Un 35% de las personas consumidoras vascas han modificado sus hábitos de compra frente a su conducta prepandemia
14 de abril de 2022
El Observatorio Vasco del Comercio ha realizado un estudio sobre conductas de consumo y la importancia que otorgan al precio en la decisión de compra las personas consumidora vascas en el contexto de alta inestabilidad.
La ciudadanía vasca se considera consumidora racional con el precio en su decisión de compra, aunque no le importa pagar un poco más si el producto le ofrece una mayor calidad.
Hoy se han publicado las conclusiones de un estudio del Observatorio Vasco del Comercio, Enfokamer, que analiza cómo han afectado a los hábitos de compra los últimos meses con subidas de la energía, materias primas, el incremento de la inflación y, ahora, las consecuencias económicas derivadas de la invasión de Ucrania.
Para el Consejero de Turismo, Comercio y Consumo, Javier Hurtado, este análisis busca “conocer si tras el tiempo de pandemia y con el contexto actual los aspectos que forman parte de las decisiones de compra se han reordenado en la mente del consumidor y si el precio ocupa ya un papel destacado en las decisiones de consumo”. En este sentido el informe avanza que un 35,2% de las personas consumidoras vascas miran más los precios y han modificado sus hábitos a la hora de la compra frente su conducta previa a la pandemia del COVID19. La ciudadanía vasca que ha respondido al estudio tiene, en general, una opinión de sí misma como consumidores racionales que, aunque estudian el precio no les importa pagar un poco más si el producto le ofrece una mayor calidad. El consumidor vasco se considera práctico, exigente e informado.
Así, el estudio destaca que el conjunto de la sociedad, sin importar su estrato social, realiza compra diversificada en precio en función del valor que asigne a un producto. El consumidor parece guiarse por un límite subjetivo de máximos y mínimos para valorar lo adecuado de la compra y para uno de cada tres consumidores, conseguir el mejor precio activa recompensas psicológicas gratificantes. Es destacable que tras la pandemia se han integrado en la sociedad determinados hábitos de consumo como la compra de marca blanca o las tarjetas de fidelización. Las personas consumidoras menores de 49 años son las que más han cambiado sus hábitos de compra. Las mujeres son las que más perciben un cambio en sus hábitos de consumo.
En lo que se refiere a bienes de consumo habitual (alimentación, limpieza, droguería) la persona consumidora vasca da más valor a la cercanía del comercio y a la relación calidad precio. Los principales elementos que influyen en la decisión de compra son, por un lado, la calidad de los productos, entendida como la calidad esperada, que un 67,6% de las personas encuestadas afirman que toman en cuenta. Por otra parte, se busca la proximidad (58,0%), el precio (57,5%), la comodidad en la compra (21,1%) y la atención personal (17,9%).
Así un 70% de los consultados se muestra muy o bastante de acuerdo con la afirmación de que en alimentación no le importa pagar un poco más por un producto de calidad. En definitiva, el estudio muestra un consumidor vasco que prioriza la calidad percibida del producto de alimentación por encima del precio. No obstante, la mayoría de las personas dice seguir un criterio de compra racional, especialmente ante la subida de precios percibida, no perdiendo de vista el ticket final.
En lo que respecta a los criterios de sostenibilidad un 17,9% de los consumidores y consumidoras busca compras sostenibles que generen un bajo impacto en la huella de carbono.
En el apartado de bienes ocasionales (ropa, libros, electrónica, hobbies, muebles) no existe en las personas consumidoras vascas una percepción acusada del incremento de precios en los bienes ocasionales, si bien existe preocupación por la evolución de los mismos. Existe todavía en ese tipo de artículos un freno en la demanda que viene desde la pandemia
La persona consumidora vasca manifiesta que no ha variado sus hábitos de compra de bien ocasional en los últimos tres años, pero los indicadores muestran lo contrario. Por un lado, hay más compra online en algunos productos, por otra parte, hay un menor consumo o gasto en bienes ocasionales que antes de la pandemia. La conclusión final del estudio establece que el consumidor vasco tendrá en el futuro una mayor sensibilidad a la hora de decisión en los precios, promociones y ofertas y que habrá una tendencia a recortar gasto en los productos de menor valor añadido.