Departamento de Salud / Igualdad, Justicia y Políticas Sociales

El desafío de unos cuidados de larga duración de calidad

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria.

Portada del estudio: Putting quality first. Contracting for long-term care (European Social Network, 2021)

Portada del estudio: Putting quality first. Contracting for long-term care (European Social Network, 2021)

El paulatino envejecimiento de la población junto con los cambios que se están produciendo en los modelos y roles familiares, hacen crecer la demanda de servicios que presten una atención a largo plazo. Esta necesidad creciente, se acompaña de expectativas de atención de alta calidad. El informe que se presenta a continuación evalúa el papel de la contratación pública de estos servicios, así como la calidad de los mismos.

En las últimas décadas, el desarrollo de servicios de atención a largo plazo ha sido un compromiso común por parte de numerosas administraciones europeas, especialmente, aquellas de ámbito local y regional; cuya gestión implicaba no sólo a las autoridades públicas competentes sino también a las partes interesadas.

Sin embargo, la complejidad de las estructuras que regulan y financian a los sistemas de atención de los diferentes países sumado a la heterogeneidad de entidades prestadoras de servicios de atención a largo plazo, ha conformado una diversidad de regulaciones, enfoques y reglas de mercado que repercuten en la calidad de la atención prestada y, consiguientemente, a la calidad de vida de las personas con necesidad de cuidados de larga duración.

A ello hay que sumar el coste de los servicios de atención a largo plazo que emergen en un contexto de contención del gasto público.

En este contexto, se hace necesario reflexionar entorno al funcionamiento de los sistemas de atención a largo plazo e identificar elementos promuevan la calidad de los cuidados y ofrezcan una alternativa viable y que satisfaga las necesidades de la población que requiere una atención de larga duración.

Los cuidados de larga duración (en inglés Long Term Care -LTC-) fueron definidos por el Comité europeo de Protección Social como:

'El conjunto de servicios de apoyo para personas que se encuentran en situación de dependencia durante un largo período de tiempo y necesitan ayuda en su vida diaria. Esta necesidad suele ser el resultado de la discapacidad causada por la fragilidad y por diversos problemas de salud y, por lo tanto, puede afectar a personas de todas las edades; si bien la gran mayoría de los destinatarios son personas mayores'.

Si bien esta definición fue formulada en 2014, a día de hoy, las diferencias entre países en el enfoque y la prestación de los cuidados de larga duración entre los países de la UE continúan siendo muy significativas, pudiéndose distinguir las siguientes.

1.    Gasto público y financiación

Se producen diferencias notables que van desde van desde pequeñas dotaciones presupuestarias dentro de las partidas de asistencia social (como es el caso de muchos países de Europa del Este), a los gastos superan el 3% del PIB (como es el caso de los Países Bajos o Suecia).

Las diferencias en el gasto están vinculadas al grado de acceso a los servicios y a los derechos otorgados por legislación. Así, países como Alemania, Luxemburgo y los Países Bajos ofrecen servicios de cuidados a largo plazo en los seguros sociales, en otros, como Irlanda, Suiza o Polonia el acceso a estos servicios requiere una justificación de la asistencia social.

2.    Provisión de los servicios

La provisión de los cuidados de larga duración es otro de los elementos diferenciales entre los países de la UE, pudiéndose distinguir una provisión pública (como es el caso de los países nórdicos), o privada, bien sea a través de proveedores sin fines de lucro o con fines de lucro (es el caso de países como Reino Unido y Alemania).

Sin embargo, en todos los países existe la tendencia a gestionar la atención de larga duración a través de entidades de gobierno local, con independencia del tamaño y nivel de autonomía de cada una.

3.    Apoyo a cuidadoras/es informales

El incremento en la demanda de cuidados de larga duración ha dotado de mayor protagonismo a la figura de las personas cuidadoras informales que prestan este tipo de cuidados de manera informal y no remunerada. En este sentido, algunos países como Suecia, Alemania y Austria han identificado esta labor como un área de intervención social y apoya a las/os cuidadoras/es informales con servicios específicos (servicios de respiro, por ejemplo). Alemania compensa a las personas cuidadoras con el pago de una pequeña asignación en efectivo. En España reciben un subsidio de carácter contributivo y, en general en todos los países, ofrecen cursos formativos para cuidadoras/es informales.

4.    Coordinación sociosanitaria

La prestación fragmentada de servicios sociales y sanitaros sigue siendo un desafío en la mayoría de los países. Cuando la prestación de los cuidados proviene de áreas competencialmente diferentes la calidad de los cuidados puede verse afectada. Por ello, se considera clave el establecimiento de estándares de calidad en los contratos con los proveedores (ya sean sociales o sanitarios), para mejorar la calidad de los servicios prestados.

5.    Seguimiento y mejora de la calidad de la atención

La definición, seguimiento y la evaluación de la calidad en la atención de los servicios y cuidados de larga duración es esencial para la mejora de la misma; sin embargo, los ritmos son muy dispares. Países de Europa central y oriental apenas han comenzado a definir un sistema de seguimiento otros, como Países Bajos, Reino Unido o Dinamarca han creado agencias de inspección y la gestión de la calidad.

Con independencia del grado de subcontratación a través de proveedores externos (tercer sector, sector privado, u otros); la responsabilidad última de la calidad de estos servicios corresponde a las administraciones públicas competentes.

En este sentido, es esencial la medición de la calidad bien sea mediante el establecimiento de agencias dedicadas a la monitorización del cumplimiento de las normas por parte de los proveedores, mediante la legislación nacional y regional o bien, a través de mecanismos de autorización y acreditación.

Este ejercicio de supervisión y evaluación periódica de los servicios de cuidados de larga duración es concebido como un proceso que abarca desde la planificación social del caso (evaluación de las necesidades individuales y comunitarias que presenta la persona que requiere cuidados), la acreditación de los proveedores (incluyendo la contratación de nuevos), el seguimiento de la calidad de los servicios prestados, así como la observación del impacto que esos servicios en la vida de las personas.

Y para ello, formula un conjunto de recomendaciones dirigidas a mejorar la calidad de la atención de larga duración que contribuyan a la mejora de la calidad de vida de las personas que demandan estos servicios, entre las que destacan la desinstitucionalización de las personas mayores, garantizar el derecho a los cuidados de larga duración, así como a la calidad de los mismos, progresar hacia un enfoque basado en resultados en lo que a los servicios de atención a largo plazo se refiere, y reconocer la relevancia del papel de las/os cuidadoras/es informales; entre otros.

Si desea consultar el informe íntegro pulse en el siguiente enlace:

https://www.esn-eu.org/sites/default/files/2021-01/Long%20Term%20Care_2021_Interactive.pdf

El informe ha sido elaborado por la Red Social Europea (ESN) (abre en nueva ventana) organismo independiente de servicios sociales públicos locales en Europa que integra a organizaciones encargadas de la planificación, financiación, gestión, investigación y regulación de la administración público local, entre los que se encuentran servicios sociales, salud, bienestar social, empleo, educación y vivienda.