Indicadores de salud en los países de la OCDE

Fecha de publicación: 

Equipo de Coordinación Sociosanitaria

Imagen de portal del informe 'Health at a glance 2021: OECD Indicators (OCDE, 2022)'

Imagen de portal del informe 'Health at a glance 2021: OECD Indicators (OCDE, 2022)'

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ha elaborado un informe que compara indicadores clave para el sistema de salud en los 38 países miembro. Publicado en 2021, el informe analiza entre otras cuestiones, el impacto del COVID-19 y las variaciones que se producen en el estado de salud de los países analizados, los factores de riesgo para la salud, el acceso a los servicios sanitarios, la calidad de los mismos, el gasto y financiación de la atención sanitaria o la gestión de la atención a largo plazo. 

El informe parte de una premisa básica, 'el objetivo final de los sistemas de salud es mejorar la salud de las personas'. Y es que, tal y como se señala en el marco conceptual del informe, el rendimiento de los sistemas sanitarios está estrechamente relacionado con la salud de la población. 'Cuando los servicios de la salud son de alta calidad y son accesibles para todos/as, los resultados de salud de las personas son mejores'.

Pero para alcanzar este objetivo es necesario dotar al sistema de un gasto en salud suficiente que garantice la disponibilidad de profesionales, así como los medios necesarios para la prevención y el abordaje de enfermedades, pandemias como la de COVID- 19 u, otras amenazas sanitarias.

En este sentido, el COVID-19 ha causado un importante coste humano, ha tensionado los sistemas de protección social y la economía internacional, y, ha puesto de manifiesto las debilidades de muchos sistemas de salud para combatir amenazas externas inesperadas. Si previamente a la pandemia de COVID-19 los sistemas de salud y sociales ya estaban sobrecargados, la crisis sanitaria ha generado una mayor presión sobre dichos sistemas haciendo evidente la necesidad de incrementar el gasto en salud. Tal y como señala el informe, 'La pandemia también ha demostrado que el gasto efectivo en salud es una inversión, no un costo para contenerse: los sistemas de salud más fuertes y resilientes protegen tanto a las poblaciones como a las economías'.

Siguiendo esta línea, no sólo se trata de incrementar el gasto en salud, sino de definir una distribución estratégica del mismo, dirigiéndolo no tanto a la curación de enfermedades sino a la prevención y promoción de la salud poblacional. Para este nuevo enfoque es fundamental desinvertir en la atención hospitalaria y aumentar el gasto destinado a la atención primaria como red de contención sanitaria.

La irrupción de la pandemia provocó importantes incrementos en el gasto sanitario de muchos países, especialmente en el continente europeo, incrementándose de manera considerable el gasto destinado a salud en el Producto Interior Bruto de cada país. El informe estima de media, alrededor de un 60% del gasto de los países de la OCDE lo representa el gasto en salud.

No obstante, la inversión en salud debe orientarse también a garantizar la disponibilidad de profesionales sanitarios/as suficiente que refuerce la cobertura de las necesidades sanitarias y sociosanitarias de una población que envejece. La escasez de profesionales sanitarios (médicos y enfermeros/as) junto con las debilidades del modelo de atención, especialmente en lo que a la atención a largo plazo se refiere, han sido otros de los problemas que han emergido a raíz de la pandemia. Tal y como señalan los autores del informe, 'Aunque el número de médicos y enfermeras ha aumentado durante la última década en casi todos países de la OCDE, la escasez persiste. Estas carencias se han puesto de relieve durante la pandemia, con la falta de personal sanitario y de atención a largo plazo demostrando ser una limitación más vinculante que las camas y el equipo de hospital'.

Con todo, los datos señalan que el empleo en la asistencia sanitaria y social es en estos momentos 'el más alto de la historia' en el conjunto de países de la OCDE. Desde hace casi dos décadas, el empleo en atención sanitaria y social ha aumentado mucho más rápidamente que en otros sectores de ocupación por encima incluso de la ocupación en el sector de servicios. En el año 2019, uno de cada diez empleos fue en salud o asistencia social y las proyecciones apuntan a que en los próximos años serán un nicho de mercado importante.

El informe también analiza otros aspectos que inciden en la salud de la población mundial. Así, además del gasto en salud o la capacidad de los sistemas sanitarios, existen otros factores que también repercuten en la salud de las personas. En este sentido, factores económicos, demográficos, sociales junto con el desarrollo de hábitos de vida saludables también impactan en la salud poblacional. Tal y como señala el informe 'Los estilos de vida poco saludables y las malas condiciones ambientales continúan empeorando la calidad de vida, acorta vidas y hace que las poblaciones sean menos resistentes a las crisis sanitaria'.

Entre los aspectos analizados, el tabaquismo, el consumo de alcohol o la obesidad son la principal causa del desarrollo de muchas enfermedades crónicas. La tasa de tabaquismo de las personas que fuman a diario se sitúa en los países de la OCDE en torno al 17%. El consumo nocivo de alcohol oscila entre el 4% y el 14% de la población de los países analizados y las tasas de sobrepeso y obesidad continúan una tendencia al alza en la mayoría de los países de la OCDE situándose de media, en un 60% de la población adulta. En lo que a los riesgos ambientales para la salud se refiere, se estima que para 2060, la contaminación puede ser la causa de entre seis y nueve millones de muertes prematuras al año en el mundo.

Otro de los elementos de interés estudiados en el informe es el relativo a la calidad de los sistemas sanitarios y las medidas dirigidas a asegurar la seguridad del paciente. Entre la evidencia aportada destaca cómo en general la calidad de la atención sanitaria está mejorando y cada vez más, incorpora la experiencia de las personas atendidas en el análisis de sus resultados.

Por último, en lo que a accesibilidad a los servicios sanitarios se refiere, el acceso universal es común en la mayoría de los países de la OCDE sin embargo, la incursión de COVID-19 ha dificultado el acceso a la atención médica para la población con otras enfermedades (cómo la detección de ciertos tipos de cáncer o ciertas cirugías). Por el contrario, los avances en salud digital y el incremento de las consultas no presenciales han contrarrestado esta tendencia.

Si desea consultar el informe completo, pulse en el siguiente enlace: 'Health at a glance 2021: OECD Indicators (OCDE, 2022)'.