¿Qué efectos tiene sobre la salud?
En la medida que aumenta su concentración en el aire que respiramos, pueden ir apareciendo problemas respiratorios y exacerbación del asma, causando ligeras irritaciones en las mucosas oculares y del sistema respiratorio y provocando tos y sequedad de garganta.
A mayor concentración puede provocar un empeoramiento de la función pulmonar, malestar general, dolor de cabeza, disminución del rendimiento, fatiga, mareos, etc. Y si los niveles siguen aumentando, además de los síntomas anteriores aparecen náuseas, dolores pectorales al inspirar profundamente y disminución temporal de la capacidad pulmonar.
Una exposición prolongada a altas concentraciones de O3 puede alterar el sistema inmunológico del aparato respiratorio, volviendo a las personas más susceptibles a las infecciones del mismo.