Integrar la perspectiva de género en la PRL

 

 

La integración de la perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales (PRL) ha sido el leit motiv de la jornada "Salud laboral con perspectiva de género y brecha salarial", celebrada el pasado 28 de noviembre en el Palacio Euskalduna de Bilbao bajo la organización de Osalan, del Departamento de Trabajo y Justicia y de Emakunde.

En la inauguración de la jornada, enmarcada en el Foro para la Igualdad que impulsa Emakunde, intervinieron el viceconsejero de Trabajo y Seguridad Social, Jon Azkue, la directora de Emakunde, Izaskun Landaida y el director general de Osalan, Alberto Alonso, quien comenzó calificando como “inadmisible” el hecho de que trabajos de igual valor sean remunerados con salarios diferentes en función del género.

A lo largo de las diferentes intervenciones, se puso de manifiesto que resulta necesario luchar contra la segregación horizontal del mercado de trabajo como consecuencia de la división sexual del trabajo, que provoca que mujeres y hombres se concentren en distintos sectores y actividades; contra la segregación vertical del trabajo, que deriva en diferentes condiciones de trabajo para hombres y para mujeres, donde ellas ocupan con mayor frecuencia empleos de baja cualificación y con menos responsabilidad; y contra la precariedad laboral, dado que los trabajos precarios, a tiempo parcial y de menor retribución salarial se concentran en mayor medida en mujeres que en hombres.

Condiciones diferentes

También se destacó que hombres y mujeres tienen condiciones y posiciones sociales y económicas diferenciales en cuanto al trabajo, tanto en su dimensión productiva (empleo) como en su dimensión reproductiva (trabajo doméstico y de cuidados) y, por tanto, tienen también riesgos y problemáticas diferentes en materia de salud laboral que hay que tener muy en cuenta en la evaluación de riesgos.

Además, la actividad preventiva en empresas y organizaciones no llega por igual a hombres y mujeres. La participación de las trabajadoras en las distintas actividades desarrolladas en la empresa relacionadas con la seguridad y la salud laboral es significativamente menor que la de los trabajadores, exceptuando las actividades de reconocimientos médicos y de formación.

Del mismo modo, se abordó la necesidad de aplicar la perspectiva de género al estudio de la accidentalidad. Para buscar una explicación a los evidentes contrastes entre la accidentalidad de hombres y mujeres hay que tener en cuenta las diferencias en la distribución por actividades y, también, las diferentes ocupaciones que se asumen mayoritariamente por cada sexo. En ese sentido, conviene estudiar la accidentalidad considerando estos factores, teniendo en cuenta, entre otros, también los datos de feminización de la pobreza.

Durante la referida jornada se trataron otros temas, como la valoración de puestos de trabajo con perspectiva de género y los protocolos contra el acoso sexual y por razón de sexo en las empresas. Además, se presentaron las Actuaciones de Inspección de Trabajo con perspectiva de género durante 2019 y los resultados del proyecto piloto para la implantación de las pautas para la integración de la perspectiva de género en la prevención de riesgos laborales.