el segundo ámbito con una mayor brecha de género, si bien los datos apuntan a que esta brecha se ha cerrado un 58%. El paulatino progreso en el cierre de esta dimensión se puede explicar por la confluencia de dos corrientes opuestas. Por un lado, aumenta la proporción de mujeres entre los profesionales cualificados y mejora, si bien a un menor ritmo, la igualdad salarial entre hombres y mujeres. Por otro lado, el recorrido hasta la equiparación salarial es aún amplio y se mantiene una infrarrepresentación de as mujeres en puestos de liderazgo. A lo que se añade el impacto de la pandemia COVID-19 que, según las previsiones realizadas para un conjunto de países, la brecha de género se amplifica entre un 1% y un 4% en lo relativo a la participación económica y oportunidad laboral.

En lo que respecta a las dimensiones educativa y de salud la evaluación de las brechas de género muestra una tendencia positiva. La relativa al nivel educativo se ha cerrado en un 95% a nivel mundial destacando 37 países que presentan una paridad de género en este ámbito. De seguir así, las estimaciones del FEM estiman en algo más de 14 años el tiempo en que esta brecha se cierre por completo.

La brecha de género relativa a la salud y supervivencia por su parte está cerrada en un 96%; si bien en ambas dimensiones la pandemia de COVID-19 tendrá importantes repercusiones que serán visibles en un futuro próximo.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 ha hecho emerger nuevas barreras para la paridad género, incrementando la brecha de género preexistente entre hombres y mujeres. En una primera aproximación, las estimaciones realizadas apuntan a que un 5% de las mujeres empleadas perdieron su empleo en comparación con el 3,9% de los hombres. Por sectores productivos, se evidencia que los sectores más afectados durante la pandemia son aquellos en los que las mujeres se emplean con mayor frecuencia.

Asimismo, datos extraídos en enero de 2021 muestran la existencia de un 'doble turno' de trabajo (remunerado y no remunerado) provocado por las medidas puestas en marcha en el contexto pandémico (cierre de colegios, disponibilidad limitada de ciertos servicios, etc.), que, junto con la inseguridad laboral, o la dificultad para conciliar la vida laboral y la personal, han favorecido el incremento del estrés y la ansiedad entre las mujeres con hijos e hijas.

De continuar esta tendencia, las mujeres tendrán menores oportunidades laborales que los hombres, una inferior perspectiva de reempleo y una deceleración persistente en sus ingresos.

Como alternativas para abordar los desafíos presentes, el informe señala un conjunto de iniciativas y recomendaciones, entre las que se cabe destacar las siguientes:

  • Definir políticas de recuperación sensibles al género.
  • Realizar nuevas inversiones en el sector de los cuidados que favorezcan la prestación equitativa de los cuidados entre hombres y mujeres.
  • Promover la colaboración público-privada dirigida a aumentar la participación de las mujeres en la fuerza laboral.
  • Superar la segregación por género del mercado laboral
  • Propiciar el avance de las mujeres hacia puestos de liderazgo.
  • Impulsar políticas de ocupación que incorporen contrataciones estables y la promoción profesional.
  • Favorecer la reconversión profesional de las mujeres y la adquisición de las habilidades en los campos profesionales con mayor demanda.

Finalmente, el informe busca la implicación de líderes políticos y empresas al señalar la oportunidad que se presenta para construir economías más comprometidas con la igualdad de género, la inclusión laboral y la creación de sistemas de atención más equitativos.

Si desea consultar el informe completo, pulse aquí (abre en nueva ventana).