La UTE Altuna y Uria, Acciona e Iza ha presentado la mejor oferta para la construcción de la fase 2 de las obras del Topo en el tramo Miraconcha-Easo, en Donostia. El presupuesto de las obras asciende a los 47,8 millones de euros y cuentan con un plazo de ejecución de 36 meses.
El tramo Miraconcha-Easo (2,1 km.) forma parte de la variante ferroviaria Lugaritz-Easo de 4,2 kilómetros, en construcción desde finales de 2017. El proyecto aborda la conclusión de las obras incluidas en el proyecto original y que siguen pendientes de ejecución.
Tras la aprobación por el órgano de contratación de ETS de la mejor oferta presentada por la UTE Altuna y Uria, Acciona e Iza, y la comprobación de la documentación, en los próximos días se procederá a la adjudicación, con la previsión de que en mayo puedan comenzar las obras.
El nuevo proyecto incluye, a grandes rasgos, la excavación de unos 400 metros del túnel de línea entre la playa de la Concha y el entorno de la Plaza Easo, incluida la caverna de la futura estación de Centro-La Concha con sus accesos y ventilaciones, algunas de las cuales ya se ha ejecutado parcialmente, así como la reposición de parte de los servicios afectados.
Igualmente, la caverna de Easo, sus accesos y ventilaciones se encuentran en diferentes fases de ejecución. En concreto, ya se ha llevado a cabo la excavación y sostenimiento y parte de la impermeabilización. El cañón de Autonomía se encuentra muy avanzado y también se ha ejecutado el pozo del ascensor de la Calle Salud.
Los motivos para la rescisión del primer contrato fueron básicamente dos: Por una parte, en el avance constructivo en el frente que se ataca desde la rampa de Morlans se detectó la presencia de roca permeable. Por ello, antes de seguir avanzando se estimó que era necesario impermeabilizar el terreno, mediante la ejecución de un tratamiento específico sobre la clave del túnel para mejorar su capacidad resistente.
Por otra parte, el socavón producido en los bajos de Zubieta 8 en junio pasado, como consecuencia de un terreno con mucha agua y una roca mucho más porosa de lo previsto, según los sondeos, ha obligado a llevar a cabo un proceso de tratamiento, consolidación y relleno por fases. En ambos casos, se trata de técnicas muy lentas en ejecución y más costosas. El coste de estas incidencias superaba lo permitido por la Ley de contratos y no cabía tomar otra decisión.
A pesar de la rescisión del contrato, se negoció la prórroga de algunos trabajos como el revestimiento estructural con hormigón del túnel ya excavado; las labores de consolidación y auscultación del subsuelo para prevenir posibles incidencias; y la ejecución de las obras de superficie que alteran el tráfico rodado y peatonal.
