Lourdes Íscar en el XXII Congreso de la Fundación San Prudencio

“Debemos invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo”

Esta mañana se ha celebrado en el Palacio de Europa de Vitoria-Gasteiz el XXII Congreso de la Fundación San Prudencio de Seguridad y Salud Laboral, bajo el título “Más salud emocional, menos absentismo”, que ha contado con el periodista Ramón Arangüena como presentador y con Toni Nadal dando la conferencia inaugural “Todo se puede entrenar”.

En el Congreso se ha abordado el problema de los riesgos psicosociales en el trabajo, atendiendo al hecho de que, cada año, se pierden 12.000 millones de días de trabajo debido a la depresión y la ansiedad, lo que cuesta a la economía mundial casi un billón de dólares, según el Informe Mundial de Salud Mental lanzado por la Organización Mundial de la Salud.

Además, ya antes de la pandemia, los problemas de salud mental afectaban a unos 84 millones de personas en la UE y la mitad de la población trabajadora de la UE considera que el estrés es habitual en su lugar de trabajo (Nuevo marco estratégico de la UE sobre salud y seguridad en el trabajo 2021 – 2027).

Según la publicación Directrices de la OMS sobre salud mental en el trabajo, las principales razones que ponen en riesgo la salud mental en el ámbito laboral son las siguientes:

·         Cargas o ritmo de trabajo excesivos a causa de falta de personal

·         Horarios excesivamente prolongados, antisociales o inflexibles

·         Falta de control sobre el diseño o la carga de trabajo

·         Apoyo limitado entre empleados o supervisión autoritaria

·         Acoso, violencia y hostigamiento

·         Discriminación y exclusión

·         Funciones laborales poco definidas

La Directora General de Osalan, Lourdes Íscar, ha sido la encargada de dar la bienvenida al Congreso, y ha señalado que, en Euskadi, la encuesta de salud del País Vasco (ESCAV 2018) evidencia la alta prevalencia de la mala salud mental de las personas trabajadoras, cifrándola en un 37,3% para hombres y en 42,5 % para mujeres, siendo los factores que destacan como facilitadores de un deterioro en la salud mental de la plantilla las excesivas cargas de trabajo, ritmos elevados, así como las relaciones entre compañeros y compañeras.

Y esto ocurre porque, a veces, las condiciones psicosociales, su diseño, han favorecido problemáticas de salud en la plantilla y otras veces no se ha intervenido de manera temprana, ni tampoco se han gestionado estrategias de retorno al trabajo de aquellas personas trabajadoras con problemas de salud mental.

 Sin embargo, en su intervención, Lourdes Íscar ha dicho que es de sobra conocido que el trabajo, por lo general, es bueno tanto para la salud mental como para la salud física; Que el trabajo de calidad es una fuente de satisfacción y realización personal; Y que “dado que las personas pasamos gran parte de nuestra vida en el trabajo, es fundamental contar con un entorno laboral seguro y saludable”.

Por ello, ha subrayado que las intervenciones en materia de salud mental en las empresas deben formar parte de una estrategia íntegra e integrada de salud y seguridad que abarque la prevención primaria, la detección temprana, el apoyo y la reincorporación o readaptación.

 “Lo que es evidente es que debemos invertir para construir una cultura de prevención en favor de la salud mental en el trabajo, intervenir en los diferentes estadios preventivos, no solo para dar cumplimiento a una obligación legal, sino por el beneficio tanto sobre las personas trabajadoras, como sobre la propia empresa”-ha concluido.